Foto Gonzalo Anteliz Jr.
La impecable trayectoria profesional del jinete venezolano se vio recompensada el pasado viernes cuando fue exaltado al Salón de la Fama del hipismo norteamericano recibiendo la chaqueta y la placa inmortalizadora de manos de sus amigos John Velázquez y Ramón Alfredo Domínguez, quien se fundió en un emocionante abrazo con el zuliano en uno de los momentos más importantes vividos en la historia del deporte venezolano. “Doy gracias primeramente a Dios por permitirme estar aquí y disfrutar este momento”, inició Castellano su discurso. Su p i l a r fundamental, la familia, también tuvo sus palabras: “Quisiera agradecer a mi familia, a mi mamá, mi papá, mi tío Celio González, mi hermano Abel, mis hermanas,mi esposa Abby y mis hijos”, Castellano suma hasta la redacción de esta nota 4.735 victorias en Norteamérica, conteo que dio inicio aquel ya lejano 31 de julio de 1997, cuando en la décimo primera
carrera de Calder Race Course, cruzaba por primera vez en ganancia en los estribos de la dosañera Medieval Champion. Han sido 20 años de crecimiento continuo, de triunfos memorables como aquel recordado Preakness Stakes (G1) con Bernardini o el logrado recientemente con Cloud Computing y las gestas en el sillín de Ghostzapper (BC Classic), Honor Code, Stopchargingmaria, Keen Ice (derrotando a American Pharoah), Flintshire, Dayatthespa, Princess Of Sylmar, Twilght Eclipse y muchos más, sin olvidar el triunfo logrado en la recta de Nad Al Sheba con Saratoga County en el Dubai Golden Shaheen (G1). Con cuatro Eclipse Awards en sus vitrinas y un quinto al caer, decenas de estadísticas, la confianza de preparadores y propietarios, el respeto de sus colegas y la admiración y el cariño de la afición, Javier José Castellano puede tranquilamente ver al cielo y sin palabras decirle a su padre Abel: Viejo, misión cumplida... y lo que queda.
“Es un honor para mi llamarte amigo” -Ramón Domínguez
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10 agosto 2017 - Nº165