Hay que comenzar por lo más sencillo, siempre que se pueda, realizar una alimentación equilibrada y saludable, para ello se pueden seguir estos sencillos consejos: • Realizar varias ingestas al día: desde 3 hasta 7 u 8 si hay poco apetito, repartir los alimentos en varias tomas para que la digestión sea más fácil. También es importante llevar un horario regular de comidas. • Tomar 5 raciones entre fruta y verdura al día: son una gran fuente de nutrientes (antioxidantes, vitaminas, minerales, fibra…) que nos ayudarán a mantener nuestro cuerpo en un estado óptimo. • Consumir un aporte proteico adecuado: puesto que las proteínas son los nutrientes clave en la recuperación de cualquier enfermedad o cirugía, deben de estar en cantidad suficiente. Se deben incluir mínimo dos raciones de proteínas
al día (carne, pescado, huevos, lácteos, legumbres…). En caso de alimentación vegana, es necesario un estricto control por parte del nutricionista para evitar carencias de vitaminas (como la B12) y de algunos minerales (zinc, hierro…); así como asegurar que el aporte proteico vegetal cubre las necesidades. • Proporcionar la energía necesaria: el cuerpo necesita unas calorías mínimas para que nuestro organismo funcione con normalidad. Los cereales integrales y granos (arroz, quinoa, trigo, avena, mijo…), así como sus derivados integrales (pasta, pan, harinas…), las legumbres, los tubérculos (patata, boniato, yuca…) ayudarán a tener un menú más calórico a base de hidratos de carbono complejos. • Tomar lácteos a diario: aunque no son alimentos imprescindibles, el consumo de yogures, quesos o leches fermentadas aportan al organismo lactobacterias (probióticos) beneficiosas para nuestra microbiota intestinal (mejoran inmunidad, tránsito 59 farmaventas
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ALIMENTACIÓN BÁSICA: EQUILIBRADA Y SALUDABLE
La ll a ve d e tu sa lu la ti en es tú. d,
intestinal, absorción de nutrientes…). • Mantener una correcta hidratación: el agua es la principal bebida para mantener el cuerpo hidratado. En caso de no poder ingerirla, hay diferentes soluciones (infusiones, caldos, agua gelificada, gelatinas…) que ayudarán a cubrir dichas necesidades. • Priorizar el uso del aceite de oliva: nuestro oro mediterráneo aporta a la dieta potentes antioxidantes así como valor calórico. Es recomendable tanto para cocinar como para usar en crudo priorizando su uso frente a otros (de coco, de soja, de palma…). También se podría alternar con el aceite de girasol. • Mantener una dieta saludable: – Evitar el consumo de grasas saturadas e trans (en productos industriales, precocinados, ultraprocesados…). – No abusar de alimentos azucarados (dulces, chucherías, refrescos…). – No sobrepasar la ingesta de sal. – Suprimir el consumo de alcohol.
Especial
con la depleción proteica y el riesgo de infecciones, como son la albúmina, prealbúmina, transferrina y linfocitos. Con la valoración de todos ellos, se elaborarán las pautas necesarias para mantener o mejorar el estado de salud del paciente, siendo necesario un seguimiento durante la evolución de los tratamientos aplicados.
26/5/20 10:54