Revista AOSMA 2014-2016

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monográfico ganan o pierden valor predictivo durante diferentes ventanas temporales. Scarborough realizó diversos estudios (Scarborough, 1989, 1990, 1991a, 1991b; Scarborough, Dobrich, & Hager, 1991) comparando el desarrollo preescolar del lenguaje de niños que posteriormente fueron diagnosticados como disléxicos con niños de segundo grado con un nivel de lectura normal, igualadas las muestras por CI y nivel socioeconómico. Entre los 2.5 a 3 años (30 a 36 meses), Los grupos se diferenciaban en sus habilidades sintácticas y de producción del habla, pero no en vocabulario. Entre los 3.5 y los 4 años, las diferencias se marcaban en las habilidades de sintácticas y de vocabulario, pero las diferencias en la producción del habla habían desaparecido. Con 5 años las diferencias se concentraron en el vocabulario y la conciencia fonológica, pero las diferencias sintácticas ya no eran predictivas. Scarborough y Dobrich (1990) se preguntaron si estas variaciones podían tener influencia más allá de la fase pre-lectora. Para ello, siguieron a tres niños de alto riesgo que habían padecido retrasos durante el desarrollo del lenguaje, en concreto no producían combinaciones de palabras a los 30 meses. Los problemas lingüísticos durante la etapa pre-lectora se fueron paliando, no obstante, en los años subsiguientes, llegando a ser muy leves y concretos. Sin embargo, alrededor de dos años después del inicio del aprendizaje de la lectura, los tres tenían dificultades severas de aprendizaje. A partir de este detallado estudio, Scarborough y Dobrich (1990) propusieron el «modelo de recuperación ilusoria», según el cual existen niños con retrasos del lenguaje que experimentan una rápida mejora durante el tercer y cuarto año de vida, alcanzando una fase de meseta en el nivel de sus habilidades lingüísticas orales que comparte con el resto de la población. Cuando a los 5 o 6 años estos niños comienzan a leer pueden mostrar un progreso adecuado en las habilidades básicas del aprendizaje lector. Sin embargo, si estos niños tenían afectado una habilidad o componente relacionado con ambos, el lenguaje oral y el lenguaje escrito, entonces a medida que se avanza en el dominio de las diferentes habilidades y procesos que componen la lectura, la recuperación podría mostrarse ilusoria, mostrando serios déficits en el dominio de las habilidades lectoras subsecuentes. La interpretación causal de estos datos es un asunto crucial para la identificación temprana de las dificultades de aprendizaje de la lectura, sin embargo, concretar el modelo causal que explica este complejo patrón es un asunto que está por resolver. Algunas relaciones podrían tener una explicación más directa, por ejemplo, el intercambio de valores que acaba señalando la relación entre el crecimiento del vocabulario y la conciencia fonológica. Esta relación ha sido utilizada 208

Revista AOSMA Nº 18- Mayo 2014- ISNN-e: 1887-3952


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