Colegio Hogar del Niño 30 años sirviendo a la comunidad vallenata
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as sociedades, en todos los tiempos, tienen personas solidarias, pendientes de que cada generación tenga su oportunidad; pero los países no tienen las mismas opciones, y las regiones, cada una, tienen sus circunstancias sui generis. Valledupar, cuando muchos la imaginan llenas de acordeones y parrandas por doquier, también ha tenido necesidades, al menos muchos de sus niños y ancianos, que no han tenido la suerte de vivir en hogares medianamente acomodados. Pero el Padre Franciscano, Juan Guinard Pascuales, nacido en Valencia, España, asumió el reto brindar protección y afecto a los más necesitados. De los 51 años que lleva viviendo en Colombia, 30 los ha pasado en Valledupar, dedicado a obras sociales y buenas acciones. Educar niños es lo que ha hecho siempre; solidarizarse con las causas sociales, familiares, especialmente de personas sin recursos; es su vocación en medio siglo, de ahí que el Hogar del Niño esté cumpliendo 30 años de actividades ininterrumpidas y silenciosas, tarea que cumple un equipo, donde él lidera, busca, llama, consigue, insiste, y los demás lo apoyan. En sus comienzos, los pequeños que llegaban al Hogar del Niño, eran algunos que no tenían padres o que, si los tenían, estaban en condiciones económicas que les imposibilitaban darles alimentos, vestidos, y educación, por eso manejaban el concepto de internado. Luego, las políticas nacionales cambiaron, y se utilizó el sistema de semi- internado, es decir, que dormían en casa de sus padres o familiares. Hoy continúa el trabajo, pero con jornadas escolares seguidas, donde la mitad de los niños almuerzan allí, reciben algún tipo de apoyo, pero al igual, el número creció: del pequeño grupo inicial la cifra aumentó a 824 niños, de los cuales, 450 reciben alimentos allí. En las labores de filosofía religiosa, la preparación de las primeras comuniones es una tarea de gran importancia, por eso, con tres meses de anticipación al 4 de octubre, la fecha escogida por ser un aniversario más de la muerte de San Francisco de Asís, empiezan las preparaciones para tan dulce e inolvidable fecha.
La preparación de los niños para el sacramento de la Primera Comunión, es labor de profesoras, sacerdotes, padres de familia y comunidad en general. Llegado el día, los menores reciben el sacramento bien vestidos, luego un desayuno que incluye uvas, panes y chocolate, en una mesa con manteles blancos y flores, todo con la sencillez y elegancia de la familia franciscana. Los padres de familia todas las tardes tienen misa a las 5:30, para que el sentido religioso no se pierda, y porque es muy cierta la frase que dice que “familia que reza unida, permanece unida”. Otra de las labores sociales es la que hacen con los abuelos solitarios: allí, en el comedor 'Hermano Diego', encuentran apoyo, y más de 50 de estos viejitos reciben su almuerzo diariamente. Pero, ¿quién facilita esa labor humana y social? Esta pregunta la responde el Padre Guinard, resumiendo: “La gente vallenata, cuando sabe que eres honesto y trabajas de manera silenciosa te ayuda; muchas personas se suman a la causa sin hacer ruido, al igual que grandes empresas como Éxito y Coolesar, que también aportan al hogar. Gracias a esa generosidad, el colegio garantiza alimentación gratuita para niños y ancianos. Otra ayuda que tenemos es que en los depósitos nos fían hasta que alguien aparezca; por eso no hay problema”, dice el sacerdote. Gracias a la labor de profesores vinculados, padres de familia integrales, personas y empresas solidarias, y con el aporte de la Alcaldía, al menos en el pago de maestros, el Hogar del Niño, tiene mejores condiciones para formar jóvenes de futuro, con valores y principios de ciudadanos de bien. Tanto los directores de ayer, como el de hoy, Juan Carlos Maestre, son conscientes de que el trabajo en equipo, con empeño y ganas, es una lucha que educadores y sacerdotes libran, no en busca de reconocimientos, sino como principio humano de hombres formados para la vida. Y lo mejor, para que los niños tengan mejores condiciones de vida futura.
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