Planeta Tlalpan, Año 6, núm. 57, julio 2013

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COMERCIANTES DENUNCIAN El tlacuache el único marsupial mexicano CORRUPCIÓN EN TLALPAN habitante de la Sierra Ajusco-Chichinautzin PARA MUESTRA UN B

TÓN

María de los Ángeles García Grimaldo, líder de 1,070 de los aproximadamente 8,000 comercios informales establecidos en la Delegación Tlalpan, afectada por los recientes operativos de desalojo del comercio informal en Acoxpa y antes en Calzada de Tlalpan (zona de Hospitales), donde por cierto se reinstalaron a los pocos días, acusó a las autoridades delegacionales de incumplir acuerdos, elevar cuotas e imponerles pagos adicionales a cambio de mantenerlos en la vía pública. Los comerciantes sostienen que las autoridades delegacionales les entregan recibos de 50 pesos por pagos de 200 o, peor aún, entregan dinero sin ningún recibo a cambio. El problema es complejo. Por un lado es genuino el derecho al trabajo y a una organización que lo asegure; por otro lado, es indiscutible el derecho de vecinos y transeúntes al libre tránsito y a su seguridad y salud. Como también es cierto que las leyes y reglamentos parecen concebidos para promover y facilitar la corrupción entre autoridades y ciudadanos. Al menos los últimos lo tenemos claro, lo que sorprende y lastima es que a estas alturas y con sobradas pruebas por doquier nuestras autoridades lo nieguen y lo nieguen y lo nieguen, al punto de llegar a defender públicamente lo indefendible. Debería darles vergüenza.

E

l tlacuache común (Didelphys marsupialis ) es un mamífero omnívoro, arborícola habitante en las zonas templadas y tropicales de México. Del tamaño de un gato doméstico adulto (45 cm, aproximadamente), apareció en nuestro planeta hace 60 millones de años. Se alimenta de cualquier cosa, razón por la cual acostumbra estar la mayor parte del tiempo cerca del hombre. Fue el primer mamífero mexicano que viajó a Europa oculto en los barcos que transportaban frutos desde el Nuevo Mundo.

El tlacuache "NO" transmite la rabia, pues su temperatura corporal le impide desarrollarla. No son animales agresivos: al sentirse intimidados, se hacen los “ muertitos” . Dejarlos transitar libremente por patios y jardines es bueno para la seguridad del ser humano, pues aguantan hasta 80 mordidas de víbora de cascabel o coralina, comen alacranes, insectos y desperdicios; además, nuestro encuentro con ellos suele ser escaso porque salen a buscar comida sólo de noche, son lentos y su vista es mala. Sus crías pasan dos meses en la marsupio de la madre, amamantándose, y luego otros dos meses en el lomo materno recibiendo enseñanzas de vida. Los tlacuaches se han adaptado a la invasión del hombre y lo único que piden es poder transitar libremente sin que se les agreda por su aspecto de roedor. Recordemos que ya existían hace más de 100 millones de años. Pensemos en que quienes estamos invadiendo su territorio somos nosotros.


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