Revista Proyectiva [Número 1]

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Una mirada desde la historia La utopía clásica Es la formulación de un estado ideal, bien sea en un proyecto o en un retrato narrativo, “tan intrínsecamente bueno y que satisface tantos anhelos profundos, que obtiene una inmediata, casi instintiva aprobación”. En Grecia las ciudades, estados independientes o polis reflejaban la concepción helénica de “una unidad de convivencia político – social y la arquitectura era un dato tácito, que por su obviedad, no se planteaban los filósofos”. Les sucedía a los filósofos griegos lo mismo que le sucede siempre con la arquitectura al público en general. La arquitectura está consciente como idea en la mente de los arquitectos, pero para el resto de la gente su existencia no es racional porque es obvia. Las Guerras Médicas arrasaron ciudades y dieron como resultado el surgimiento de una corriente que sistematiza las experiencias y construye la primera teoría urbanística de la historia. Como ya dijimos, Hipodamo de Mileto fue el primer urbanista. Su propósito era, como el de cualquier plan de ordenamiento territorial actual, “ordenar y regularizar las ciudades existentes o por construir”. Fue el responsable de la idea de ciudades con formas geométricas. Sus preocupaciones eran pragmáticas. Es en el siglo V antes de Cristo, cuando la nueva orientación antropológica del pensamiento griego por cuestiones de lenguaje, sociedad, moral y buen gobierno provoca la utopía arquitectónica, urbanística y social. Las primeras visiones utópicas son teorías que determinan sistemas sociales compuestos de intangibles, sin imágenes construibles. Los

Mosaico romano que representa a: Platón enseñando a sus discípulos

“cínicos” quienes rechazan las convenciones sociales e incluso la polis, soñaban con una “ciudad de toneles” en donde vivían hombres libres y frugales como Diógenes. Los hedonistas, quienes propugnaban los principios del goce ilimitado al que consideraban lo diferencial humano, soñaban con una “ciudad de los amigos” que brindaría a sus habitantes el máximo grado de placer y felicidad. Platón (427-347 a. de J.C.) sintetiza las visiones de la ciudad como una totalidad a la vez política, económica y arquitectónica. Escribió tres utopías: su primera ciudad es el Calípolis descrita en La República: la constituía una élite dedicada al gobierno y a la guerra, al estudio y a la gimnasia. El resto de la población realizaba labores de producción. Esta “ciudad ideal” paradójicamente cuenta con muy pocas imágenes urbanas. La experiencia de concreción en Siracusa, apadrinada

por el tirano Dionisio II El joven, fracasó. Decepcionado por este precedente describió su segunda ciudad ideal en “Atlántida” desarrollada en el “Critias”. Aquí, con minuciosidad, relata los aspectos formales y funcionales de la polis. No describe su sociedad, pero aclara su composición: se trata de los descendientes perfectos de Poseidón. En su última obra “Las leyes”, Platón establece un modelo de sociedad ideal donde sintetiza sus visiones referentes a lo social y lo urbano. Era una utopía concreta, moderada y realizable que debería materializarse en un lugar interior de la isla de Creta. Un grupo de gobernantes constituían la ciudad de los magnates. Estaban dedicados como en Calípolis al estudio y la gimnasia y existían esclavos servidores y artesanos productores de bienes. Un régimen moderado hacía posible el estímulo al trabajo, se evitaba la concentración de la riqueza y los “apetitos de incontinencia”


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