24 Cuadros Nº 22

Page 11

Es interesante destacar que, aunque es su única película en esta línea, Enigma en París prefigurará muchos elementos y recursos que se harán recurrentes en el Ozploitaition: - Las pandillas constituidas como hordas predadoras y destructivas. - Los automóviles con aspecto monstruoso utilizados como armas. - La violencia, el homicidio y la venganza como instancias redentoras y superadoras para un ser humano. - El detallismo al mostrar escenas de choques, persecuciones y daños materiales varios. Por ejemplo algunos momentos de Razorback parecen homenajear a este film. - Los personajes oscuros, siniestros y de estilo mesiánico. Por ejemplo, los líderes de pandilla, que se verán en muchos de estos films, remitirán de alguna manera al amoral, aplomado y paternalista alcalde de Paris .También el psiquiatra que efectúa experimentos humanos tiene muchos puntos de contacto con el médico que experimenta sobre Patrick en la película homónima. Un año después, Weir ingresa oficialmente a la Nueva Ola con Picnic en Las Rocas Colgantes (Picnic at Hanging Rock, 1975), una película en la que la atmósfera, lo temático y la impecable factura técnica tienen primacía sobre la estructura narrativa. Tomando como excusa la misteriosa desaparición de un grupo de jovencitas de un internado, en la zona denominada Hanging Rock y su impacto en los lugareños, Weir construye un relato sobre lo inexplicable, la represión, la decadencia de una época, y la búsqueda de la trascendencia. En este film Weir se aproximará a la obsesión de sus contemporáneos sobre las fuerzas de la naturaleza, pero desde una perspectiva más próxima al realismo fantástico: Aunque nos deja claro que hay “algo” responsable de la desaparición de las chicas, Weir nunca explicará exactamente de qué se trata,

acentuando de esa manera su carácter intangible e inalcanzable. La búsqueda de lo intangible en lo aparentemente real y las fuerzas de la naturaleza, volverán a ponerse de manifiesto en La Última Ola (The Last Wave, 1977), en la que un abogado (Richard Chamberlain), al ejercer la defensa de un grupo de aborígenes acusados de homicidio, comenzará a experimentar una serie de extraños sueños y visiones apocalípticas ligadas a mitos ancestrales. Aunque con una estructura más próxima al esquema narrativo clásico, La Última Ola también es un trabajo con muy fuerte tratamiento atmosférico, basado al igual que su antecesora, en una hipnótica y densa banda sonora; complementada con un concienzudo trabajo de encuadre, puesta en escena y fotografía. Es sorprendente cómo en ambas producciones, a fuerza de maximizar la efectividad de sus herramientas formales, Weir Los cables tampoco se veían logra generar la permanente sensación de que algo va a ocurrir, aún en los momentos en los que no parece pasar nada. La Última Ola también pondrá de manifiesto otra de las cuestiones que caracterizarán a gran parte de su cine, tanto en su etapa Hollywoodense como australiana: El choque cultural, en muchos casos entre mundos que son irreconciliables entre sí. Ya en el año 1979 saca a la luz El Plomero (The Plumber / El Visitante) relato claustrofóbico, efectivo y entretenido; en el que un plomero psicópata invade la casa de un matrimonio de intelectuales de clase media acomodada. La situación se tornará insostenible, particularmente para la dueña de casa; que terminará contradiciendo sus valores en pos de deshacerse del indeseable sujeto. A partir de los sucesos de la campaña de Gallipoli, en la Primera Guerra Mundial, Peter Weir narra la historia de dos atletas que deciden enrolarse en el ejército australiano, uno


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.