Espíritus Libres 1, Egresados UdeA

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en el hospital universitario. “En ese momento en Colombia se seguía enseñando la neurología clínica junto con la neurocirugía, y la creación de este centro fue el determinante de esa separación”, explica el doctor Carlos Santiago, graduado con honores de la Facultad de Medicina en 1961 y especializado en neurología en Boston, Estados Unidos. En una de las paredes de su consultorio, en la Clínica Medellín de El Poblado, el doctor Uribe tiene exhibidos quince diplomas y certificados de su formación profesional y de sus aportes a investigaciones como el Alzheimer familiar y al primer trasplante de corazón realizado en Colombia, en 1985. Después de haber fundado el servicio de neurología, se convirtió en el primer jefe de esa unidad, cargo que ocupó hasta 1992, cuando se jubiló como profesor de la Universidad de Antioquia. A partir de ese año, siguió como docente de cátedra en el posgrado de Neurología Clínica, actividad que todavía ejerce. Como docente, el doctor Carlos Santiago ha formado a una importante cantidad de neurólogos del país. De la docencia resalta que los estudiantes tienen mucho que enseñar, “hay un intercambio permanente de información, el docente ya no es el que lo sabe todo”. Su ejercicio como profesor lo alterna con la consulta médica. “De seis a diez doy clase, de diez a doce estoy en el Instituto de Neurología de Antioquia, y de dos a seis de la tarde estoy en el consultorio”, explica su rutina. Con base en la experiencia, destaca que lo más satisfactorio de su profesión son los diagnósticos oportunos

y rápidos. “Infortunadamente para las enfermedades neurodegenerativas todavía no hay una solución definitiva, pero sí hay otras como las enfermedades cerebrovasculares que con un diagnóstico a tiempo se puede evitar que la persona quede paralizada completamente”, relata. Por eso celebra cuando un paciente consulta rápido y confía en que la remisión oportuna ayuda a preservar su vida y su salud: “Si bien hay enfermedades neurológicas difíciles, a uno le da satisfacción al menos diagnosticarla a tiempo y poder consolar a la persona hasta donde uno pueda”. Este neurólogo lidera investigaciones relacionadas con enfermedades cerebrovasculares y movimientos anormales, como Parkinson y epilepsia. Siempre con la intención de ayudar, pues su deseo desde niño siempre fue el de servirle a la gente. “Ser útil a la humanidad y poder salvar vidas, que es para lo que estamos, no siempre se logra pero lo intentamos”, afirma. Carlos Santiago Uribe está casado con María Cecilia Londoño y es padre de Juan Santiago, neurólogo; María Cristina, comunicadora; y Carlos Esteban, cardiólogo. Una familia a la que le ha dado todo el cariño y de la que ha recibido en igual proporción. El mismo afecto y respeto con los que se ha dedicado a la medicina, la investigación y la docencia, con aportes concretos al conocimiento de la neurología en el país y dejando en alto el nombre de la universidad en Colombia y en el exterior.

Fotografía: Julián Roldán / Perfil: Gloria Estrada Soto

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