Las ciudades existen para las personas; las vías rápidas existen para el traslado de vehículos. Las ciudades son centros de cultura y comercio que dependen de la atracción de inversión privada. El gasto público masivo en vías rápidas durante el último siglo redujo la capacidad de las ciudades para conectar a las personas y sustentar la cultura y el comercio. Aunque el siguiente reporte es sobre utopistas urbanas, principalmente es sobre ciudades y gente, lo que es más importante. Es acerca de la visión comunitaria y del liderazgo requerido en el siglo veintiuno para superar la demolición, desplazamiento y desconexión de barrios ocasionados por las vías rápidas dentro de las ciudades.