- Es el juego más estúpido, no tengo ni la más mínima idea el porqué estoy corriendo. Pinche vato pendejo, a mi se me hace que está jugando conmigo – refunfuñó Esteban. En cuanto a la gente rica que había asistido al evento, todos a excepción de mujeres, sacaron escopetas y rifles dentro de sus coches. También llevaban consigo unos perros de raza pastor alemán. La cacería estaba a punto de comenzar. Todos jugarían con la vida de Esteban. La sangre de un inocente que por buscar un trabajo digno, encontró la muerte. De pronto, el señor Mauro López habló en voz alta: - Muy bien, acérquense todos – se frotaba las manos sonriendo – espero que tengan preparado sus escopetas, porque este juego va a dar inicio. Quién logre derribar a nuestro espléndido corredor, será merecedor de 5 millones. Pueden ocupar cualquier tipo de arma, porque les aseguro que nuestro amigo Esteban, no será fácil de atrapar- hizo una breve pausa, se rascó la barbilla y viró hacia la dirección de aquel monte lleno de árboles por donde corrió su víctima. Alzó las manos y con un aplauso dijo – qué comience la función. Todos partieron a buscar a su víctima, 50 personas andaban en su búsqueda; los perros olfateaban la tierra,