Invierno 2019
La última restauración del emblemático edificio diseñado por Antoni Gaudí permite contemplar los estucos originales de la planta noble y nuevos detalles de la fachada. Texto GEMMA MARTÍ
E © Casa Batlló – Gaudí – Barcelona (www.casabatllo.es)
n 2019 la mítica fachada de la Casa Batlló –declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2005– ha vivido un proceso histórico. Tras dos años de análisis, profesionales de siete gremios han intervenido para limpiarla, restaurarla y aplicarle diferentes técnicas de conservación. Entre todos han logrado recuperar el brillo, la luz y los colores originales de este icono del modernismo diseñado por Antoni Gaudí. El proceso ha sido complejo porque los cinco materiales que componen la fachada –piedra, hierro, cerámica, vidrio y madera– requieren cada uno un tratamiento específico. Los materiales Uno de los retos de la intervención ha sido sanear y recuperar el color de diferentes piezas cerámicas, como las del tejado, que son onduladas, las de la cruz de cuatro brazos que remata el coronamiento y las de los discos cerámicos distribuidos por la fachada en medio del trencadís. También se han limpiado con agua nebulizada a temperatura elevada las piezas que componen el trencadís –que es 100% de vidrio– y se han sustituido aquellas que estaban en mal estado, lo que ha permitido devolver el brillo original a la fachada del edificio. Una fachada modernista que Gaudí añadió entre 1904 y 1906 a raíz de la reforma de un edificio neoclásico de 1875. El nuevo recubrimiento fue adherido a la
SALE A LA LUZ LA AUTÉNTICA PIEL DE LA CASA DEL DRAGÓN. Tras un hallazgo sorprendente, se ha recuperado el revestimiento original de la planta noble, un tesoro escondido por el tiempo y bajo múltiples capas de pintura que desvela la auténtica piel de la Casa Batlló. Para ello, un equipo de restauradores, conservadores, arquitectos y estucadores ha trabajado de forma artesanal con la ayuda de bisturíes para llegar hasta el revestimiento original de las paredes y los techos de la planta noble de la también conocida como casa del Dragón. El estuco original de cal descubierto, en algunos casos bajo seis capas de pintura, data de principios del siglo xx, cuando Gaudí realizó la reforma y ampliación de la casa. Los expertos destacan que cada sala es muy singular, con una tonalidad cromática distinta. En el caso del antiguo despacho de Josep Batlló las juntas del estuco en forma de trencadís se rellenaron y se cubrieron con pan de oro.
fachada original, creando leves ondulaciones que recuerdan las olas del mar y que hacen que el comportamiento de la luz sobre ella sea diferente a lo largo del día. Otro elemento decorativo restaurado son las barandillas de los balcones, hechas de hierro fundido. Tras decaparlas, se ha recuperado su color original, y hoy destacan sus barrotes dorados. Los dos tipos de piedra que integran la fachada de la Casa Batlló –la de Montjuïc y el mármol de Carrara– han sido limpiados con vapor de agua, lo que ha permitido que recuperaran su color y veta original. Además, la piedra ha sido protegida con un hidrofugante para evi-
tar que penetre de nuevo la suciedad y, de esta manera, favorecer su conservación. Los restauradores también ha intervenido en la madera, la mayoría de pino de melis de principios de siglo. Para ser fidedignos a los materiales originales, han realizado injertos con madera de la misma época y tipo conseguida en talleres y almacenes. En esta ocasión, la restauración ha desvelado dos tipos de color verde: uno más claro en las ventanas, balconeras y tribunas, y otro más oscuro en los porticones. Y es que los trabajos realizados han permitido sacar a la luz los secretos de la Casa Batlló, como los cromatismos y colores originales. 47