blo. Entre los cuchicheos de cuantos llegamos a entrevistar ya rondando en años la década de los noventa, se comentaba, también en secreto, que Maria Cristina tuvo, de nuevo, otra infanta (ahora póstuma) y que Canovas del Castillo, hacedor de la Restauración alfonsina, hizo permutar por el recién nacido hijo de Adela Lucía para que no hubiese más derramamiento de sangre pues acechaban carlistas (los de Carlos VII), republicanos (los de Ruiz Zorrilla) y federalistas (los de Pi y Margall)”. Surge el misterio y el secretismo sobre si la madre de Alfonso XIII no fue la reina Maria Cristina sino Adela Almerich, un secreto que continúa hasta la actualidad.
«Entre los cuchicheos, se comentaba, también en secreto, que Maria Cristina tuvo, de nuevo, otra infanta (ahora póstuma) y que Cánovas del Castillo, hacedor de la Restauración alfonsina, hizo permutar por el recién nacido hijo de Adela Lucía para que no hubiera más derramamiento de sangre, pues acechaban los carlistas.»
Fotografía de Adela Lucía Almerich Cardet, dedicada a Paco Fenollosa (Foto J. Derrey, Valencia. Hacia 1910).
«Surge el misterio y el secretismo sobre si la madre de Alfonso XIII no fue la reina Maria Cristina sino Adela Almerich, un secreto que continúa hasta la actualidad.» La última etapa amorosa de Adela se desenvolverá al lado de un terrateniente singular: D. Francisco Fenollosa Prior. A él le abre corazón y secretos, dedicándole sus retratos, y gracias a su hija Pilar Fenollosa conocemos las únicas tres cartas que de Adela se conservan. El 23 de marzo del año 1920, Adela moría en el Hospital de Castellón. Lo hacía en la más absoluta indigencia y abandonada por cuantos habría dado su sangre y su vida. El alcohol, tras una paraplejia que la afectó, había sido su único mal-remedio para poder acallar su honda historia. En aquellas horas finales, Adela había hecho mandar un telegrama a su ahijada para contarle aquel hondo secreto que a nadie había confesado. Cuando alcanzaba el hospital, Adela había fallecido. La monja que la cuidaba dijo que había muerto desesperada por 26
Adelita Almerich el día de su casamiento: 4-VII-1903 (Foto A. García, Valencia).
Lápida sepulcral del cementerio de Burriana (Anónima).
aquella prolongada espera; pero que nada le quiso decir. “Descanse en paz Adela Lucia Eduarda de la Santísima Trinidad Almerich Cardet, pues su historia le vino impuesta por la virtud impagable de aquel inmenso y romántico amor que anidó en su corazón siendo todavía una niña”. La historia de Adela es muchísimo más extensa, honda, emocionante y misteriosa, todos los detalles los podrán conocer próximamente en el libro que prepara Norberto Mesado.