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el barrio
girardot, el teatro garnica y los amantes búcaros
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Cuento finalista, IV CONCURSO “BUCARAMANGA, LEE, ESCRIBE Y CUENTA”, categoría mayores; Bucaramanga, dieciocho de diciembre de 2008.“COMUN-NA HISTORIA”; Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga, La Casa del Libro Total, Sic Editorial
Titofrenio Gómez García, joyero, bumangués de 28 años, aunque él se decía búcaro, vivía en el Barrio Girardot a dos cuadras del Parque Principal que servía de señal de orientación a los visitantes comelones que asistían a una de las tres casonas situadas al occidente del parque en el centro de la cuadra, casonas donde vendían la mejor fritanga de Bucaramanga y de la región cuya fama llegaba hasta los límites con Boyacá; fritanga compuesta por rellenas, morcillas, chorizos, chunchulla, longaniza, bofe, riñón, buche, chicharrón grasoso o tostado, yuca frita o sanconchá, papa salada o de aquella llamada criolla sin que faltara el ají fuerte o el señoritero y por tradición absoluta servían la fritanga con arepa de maíz pelao, hervido el cereal con cenizas de carbón vegetal, salpicado de granos de chicharrón bien frito, mas natas natosas cuyo nombre nativo se las conoce como pichos que sirven para condimentar mas las arepas antes de asarlas en tiestos de barro cocido untado con manteca Augusto Peter Schroeder Soto y en esos sitios de fritanga también vendían mute, pepitoria, Ingeniero Electricista UIS cabro, cordero, carne fresca, carne oreada, lengua en salsa, ensalada de aguacate y otras delicias que hacían agua la boca de Titofrenio Gómez García quien asistía allí todos los sábados con su novia de toda la vida, Silvia, de 24 años, secretaria, oriunda de Bucaramanga, mujer linda de ojos negros, que sin ser gorda tenía unas nalgas clásicas de las mujeres de su terruño y de las famosas hormigas, nalgas que ellas mismas aplaudían cuando Silvia caminaba; vivía ella con sus padres y una hermana mayor, Elisa, quien hace varios años y durante varios años estuvo furiosa con su hermanita pues Silvia oía y repetía la radio-novela “El Derecho de Nacer” que trasmitía Radio Bucaramanga, emisora donde Elisa trabajaba, razón por la cual llegaba cansada a su casa de tanto oír la novela y no se entendía que siendo tan hermosa su novio la dejó por una cagarruta; una tarde Elisa y Silvia acudieron al taller de Titofrenio G. G. a comprar un anillo de última moda exclusivo del Barrio Girardot, barrio que también tenía fama de contar con los mejores joyeros artesanos de Santander, y fue ahí donde se conocieron Titofrenio Gómez García y Silvia, amor a primera vista, traga que cumpliría dos años y un año de hacer cositas amorosas y groseras, calificadas así por las beatas de la calle 27, y para celebrar sus dos años de amores Titofrenio G. G. invitó a Silvia a un suculento cabro a la parrilla con todas sus arandelas