Revista En Obra 135

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veces más. Es claro y resulta lógico que las dos terceras partes de los nuevos militantes y dirigentes están haciendo su primera experiencia y dando sus primeros pasos en la Negociación Colectiva. Venimos haciendo esfuerzos por formar, capacitar y calificar a nuestros dirigentes. ¿Cómo deberían ser? Mejor, cada día estudiar, aprender para ser mejor, para superarnos, ese debe ser siempre nuestro objetivo. El licenciado en sociología y doctor en Ciencia Política, Juan Bogliaccini, dijo en una reciente nota, que en los países con tradición corporativa como Alemania, Suecia, Finlandia y Holanda, los altos niveles de coordinación entre empresas, sindicatos y Estado, permite estructurar políticas a largo plazo, lo que no sucede en nuestro país donde existe una desconfianza recíproca. Si esto es así ¿cómo se revierte? ¿No puede haber aquí cultura de diálogo y posterior consenso? Si claro, pero esos dos componentes no se venden en ninguna farmacia o supermercado. La confianza y la cultura de diálogo se construyen en base al respeto, al tener presente que representamos intereses distintos, a que las personas enfrente a nosotros tienen determinada representatividad, a que no vamos a tener razón por gritar más o hacer alarde de una pequeña cuota de poder para hacer sentir derrotado al otro. En fin, discutir políticas de Estado y construir a largo plazo, sería a mi juicio, colocar en la agenda hoy temas tales como: distribución más equitativa de la riqueza, cambios en la matriz productiva, inversión calificada en proyectos empresariales con más valor agregado, matriz energética, soberanía alimentaria, desarrollo industria, capacitación y formación profesional para determinadas tareas, etc. Ud. sigue defendiendo que los medios de producción deben estar en manos del Estado, pese a que el sistema fracasó en términos generales, ¿cómo lo sostiene? ¿Fracasó? ¿Quién fracasó? ¿Acaso el sistema capitalista en constantes y reiteradas crisis, que llevan a casi 400 millones de desocupados en el mundo, a más de 800 millones de pobres y hambrientos, a mil millones sin atención de salud y sin acceso al agua potable, a que millones en el mundo deban sobrevivir con un ingreso promedio de 2 dólares diarios, a que un país como los Estados Unidos de América se crea que tiene el derecho a invadir cualquier país del planeta si no están de acuerdo con sus gobiernos y lo bombardean en nombre de la Paz? ¿Quién fracasó? Yo creo cada día más en el socialismo. ¿Qué sucede con los reparos que ha marcado el sector empresarial a la ley de negociación colectiva ante nuestro gobierno y la OIT? Estamos charlando, conversando entre las partes, tratando de encontrar los caminos que nos permitan discutir con objetividad las diferentes visiones respecto a un muy buen instrumento democrático como dicha ley.

24 I EN OBRA I MARZO - ABRIL 2012

Sindicatos

Por Dr. Hebert Machado Grau Pérez Asesor Letrado de APCCU

La evolución de liberalismo a partir de la revolución francesa de 1789, con su creación conceptual de que todos los seres humanos, nacen libres y son iguales en derechos, y con su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano; llevó a la generación de toda una serie de teorías, ya no sólo sobre los primeros derechos humanos, (libertad, propiedad), para posteriormente considerar entre otros, los derechos sociales y los derechos colectivos que nos fueron atribuidos, como personas, y que merecían la tutela del derecho positivo. Muchos derechos, fueron el fruto de luchas políticas y de revoluciones políticas, con pérdidas de vidas. Esta evolución pasó del Estado- fuerza en el siglo XVII, al Estado policía en el siglo XVIII, al Estado de Derecho desde el siglo XIX. Es recién luego del siglo XVIII, que empieza el tiempo de los derechos, subrayándose primero los humanos o individuales, estableciéndose luego los colectivos y los sociales, y la evolución continúa. En lo que se refiere a nuestro país, las Constituciones de 1830 y de 1918 ignoran la cuestión de los derechos colectivos o derechos sociales; y recién con la Dictadura de Terra, es que se reforma la Constitución innovando fundamentalmente en lo concerniente a la declaración de los derechos y los deberes. Entre ellos, el artículo 57, que según la doctrina laboralista ordena al legislador la promoción de los sindicatos, otorgándoles franquicias y reconociéndoles personería jurídica. Con la aprobación legislativa de los Convenios Internacionales de la O.I.T. 87 y 98, se exaltaron determinados criterios, como por ejemplo que: los trabajadores pueden constituir todas las organizaciones sindicales que estimen necesarias, sin permiso de las autoridades o de cualquier organismo o entidad ajena a ellos mismos. Es por ello, que los sindicatos pueden constituirse con total y plena autonomía. Y al hacerlo, no tienen que observar condiciones o requisitos de especie alguna. Basta que en una empresa, se reúna un grupo de sus trabajadores, que expresen su voluntad de actuar como grupo de presión social, para que puedan actuar como tales. Siguiendo al Profesor Héctor Babace en comentarios sobre la actividad sindical expresa: “La manifestación externa extrajudicial más importante de esta actividad, es la negociación colectiva…” “…La negociación colectiva tiene como forma de culminación, la celebración de un acuerdo, generalmente termina en un convenio colectivo. No hay convenio colectivo sin negocia-


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