TEATRO
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MOON AND TIGER
Hace poco nos encontrábamos con una de las pocas películas acerca de la vida de Marilyn Monroe, A week with Marilyn. Poniendo la lupa en el tortuoso cotidiano de estas estrellas y en un digno homenaje a la vibrante relación entre nuestra querida rubia y Paula Strasberg, entrenadora, amiga y admiradora de la actriz, Bárbara Irisarri y Anahí Pankonin, bajo la mirada de Camila Courtalón, nos acercan un instante en la vida de Madelaine del Río y Álex, su couch. Esta estrella de las comedias de la edad de oro de Hollywood, que supo ser hermosa y conquistar la escena, prepara su regreso
POR ESO LAS CURITAS
¿Cuántas curitas se necesitan para curar de las múltiples heridas de una infancia expuesta al acoso de las instituciones? Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él. Una de las más famosas frases de Sartre podría ser el punto de partida. ¿Qué hago con tanto pasado? Entre el morbo y la empatía, nos adentramos en la historia (¿real?) de Macarena Trigo, los recuerdos de su infancia, su carita de dibujo animado en cada foto de niña, sus anécdotas en un internado de su España natal. ¿Por qué? ¿Para qué? Porque ella es actriz, y quizás compartirlo, enunciarlo en voz alta frente a
SAUDADE en un drama que puede llevarla a ganar un premio, a ponerla a rodar como actriz seria. En pleno desierto americano, la actriz se pierde en el alcohol y los excesos y somos testigos de la escena de una mujer amanecida, resacada en el set de filmación donde luego deberá demostrar que es digna de estar allí. Vulnerable y perdida, entrará en un laberinto de pesares, entre sus miedos e inseguridades, su pasado, los abusos y la desidia familiar. AÁlex, protectora pero desabrida, ya acostumbrada al dolor de la diva, intentará contenerla y recorrerá con ella esa oscuridad para rescatarla, casi hasta hacerla funcional. Todo el relato atraviesa a las actrices. Es el vínculo y la actuación puesto en primer plano, casi a trazo grueso, llevando la emotividad, sobre todo en la intensa Bárbara Irisarri, al extremo. M.T. Idea y actuación: Bárbara Irisarri y Anahì Pankonin. Dirección: Camila Courtalon. La Casona Iluminada, Corrientes 1979; sábados a las 21, $80 y 60
un reducido grupo de anónimos es un acto de supervivencia. “Un sábado de marzo de 1986 mi madre me echó de casa. Esa noche dejé de ser su hija para convertirme en el 12D de un internado”. Y allí comienza un mundo de sucesos con los que Louisa May Alcott o el psicoanálisis se harían una panzada. Pero que expone con valentía, con generosidad, con complicidad y humor, desdramatizando el pasado, jugando al biodrama. Cada miércoles, transgrediendo la semana como si fuese otro relato más, Macarena se planta en escena y comparte una velada íntima absolutamente nada solemnizada. Y tal vez nos vayamos de allí modificados, porque los grandes relatos han muerto y los pequeños momentos cobran un valor tan fuerte, tan esperanzador, al verla a ella enterísima haciendo teatro con lo que el mundo hizo de ella.
En Medrano y Sarmiento está El Estepario. Su escalera, como un túnel del tiempo, lleva a un pequeño hall como la reducida previa a una antiquísima sala de cine. Incluso, una vez dentro de la sala, las butacas y el espacio parecen ser el recorte de un lugar que supo ser mítico. En Saudade, Germán vuelve a la casa de su niñez, que se mantuvo cerrada durante los últimos 30 años. Esta conjunción entre espacio y obra, vuelve mágico el acto de la convivencia. Sobre todo, porque lo que aparecerá es un relato casi cinematográfico, que salta del presente, los 90, época en que Germán regresa, al pasado, cuando por primera vez llegaron allí huyendo de la dictadura de Brasil en los 60. La propuesta tiempo-espacial, cruzando escenas y alcanzando en ellas los conflictos de identidad, tiene su anclaje más profundo en la intensidad de los actores. Gabriel Gávila, en su tránsito por la impro, logra un aquí y ahora tan vívido que pasa del niño al adulto con una sensibilidad inconmensurable. El presente y el pasado dialogan con cierta saudade, con cierto nosequé y se trenzan en aquella palabra que no tiene significado exacto para nosotros y que esta obra abre como un abanico de sentimientos. Es una historia de encuentros, de reconocimiento y redescubrimiento de la cuna de aquellos deseos y pasiones que no comprendemos y de cómo el contexto familiar y social nos atraviesa en las decisiones, como sin quererlo, como sin darnos cuenta. M.T.
M.T. Dramaturgia: Lucas Santa Ana y Francisco Ortiz Dramaturgia y actuación: Macarena Trigo
Dirección: Lucas Santa Ana
Dirección de arte: Macarena Trigo y Francisca
Actuación: Pilar Abentín, Agustin Aguirre, María
Ure Asistencia de dirección: Verónica Cognioul
Lía Bagnoli, Gabriel Gavilá, Facundo Martin
Hanicq Teatro Polonia, Fitz Roy 1477;
y Patricio Witis El Estepario Teatro, Medrano 484;
miércoles a las 21, $70 y 50
domingos a las 17:30, $80 y 60