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1.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Modalidades de convivencia de las personas con discapacidad
La mayoría de las personas, con discapacidad o sin ella, residen en hogares privados con su familia inmediata o extensa. Aunque muchas personas con discapacidad viven en hogares nucleares, en los países del Caribe resulta menos frecuente que entre las personas sin discapacidad del mismo grupo de edad. Es más común que vivan en hogares con unidades familiares ampliadas y en hogares compuestos, individuales o colectivos. Una minoría significativa de personas con discapacidad viven solas: en Antigua y Barbuda, el 17% de quienes habitan en hogares privados; en Aruba el 13%, en Granada el 18%, en San Vicente y las Granadinas el 13% y en Santa Lucía el 14%9. En todos estos países, con excepción de Aruba, hay más hombres que mujeres con discapacidad que viven solos, ya que suele haber más mujeres que comparten vivienda con sus hijos u otros familiares. Una reducida proporción de personas con discapacidades no viven en hogares particulares, sino en instituciones como hogares de ancianos, clínicas, hospitales y centros de rehabilitación. En Aruba, el 5% de las personas con discapacidad viven en “hogares colectivos” (lo que contrasta con una proporción inferior al 1% entre las personas sin discapacidad). Muchos de esos hogares son residencias que prestan servicios de cuidado o u otro tipo de instituciones especializadas. La encuesta de personas con discapacidad realizada por la Comisión Nacional de Discapacidad de Guyana (2005) reveló que entre el 3%
y el 5% de la muestra de población estaban viviendo en una institución. Si bien no se dispone de datos comparables para los países de América Latina, un procesamiento especial de encuestas de hogares de la región que incorporaban preguntas sobre discapacidad (Chile, 2009; Costa Rica, 2010; México, 2010) permite observar algunas tendencias similares. Al comparar la situación de personas con y sin discapacidad se identifica una sobrerrepresentación de las primeras en los hogares unipersonales, nucleares sin hijos y sin núcleo (véase el gráfico V.12). Si este escenario fuera indicativo de los tipos de organización familiar en que viven las personas con discapacidad en la región, se estaría poniendo al descubierto una importante laguna de oferta de cuidado familiar que debería cubrirse con servicios procedentes de los otros sectores proveedores de cuidado: el Estado, el mercado y las organizaciones de la sociedad civil. Los hombres con alguna discapacidad viven preferentemente en hogares nucleares con y sin hijos y en hogares extensos biparentales donde es posible encontrar la estructura tradicional de cuidado familiar, proporcionado generalmente por una mujer. Como contrapartida, en los países considerados las mujeres con alguna discapacidad viven en su gran mayoría en hogares unipersonales y sin núcleo y en hogares monoparentales con jefatura femenina, donde tienen menores posibilidades de cuidado familiar (véase el gráfico V.13).
Gráfico V.12 CHILE, COSTA RICA Y MÉXICO: TIPOS DE HOGARES SEGÚN PRESENCIA O NO DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD (En porcentajes) 60 50
40
30
20
10
0
CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX CL CR MX Unipersonal
Nuclear biparental
Nuclear Nuclear Nuclear sin monoparental monoparental hijos jefe hombre jefa mujer
Con discapacidad
Extenso biparental
Extenso Compuesto Extenso monoparental monoparental jefe hombre jefa mujer
Hogar sin núcleo
Sin discapacidad
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Chile: Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2009, Costa Rica: Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2010; México: Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2010. 9
Datos de los censos de población y vivienda realizados en Antigua y Barbuda (2001), Aruba (2010), Granada (2001), San Vicente y las Granadinas (2001) y Santa Lucía (2001).