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Figura 24. Astrágalo de caballo nativo y lasca de basalto usada de Taguatagua 1

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Bibliografía

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multidisciplinaria que buscó entender el escenario en el cual se desenvolvió el ser humano durante ocupaciones que acontecieron al término del Pleistoceno. Durante la primera investigación se excavó una extensa planta de 300 m2 en el sitio denominado Taguatagua 1 (Montané, 1967, 1968; Casamiquela y otros, 1967; Mostny, 1968; Palma, 1969). En este contexto, los restos óseos de mastodonte (Cuvieronius1) y caballo (Equidae2) se encontraron dispersos, incompletos y fragmentados, sugiriendo actividades de desarticulación (figura 24). La presencia de huellas de corte en los huesos, en especial en los de caballo, los carbones y un rico conjunto lítico directamente asociado a los restos, apoyaban la génesis cultural del contexto (Montané, 1968). La segunda investigación abordó el sitio Taguatagua 1 mediante una excavación de 69 m2, donde se registró cuatro conjuntos de carcasas distribuidos de forma no azarosa, en esa ocasión asociadas a un conjunto de instrumental lítico reducido (Núñez y otros, 1994a). En total, Taguatagua 1 presenta una planta de ocupación extensa, donde los seres humanos llevaron a cabo actividades de desposte con huellas claras sobre mastodonte y caballo, donde, además, se encontró un rico elenco de fauna lagunar (Casamiquela, 1976; Núñez y otros, 1994a; Labarca y otros, 2005) que cumple con las expectativas de ruido tafonómico de este tipo de ambientes (Borrero, 2009).

Figura 24. Astrágalo de caballo nativo y lasca de basalto usada de Taguatagua 1. Foto: César Méndez.

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1 En la literatura especializada los autores refieren a los restos de Taguatagua taxonómicamente como Stegomastodon humboldti o como Cuvieronius hyodon. En este trabajo optamos por el segundo, siguiendo la revisión de Frassinetti y Alberdi (2000) y discusión de Prado y otros (2012). 2 Recientes revisiones sugieren que en Taguatagua hay tanto Hippidion principale y Equus sp. (Alberdi & Frassinetti, 2000).

El contexto de Taguatagua 1 posee cuatro edades entre 13940-12670 y 1341012180 cal AP. sobre carbón (Montané, 1968; Núñez y otros, 1994a, 2005), las que permiten promediar una edad de 13120-12720 años cal AP. (Méndez, 2013), estadísticamente correspondiente a una sola ocupación. Durante este lapso dominaba un lago profundo en el área de Taguatagua (Valero-Garcés y otros, 2005), donde un riquísimo elenco faunístico se congregó y el ser humano reconoció un significativo potencial cinegético. No obstante, es durante el tiempo de la ocupación en Taguatagua 1, y más probablemente de forma posterior, que la laguna bajó drásticamente sus niveles y la vegetación caracterizada por Nothofagus dio paso a vegetación más abierta, indicando condiciones de desecación hacia el fin del Pleistoceno (Valero-Garcés y otros, 2005). En el marco de la segunda investigación en la localidad de Taguatagua se identificó, 700 metros hacia el sur, un segundo contexto de similares características. En el yacimiento de Taguatagua 2 se excavó 90 m2 y se registraron evidencias consistentes de asociación entre restos de mamíferos extintos de gran tamaño y restos culturales, en esta ocasión, con una clara asignación tipológica a fósiles guía característicos del poblamiento inicial de Sudamérica (Núñez y otros, 1994a). Un total de tres cabezales líticos de tipo cola de pescado en cristal de cuarzo fueron identificados en planta junto a los restos de mastodontes acumulados en concentraciones discretas —apilados—, sugiriendo eventos de faenado (figura 25). El conjunto tecnológico identificado es más reducido que el de Taguatagua 1, pero compuesto mayor proporción de instrumentos, lo que imprime un carácter contextual distinto, pese a ser ambas localidades de caza y desposte. A los restos identificados en el sitio se suma la presencia de un ante-astil de dardo compuesto, manufacturado sobre la defensa de un mastodonte neonato, pieza que además de informarnos respecto a la tecnología involucrada en el armamento de caza, exhibe una particular decoración a través de incisiones simétricas y reiterativas (Núñez y otros, 1994a). Las edades logradas en este contexto se extienden en el lapso entre 12250-11230 y 11750-10890 años cal AP. y permiten una edad promedio de 11720-11210 años cal AP. El hecho que los rangos calibrados entre las edades de Taguatagua 1 y 2 no muestran superposición a un 95,4% apoya que no sean contextos contemporáneos, sino separados por ~1500 años. El que en Taguatagua haya dos sitios de similares características separados por la distancia temporal sugerida constituye un escenario favorable para estudiar la evolución de las conductas humanas en una localidad particular. Las características ecológicas hicieron del lugar un ambiente propicio para la ocupación humana, no obstante, la ocupación de Taguatagua 2 aconteció en la fecha asignada para el inicio del Holoceno. Para este momento se

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