Francisco I. Cáceres Ureña, PhD
Cuadro 5 Porcentaje de personas que han experimentado algún tipo de discriminación al menos una vez durante los últimos 12 meses, por razón de la discriminación, según tipo Razón de la discriminación Tipo de discriminación Total
Por su condición de VIH+
Por otra razón
Por su condición de VIH+ y otras
No sabe
No aplica
Ha sido excluido(a) de actividades sociales
7.4
48.6
13.5
17.6
12.2
8.1
Ha sido excluido(a) de actividades religiosas
3.1
61.3
12.9
12.9
3.2
9.7
Ha sido excluido(a) de actividades familiares
11.4
71.1
4.4
17.5
3.5
3.5
Le han murmurado alguna vez
62.3
69.3
7.1
19.1
2.9
1.6
Ha sido insultado(a), acosado(a) o amenazado(a)
29.8
41.9
33.3
21.9
1.5
1.9
Ha sido acosado(a) o amenazado(a) físicamente
13.8
26.1
52.9
15.9
2.9
2.2
Ha sido agredido(a) verbalmente
29.7
41.9
33.3
21.9
1.5
1.5
Ha sido agredido(a) físicamente
10.5
12.4
64.8
18.1
1.9
2.9
tuir alrededor del 70% de los casos cuando se trata la exclusión de actividades familiares (71.1%) y las murmuraciones (69.3%). La condición de VIH positivo también explica un alto porcentaje de los casos de exclusión de actividades religiosas (61.3%), exclusión de actividades sociales (48.6%), insultos o amenazas (41.9%) y agresiones verbales (41.9%). Si se suman aquellas personas que respondieron haber sido discriminadas por su condición de VIH positivo y otras razones, con quienes afirmaron haber sido discriminadas solo por su condición de persona que vive con el VIH, entonces hay que concluir que exceptuando el acoso y la agresión física, más del 60% de todos los casos de discriminación se deben al hecho de que las personas son portadoras del VIH (ver Gráfico 4). Además de esas formas de discriminación existen otras como es el rechazo o la presión psicológica por parte de la pareja, así como el rechazo experimentado por los familiares por el hecho de que la persona entrevistada es VIH positivo. Estas situaciones se exponen en el cuadro 6, donde se pone de manifiesto que en el 15.0% de los casos los familiares han sufrido algún tipo de discriminación por la condición de salud de la persona entrevistada, lo cual pone de manifiesto cómo una parte del rechazo a la persona que vive con el VIH se extiende a sus familiares. A su vez, el 13.5% de las personas estudiadas han experimentado rechazo sexual de parte de su pareja alguna vez durante el último año. Mientras tanto, uno de cada diez entrevistados (9.9%) ha recibido presión psicológica por parte de su pareja. Nuevamente, cuando se recurre al sexo de la persona para analizar la situación, se percibe que cuando la persona que vive con el VIH es mujer, el riesgo de que los parientes experimenten algún tipo de rechazo es mayor. De igual
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