Revista nº 588 (marzo abril) 2017

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La familia Núñez García junto a la niña Irene en la UCI de neonatos.

en este caso no se trate de un sacramento, sí que es todo un sacramental. Es muy importante entender que los sacramentales no son lo mismo que los sacramentos. A diferencia de los sacramentos, instituidos por Cristo, los sacramentales han sido instituidos por su Iglesia y adaptados a la cultura y a cada época. Por ello, el número de sacramentales ha fluctuado según los tiempos y la cultura, y nunca ha habido un número permanente de ellos. Además de la liturgia, la vida cristiana se nutre de formas variadas de piedad popular, enraizadas en las distintas culturas. Esclareciéndolas a la luz de la fe, la Iglesia favorece aquellas formas de religiosidad popular que expresan mejor un sentido evangélico y una sabiduría humana, y que enriquecen la vida cristiana. No obstante, aunque

vinculados a la religiosidad de lo popular, los sacramentales se consideran signos sagrados que santifican nuestra vida cotidiana y expresan efectos, sobre todo espirituales. De acuerdo con la teología católica, estos sacramentales infunden la gracia por intercesión de la Iglesia y permiten la santificación de las diversas circunstancias de la vida. Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella. La definición precisa que el catecismo de la Iglesia Católica nos da sobre los sacramentales es: «Signos sagrados, instituidos por la Santa Madre Iglesia con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expre-

Entre los sacramentales, las bendiciones de personas y objetos religiosos ocupan un lugar importante. Comprenden a la vez la alabanza de Dios por sus obras y sus dones, y la intercesión de la Iglesia para que los hombres puedan hacer uso de los dones de Dios según el espíritu de los Evangelios. Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre «con toda clase de bendiciones espirituales» (Ef. 1:3). Por eso, la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo. En conclusión, los sacramentales recogen una gran variedad de bendiciones y han permanecido como una parte de la vida de la Iglesia a lo largo de los siglos. La Iglesia instituye estas bendiciones no para complicar nuestras vidas o para hacerla menos bíblica, sino para infundir nuestras vidas diarias con gracias espirituales adicionales que nos ayudarán a ser cristianos virtuosos. A medida que avanzamos, mantengamos siempre en mente ese fin y no hagamos estos rituales sólo por hacerlos. Lo peor que podemos hacer es utilizar estas bendiciones sacramentales como una especie de libro de hechizos o encantamientos que trabajan de forma mágica para alcanzar un objetivo deseado. Además de las bendiciones sacramentales, en otras ocasiones el servicio de atención espiritual y religiosa del hospital cordobés aborda la espiritualidad y religiosidad de estos pacientes con la celebración de los sacramentos de la penitencia, la comunión y, en los casos más tristes que se puedan presentar, el bautismo de urgencia y la correspondiente unción de enfermos.

* PASTORAL DE LA SALUD SERVICIO DE ATENCIÓN ESPIRITUAL Y RELIGIOSA

MARZO-ABRIL 2017 SAN JUAN DE DIOS

san efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida».

HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS - CÓRDOBA

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