Contenido
Cristina Reyes: Florecer el alma
La Danza de la naturaleza
El florecer de la primavera
Alexandra Navarro: Saliendo del capullo
Semillita
Florecer desde el alma Luz del Carmen Medina: Amigos
Taza de café
Ser
Brian Orduño Bojórquez: Mi semilla
Primavera Ángel Sebastián Espinoza Rincón:
El columpio
Luis Fernando Alarcón Gómez:
Cotidianidad
Cinthia Zazueta: Flor de espejo
Manuel Valdez: Peregrino del crepúculo
Tus lágrimas divinas
Eternamente fluirán
Sofía Michelle León: Cerezo en flor Cactus
Martín Antonio Hernández: Ojos abiertos
Esteban Encinas
Magallanes: Descubriendo colores
El origen de mis colores
Yamileth Portillo: Semillas de fortaleza Reflejos de amor propio
Jesús Guillermo Sarate
Díaz: Floreciendo en la oscuridad Olivia Liliana Bojórquez Mercado:
Seis, cinco, cuatro Trascender
Cristina Reyes
FLORECER EL ALMA
En el jardín del ser, en lo profundo, nacen los sueños que anhelan brotar, pétalos que finalmente crecen, donde el alma su esencia quiere mostrar.
El proceso de florecer es un milagro, un baile de la vida en su esplendor, donde el amor es el más puro, y la pasión es eterna.
En cada instante, un brote que despierta.
En el silencio, la promesa de un día; cada pétalo es una historia abierta, como un lienzo en el tiempo que se crea.
Cristina Reyes
LA DANZA DE LA NATURALEZA
En la danza del viento y las estrellas, la naturaleza muestra su esplendor, bailando y sacudiéndose siempre sin parar, despliegan su belleza sin temor.
Bajo el sol, en su abrazo cálido y tierno, las flores se abren, un rito de amor: cada pétalo es un verso eterno, la sinfonía perfecta a descripción.
La tierra exhala un suspiro perfumado, mientras las flores bailan con el aire, así, al danzar muestran su esencia, y lo que son será llevado por el viento.
Cristina Reyes
EL FLORECER DE LA PRIMAVERA
Con el primer rayo de sol en la pradera, la primavera anuncia su llegada, el arte de florecer de todo lugar es un canto de vida, una nueva.
En cada brote, un sueño se aferra, en la tierra fértil que lo ve nacer, y en cada flor, una historia se encierra, el arte divino de vivir, crecer y morir.
Bajo el cielo azul, los campos se colorean, con la paleta de los días primorosos se ven, cada flor es un verso, cada pétalo, cada tallo, un poema eterno obsequiado.
Alexandra Navarro
SALIENDO DEL CAPULLO
Todo en este lugar es estrecho y oscuro. No encuentro luz ni salida ¿Algun día podré escapar?
Es espantoso estar encerrada todo me parece complejo; aspiro por poder ser libre
la vida de manera injusta me ha posicionado en esta situación que es catastrófica porque no soy como las de mi especie, ¿o será qué allá afuera hay otra como yo? y si la hay, ¿Cómo será su vida?
Llevo tanto tiempo dentro que desconozco cuando podré huir
El proceso es asfixiante y el espacio se reduce
imagino que cuando por fin pueda escapar será cuando voy a florecer; creo que sucederá una vez que sea franca
Hoy parece ser el día en que voy a ir al exterior, enfrentar la realidad, conocer a la madre naturaleza y descubrir si soy bien recibida
Ahora tengo alas y antenas y advierto una sensación liberadora para nada asfixiante
Todo afuera es colorido lleno de una esencia de calidad tan primaveral, y me pregunto, ¿por qué no salí antes de la oscuridad?
Todo es tan mágico cuando se me da la oportunidad de ser una criatura libre sin ataduras y sin oscuridad.
La naturaleza me permite ser lo que desee ser.
La naturaleza consiente que pueda expandir mis alas y que florezca sin esconderme por más tiempo en la penumbra.
Alexandra Navarro
SEMILLITA
Semillita de vida, capullo de florecimiento que solitaria crece en el desierto. De esa pequeña naturaleza nace el cimiento, la estructura y belleza de un nuevo ente que carece de acompañamiento
con la probabilidad de poder o no querer, sin nadie a quien querer o no querer, con el dominio de ser o no ser consciente, de vivir o morir sin dar su florecer.
En soledad está la semillita, creciendo sola y muy apenas todo a su alrededor es plano La luz del sol, encandilada, el aire cálido y el agua escasa
pero a pesar de carecer de allá
Semillita es fuerte y sigue creciendo cada vez más bonita cada vez más reluciente.
Semillita pudo crecer por su cuenta; ella sobrevivió a la escasez, ella demostró poder sin compañía; Semillita demostró ser capaz de florecer sola entre la escasez.
Alexandra Navarro
FLORECER DESDE EL ALMA
En el jardín del alma, en tierra fértil, uno florece gentil y delicado. Comienza por la semilla, en el silencio. Cada pétalo se desenvuelve, en danza divina.
Con paciencia y esfuerzo, la flor se abre al sol mostrando sus colores, en un espectáculo sin igual. En cada pétalo se guarda un suspiro de vida, un secreto ancestral bien guardado y una historia sin contar.
El florecer es un canto de amor que comienza por el miedo de crecer; es un baile en el tiempo, la danza de uno mismo. El don de renacer, cada vez más liberado.
Cada alma tiene una manera de florecer. En cada estación, en cada sinfonía ser una flor debería ser como una danza divina Como un tributo a la vida, una eterna bendición.
Luz del Carmen Medina AMIGOS
En el día de san Valentín festejamos entre amigos, hicimos un picnic en un parque cerca de la escuela: fue una tarde amena, viendo la naturaleza escuchando las risas y las voces de quienes nos acompañan en la ardua tarea de crecer, y al cerrar los ojos, recordé a mi primer amigo; con el que jugué con el que corrí y aprendí lo que es la libertad de soñar y creer que hay algo más otros mundos por explorar y vivir y es por eso que no importa a donde se haya ido el tiempo y él, porque siempre lo llevaré en el corazón y lo llamaré mi amigo.
Luz del Carmen Medina TAZA DE CAFÉ
Mi taza de café, es de mis favoritas, se ha escapado de que mi mamá la rompa, por torpezas, sin querer queriendo,
como la vez que me dijo que me veía fea con el cabello corto mi corazón se volvió un poquito amargo pero me he encargado de ponerle azúcar de vivir a través de las cosas que me gustan.
Mi taza de café fue un regalo de mi último cumpleaños y aunque se rompa la seguiré sintiendo en las manos y saboreando en los labios.
Luz del Carmen Medina SER
La libertad que sentimos al correr el gozo que sentimos al llegar, al volver a ver a quienes amamos, al estar seguros y poder descansar y simplemente ser por el tiempo que se pueda, hasta que nos tengamos que ir.
Brian Orduño Bojórquez MI SEMILLA
Y ahí estaba yo, siendo nada. Una ligera protuberancia del cosmos con un potencial infinito donde solamente el cielo era el límite.
Poco a poco desarrollé mi entorno: lo cuidé y lo protegí. No había otra cosa que importara, solamente el poder llegar.
Hoy, hoy simplemente soy algo grande, y sigo buscando crecer no a pasos agigantados, pero despacio;
tengo problemas que sacuden mis ramas pero aun así me mantengo fuerte, continúo en búsqueda del cielo.
Brian Orduño Bojórquez PRIMAVERA
Todo cambia: Desde las aguas hasta lo más verde de ti.
Donde las aves vuelan hasta llegar a un fin, donde poco a poco calienta, donde solamente prefieres estar fresca.
Muchos te quieren, otros te aborrecen pero siempre estás brindando esperanza desde donde lo oscuro y lo frío termina. Solo doy gracias por marcar un nuevo comienzo.
Donde todo florece y se ve más verde comienzan las lluvias, comienzan las hojas.
Ángel Sebastián Espinoza Rincón
EL COLUMPIO
Pasaste por fatídicas tormentas, cruzando por caminos traicioneros. Pero hasta el roce menos sincero de la espiga más marchita, acumulan cicatrices en tu delicado oído.
Ecos sutiles se abalanzan sobre tus fragmentadas brechas, dando rebotes de gran estruendo. Culpable no fue tu temple, o tu lienzo; sino el derramar aquella gota que desbordó tu presa, y aplacó al cincel que te da forma.
Ramas de un viejo roble te arrastran hacía tu ceniciento y confortable nido. Donde ninguna astilla puede atravesarte en tanto no tires de las lianas, ni despiertes al pensante.
Disfrazas al sol de tus mañanas con mapas sin trayectos o destinos. Ningún barco sale a flote, cascadas de arena se congelan y nada bueno es cosechado.
Órganos débilmente surgen de aquella fuente de esferas doradas.
Mientras las otras se apagan, tu luz poco a poco se extiende nuevamente.
Ninguna te tiene envidia, esa envidia que te condena; esa condena que no amaina. No amaina, pero sí perdona.
Aprensantes cadenas se forjan, tejidas de calcinadas riendas.
Queman, tal estrella naciente: ¡Acalla! sólo te imploran.
Tendido ante el alba soñada das ese impulso con proeza cayendo malogradamente.
Con esa última chispa; te alzas, sobrepasando esa amenazante barrera hecha de ladrillos falsamente reforzados.
Una cálida brisa te invade el alma; observando a un nuevo árbol creciente.
En un camino de rosas fértiles dejas posar tus hebras cortadas. Un arroyo de sangre marca tu cruce; uno al que ya has desahuciado.
Luis Fernando Alarcón Gómez
COTIDIANIDAD
En los días de sol negro; me levanto, y aspiro a la incomodidad del borde de mi llanto.
Salgo del agua, chorreante en campos de dalias blancas
Y aspiro a una vida llena de esto, llena del jugo lunar Y de la luz de un viento feliz, que me llevará a la cúspide de las olas del mañana.
Cinthia Zazueta
FLOR DE ESPEJO
Me insertaron en esta vida como una semilla. Acepto el capullo en el que crezco intermitentemente y sin alguna regularidad, y con cierto titubeo, acepto el lugar y el tiempo que me cedieron como un colibrí construyendo su nido, tomo pedazos de mis alrededores y los convierto en venas que poco a poco irán creciendo en pétalos que se ajustarán perfectamente a mi semilla
Y cuando el invierno inevitablemente vuelva a nacer con sus días nublados, para seguir y no someterme a éste, me aferraré al primer rayo de sol que se asome y dejaré que la canción de los pájaros de la mañana se convierta en mi canto de salvación,
y cuando los rayos del sol por fin se desvistan y se liberen de sus ataduras a los sueños veo mi reflejo en el lago que, sin reproches, por tanto tiempo me dio de beber y en él puedo reconocer que florecí en una pequeña flor que es también espejo:
Espejo de las personas que caminaron a mi lado y de los pájaros que volaban sobre el lago, de los días en los que deseé haber rechazado mi capullo, todos los lugares y todos los tiempos. Aparto la mirada de mi reflejo y acepto la melancolía eterna de ser flor de espejo.
Los cielos, las vistas los mares
Manuel Valdez
PEREGRINO DEL CREPÚSCULO
tanta belleza en este mundo y yo sigo siendo un peregrino sin ningún tipo de rumbo que las sonrisas no fueron hechas para mi ni la constelación impresa en tu piel un margen de lunares
Solo puedo ahogarme en las profundidades de un vasto pensamiento donde mis inseguridades bailan, aquellas con las que me miento
Los secretos de la vida los trae la luz del día, pero yo soy un desierto abrigado por la luna un ser crepuscular
no pertenezco aquí por eso peco de parecer indiferente mi corazón se encuentra allí arriba, en la bóveda celeste
Mis semillas, asfixiadas por un viento lleno de melancolía
Yo nazco en el momento en que lees estos simples versos, y muero tan rápido como aquellos pensamientos tan dispersos tan lejanos
por eso escribo para no ser devorado palabras mágicas que me salvan de todo escenario imaginado.
Otra vez, mírame sangrar a través, de la tinta de mi pluma buscando algún camino que me saque del laberinto de mi soledad.
Manuel Valdez
TUS LÁGRIMAS DIVINAS
¿A dónde es que vas ahora? cuando mas te necesito no te encuentro en ningún lugar cambiando temporada alejándote, una vez más.
Una vez yo estuve mucho mejor pero ahora todo parece equivocado cada vez sintiéndome peor cuando te apartas de mi lado
Eterno resplandor que provocas esperando a que el cielo se desangre y este capullo, lento se desarme.
Una multitud a mi oído dijo, tú eres mi único destino, pero yo soy quien su corazón aun no ha florecido
Y entiendo que eres una semilla sin necesidad de ningún dueño pero me doy cuenta que completo
digerí este sueño
no me frenes hoy que te abro la puerta de mi alma y estando a punto de alcanzarla casi obligándole a que salga solo hoy puedo llorar lágrimas divinas
evidencia de mi humanidad que todavía me cuesta aprender a ser una persona y sigo buscando palabras dignas para hablar tu bello idioma.
Manuel Valdez
ETERNAMENTE FLUIRÁN
Se eleva el frío sol de enero el tiempo sigue pasando mientras, convivo con el miedo.
Viento corre en febrero con pensamientos que me ahogan pero sigo intentando ser un poco más sincero, Maravillado, veo árboles y a sus hojas caer, enterrado este corazón siento tanto que en mi pecho no parece caber.
Ahora hablemos de felicidad ese mito inalcanzable que mientras más se busca la desdicha es innegable
todos buscan el velo de la suerte y yo, transito un vilo corazón inerte
Si has de florecer no necesitas primavera que en tus ojos se guarda una gran inmensidad no serías la primera alma resguardando intimidad
de personas y emociones, abandonando las razones que te darán la eternidad
Aprendo a fluir sobre lágrimas o adversidad que no es lo mismo vivir a pretender que no ha pasado el tiempo y todo sigue igual.
La vida se hace difícil cuando no eres transparente y se pierde el gran oasis cuando eres quien se miente.
Cada quien busca su catársis, podrías habitar un cosmos lleno de imaginación pero de ti versiones existen como flores en el mundo a punto de su eterna eclosión.
Sofía Michelle León CEREZO EN FLOR
Al calor de la tarde en un día común, sigilosamente, fui rodeada por una brisa que me envolvió inevitable en una percepción de atemporalidad. Apareciste en mi vida, y aún me pregunto si fue destino o casualidad. Sensaciones cálidas brotaron por primera vez,
los sentimientos florecieron de mis ojos cuando te vi en aquella ocasión, más no fue tu forma o apariencia que me llamó, sino tu manera amable de ser. No me bastó solo con admirarte, pues sentimientos desbordantes se acumulaban en mi pecho, pidiendo ser liberados.
Tal vez el extrañarte se considera raro, cuando poco conocía de ti; pero no tuve tiempo de cuestionarme. Ya que desapareciste, un gélido invierno se posó sobre mi, dejando congelados mis sentimientos, internado en lo profundo de mi corazón. Mis esperanzas de volverte a ver se sintieron marchitar,
curioso es el destino y su manera de obrar de nuevo en tu camino me volvía a cruzar; una década había acontecido pero te juro, y no miento cuando te digo que, parecieron pocos minutos al ver tu rostro y tus ojos encontrándose con los míos predije que era obra del destino.
Sofía Michelle León CACTUS
Medré en un basto campo azotado por el sol, árido espacio colmado de granos polvorientos. Un cielo tan brillante de estrellas tan lejanas por alcanzar, noches álgidas que te harían dudar de ti mismo.
El calor en aquel lugar nunca fue el verdadero infierno donde sobrevivir se anteponía a la idea de vivir; todo se sentía con mayor vehemencia.
Mi fé por algo mejor era lo único que me guiaba a buscar la felicidad.
Lograr la tenacidad se volvió doloroso, no por la persistencia, sino por el suplicio de aquello que se pierde al avanzar. Poca oportunidad hay de lamentarse cuando la corteza se torna dura, pues el páramo te vuelve impasible a la suavidad de la vida.
Tal vez, y sólo tal vez, esto fue un intento del destino por detenerme; si había señales de contención el ofuscamiento de mi esperanza lo convirtió en resiliencia,
puesto que mi casa había sido el desierto, me convertí en un cactus, y el mundo era ahora mi maceta.
Martín Antonio Hernández
OJOS ABIERTOS
Esos ojos que permanecieron cerrados por tanto tiempo que parecía que nunca verían la luz, por fin se han abierto, para calmar esta inquietud.
Necesitaba muchas cosas por conocer, madurar es una de las carencias cuando cometemos errores que dañan a terceros con violencia, y en primer lugar está una persona que le falta hacer las cosas con inteligencia. Y por ello,
te agradezco por la decisión de permitirme abrir los ojos; dejo atrás los malos momentos, la falsedad y los enojos.
Esos ojos que se abrieron, nunca se volverán a cerrar.
Esteban Encinas Magallanes
DESCUBRIENDO COLORES
Encuéntrame cuando des un paseo por el parque, espero poderte cautivante con lo poco que a simple vista puedas apreciar. No me resulta fácil mostrarme tal y como soy por los lugares por donde suelo estar. Tómame con ambas manos y llévame a casa, los primeros días será difícil mantenerme, pues no estaba listo para el cambio, pero, es que a decir verdad, nadie lo está, y tú estás a punto de descubrirlo. A veces necesito sol pues me gusta soñar viendo aquello que en realidad no sé lo que es, y a veces necesito de la lluvia pues son aquellas gotas las que me brindan esto que te quiero compartir.
Pasará el invierno y por fin nos podremos conocer de verdad; poco a poco, lentamente, iré mostrando mis colores floreciendo en todo este entorno que has construido con amor para mí, así, culminado mi florecimiento esparciré mi fragancia por tu vida ,envolviéndote en una fragancia que te lleve a florecer,
aquello que al igual que tú no conocías de mi, yo no conozco de ti.
Yamileth Portillo
SEMILLAS DE FORTALEZA
En el espejo de la vida, comienza el arte de florecer, un viaje de amor propio que nos invita a renacer.
Cada pétalo de autoestima es una declaración, de que merecemos amor y plenitud en cada estación.
Como un capullo que se abre con delicadeza y valentía, así florece el amor propio en nuestra odisea diaria.
Cada pensamiento amable es como agua para la semilla, nutriendo la confianza y fortaleciendo la sencilla.
El arte de florecer con amor propio es una danza, donde cada paso nos acerca a la propia esperanza.
Las heridas del pasado se convierten en cicatrices de luz, testimonios de resiliencia, fuerza y gratitud.
Así, en el jardín del alma, cada ser puede florecer, abrazando su esencia con ternura y poder.
El arte de amarse a uno mismo es un canto a la belleza, una danza de autoaceptación que llena de fortaleza.
Yamileth Portillo REFLEJOS DE AMOR PROPIO
En el reflejo de mi alma, encuentro la verdad, un destello de amor propio, una eterna lealtad. Cada cicatriz, cada arruga, es parte de mi historia, testimonio de resiliencia, de fuerza y victoria.
Acepto mis imperfecciones con amor y comprensión, pues en ellas descubro mi auténtica expresión. Como un jardín en flor, mi ser se despliega con esplendor, abrazando cada faceta con gratitud y fervor.
El amor propio es un viaje de autoaceptación, donde cada paso es un acto de liberación.
Me abrazo en mis debilidades, me celebro en mi grandeza, pues en cada aspecto encuentro mi propia belleza.
En el eco de mi corazón resuena la melodía, de amor incondicional que me llena de alegría. Así, en el abrazo de mi ser, encuentro la plenitud, pues el amor propio es el inicio de toda virtud.
Jesús Guillermo Sarate Díaz
FLORECIENDO EN LA OSCURIDAD
Entre la oscuridad se encuentra un alma triste que en su silencio solitario siente dolor y un vacío;
aunque de su alma brotaron espinas, en su interior yace cierta calidez que lucha por salir y encontrar la luz entre mares de oscuridad y el marchitar, se encontró una esperanza que le permite purificar y florecer su propia alma.
Olivia Liliana Bojórquez Mercado
SEIS, CINCO, CUATRO
Cuántas noches sin dormir, cuántas lunas me miraron; entre lágrimas caían los recuerdos que formamos.
No lograba ver el fin de tan larga agonía, de esperar cada día que volvieras junto a mi.
Pero un día comprendí, que ya todo había cambiado; de las lágrimas brotaron y mis lágrimas regaron las semillas que hay en mi.
Nada dura para siempre, hoy lo puedo entender; son los cambios de la vida, los que me hacen florecer.
Si los pétalos se caen y las hojas se marchitan, no resistas al proceso, solamente duele más.
Cada etapa trae lo propio, no lo debes olvidar. Vive ahora, ¡Vive, vive! ya después comprenderás.
Que las semillas que has dejado con el tiempo emergerán. Trascender es el regalo donde siempre vivirás.
Olivia Liliana Bojórquez Mercado TRASCENDER
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