Hemos hablado sobre el medio televisivo aunque también su presencia en radio ha sido importante ¿qué particularidad, a favor o en contra, destaca de cada uno? Creo que el medio más atractivo para mí es el gráfico; es el más creativo y en el que es muy difícil mentir. Nadie habla por tele ni por radio si no sabes escribir. En general la radio y más la tele, entorpece el idioma de manera asquerosa; la gráfica paga mucho menos, y a la vez tiene una cosa que es encantadora y peligrosa, que me pasó en 10 años de laburar en La Nación, y es que estás casi en el anonimato puro. Entonces tenés alguna cosita de eso que te hace pensar que el escribir exige responsabilidad pero a la vez nadie sabe quien sos. Incluso trabajé en un tiempo en el que no se firmaban las notas salvo que viajaras como enviado especial. La tele es todo lo contrario, el lenguaje es más torpe pero es la megaexposición, y aparte es donde más guita se gana. La radio tiene un punto de equilibrio, ya que sos vos pero a la vez estás en el anonimato. Mientras la gente no te vea no sabe si estás desnudo, vestido, dormido, despierto, pei-
nado, con barba… Es muy relajado, es muy agradable trabajar en radio. El conocimiento que posee de todos los deportes lo constituyó en la “voz” de todo evento olímpico o panamericano; este hecho ¿cómo repercute en Gonzalo Bonadeo? Es muy fuerte y te diría que potencia mucho una postura casi narcisista, porque en definitiva nunca lo busqué como un objetivo. En los 10 años de laburo en La Nación, por cuestiones internas, me negaron siempre la posibilidad de ir a un juego olímpico aunque trabajé desde Argentina en su cobertura. Y cuando finalmente en el ‘96 lo logré, sentí que tenía una deuda conmigo pero desde mi lugar de espectador. En los Juegos Olímpicos de Seúl ‘88 , ya estaba instalado el cable. En el ‘92 hicimos algunas cosas en Telefé. Cuando me dijeron en el ‘96 de hacerlo, dije ‘bueno, groso’. Tenemos satélite todo el día, vamos a transmitir todo lo que podamos. Y empezó a crecer, a crecer, a crecer hasta convertirse en un hábito. Y en algún lugar, para mí fue y es un desafío genial. La irrupción de la TDA y la posibilidad de acceso gratuito a señales digitales que ofrece, ¿qué opinión le merece? Es muy importante. Hay muchas cosas que han pasado en los últimos años que son importantes y con las cuales adhiero, pero creo que lo de TV Digital está buenísimo en tanto logremos que en un plazo perentorio estén todos los decodificadores que tienen que estar circulando y que sea realmente un producto que integre a todos los argentinos.
“Menú Bonadeo” es como una charla, ni siquiera una entrevista, la gran virtud del programa es que casi todo el tiempo habla el invitado.
Fotos: Matías Warschavski
Digital. Si bien el foco lo ponemos en 360TV y en TDA, en realidad hay un escenario suficientemente amplio. Creo que, en algún lugar, hay que lograr un punto de encuentro para que las dos cosas sean viables. Suelo ver Encuentro, señal para cual también he producido programas. Y quiero decir que allí, el nivel de exigencia que hay para poner un producto en el aire, es sensacional, maravilloso. Los guiones, la selección de propuestas, la cantidad de revisiones que se deben realizar, no te las piden ni en Telefé. Te puede gustar más o menos el producto, pero están como deben hacerse.