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Figura 33. Elementos óseos fechados y asociación espacial entre material lítico y restos de caballo nativo en Las Monedas

Figura 33. Elementos óseos fechados y asociación espacial entre material lítico y restos de caballo nativo en Las Monedas. Fotos: César Méndez.

mientras que los restos del esqueleto apendicular corresponden a un cricétido indeterminado (4%). Incluso cuando las piezas están muy fragmentadas, la preservación del material es muy buena, ya que el registro faunístico no presenta signos de meteorización. Dentro de las evidencias tafonómicas un factor importante de alteración es la abrasión de las superficies óseas. Esta se distribuye homogéneamente en la totalidad de los especímenes, siendo el agente causante el continuo paso de partículas acarreadas por agua (Lyman, 1994). Este indicador apoya transporte de los especímenes óseos, mientras que las improntas de radículas distribuidas sobre una cara de los huesos, sugieren cierta estabilidad depositacional posterior. Por su parte, las evidencias de acción humana más sugerentes se centran en un húmero de caballo nativo con una fractura traumática, negativos de lascas y derivados de esta fractura en condiciones que los análisis descartaron alternativamente acción animal o pisoteo. A partir de lo observado en Las Monedas, las indicaciones de acción humana en la generación del contexto son bastante débiles, aunque no inexistentes.

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2. La señal humana en los conjuntos líticos de la localidad del graben central de Quereo El carácter horizontal de los depósitos, así como el hecho que las piezas reportadas y analizadas provengan de los niveles asociados a los restos de fauna, han sido argumentos para estudiar los materiales de sitio de quebrada de Quereo. En la excavación fue posible identificar rasgos de ordenación del espacio sugerentes de agencia humana. Por ejemplo, en el nivel Quereo I, «En un área de 250 cm2 se registraron sus ocho porciones (de caballo nativo) junto a bloques líticos» (Núñez y otros, 1994b, p. 108). La asociación espacial entre varias unidades anatómicas de un mismo animal y bloques líticos sugiere acción humana en la génesis del rasgo. La presencia de estos clastos angulosos en Quereo, dispuestos de forma contigua a los restos óseos, se repite en las plantas excavadas de ambos niveles. Sin embargo, las piezas líticas de Quereo podían caracterizarse como: «tipológicamente débiles y de baja frecuencia» (Núñez y otros, 1994b, p. 110). De hecho, el conjunto se compone de 45 piezas líticas, muestra muy reducida si consideramos las amplias áreas descubiertas en la excavación.

El carácter poco diagnóstico del conjunto llamó a usar criterios técnicos derivados de la experimentación con talla lítica en las mismas rocas, conjugados con criterios tafonómicos, como la abrasión diferencial, para evaluar la intervención humana sobre las piezas. Una cuantificación de las huellas de intervención sugiere un bajo

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