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Figura 23. Interpretación esquemática de las actividades en el campamento de quebrada Santa Julia
Figura 23. Interpretación esquemática de las actividades en el campamento de quebrada Santa Julia. Las áreas achuradas y punteadas representan la zona de caída (drop zone) del material lítico —ordenado por tonos, cristal de cuarzo: blanco y guiones gruesos, tobas y riolitas: gris muy oscuro y guiones medios, lutita: gris claro y guiones pequeños— en torno al fogón y se muestran algunos restos óseos fuera de esta zona. El esquema muestra el desplazamiento de un individuo entre áreas de concentración de restos de cristal de cuarzo siguiendo el orden sugerido por el ensamblaje.
El mayor alcance de resultados se logró al combinar la información distribucional y la descripción de ambas cadenas operativas. Este conjunto de datos nos permite interpretar una escena ocurrida hace 12900 años. El eje ordenador del espacio estuvo dado por el emplazamiento del fogón y las concentraciones de material lítico indican que las actividades de talla se llevaron a cabo en sus inmediaciones y sin superponerse mayormente. Esto argumenta a favor de actividades simultáneas y no palimpsesto de ocupaciones. Además, la disposición de las evidencias líticas se asemeja al modelo «ideal» en herradura descrito por L. Binford (1988, p. 163)
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como patrón espacial de actividades como talla lítica y consumo de presas en torno a un hogar. En él es esperable que los restos más pequeños de la talla se dispongan en una zona de caída — o drop zone—, marcando el área de actividad o donde se sentaron los individuos.
Los análisis sobre los escasos restos óseos del esqueleto axial de un caballo son consistentes con la proximidad de un contexto de matanza. No obstante, la ausencia de una proporción significativa de este segmento del esqueleto, en condiciones poco afectas a problemas de preservación diferencial, es mejor explicado por la incorporación de partes seleccionadas (Jackson y otros, 2011b). Varios restos, entre ellos el sacro y del isquion de un individuo juvenil, se disponen lejos del fogón y fuera de las concentraciones de material lítico. Cumplen con la expectativa de piezas descartadas fuera del área donde es posible que los individuos permanecieran sentados: zona de lanzado —toss zone—. Tres conjuntos de rocas han sido identificados. Un núcleo de lutita —sin preparación— fue tallado por percusión dura, posiblemente con el fin de evaluar la calidad de las extracciones. Las tobas y riolitas fueron talladas en un área de concentración principal, muy cercana al fogón. El ensamblaje de extracciones del recurso específico G31 muestra la producción de voluminosas lascas, desde guijarros obtenidos en la localidad, algunas usadas directamente y otras retiradas del contexto para prolongar su vida útil. Los instrumentos en otras variedades de rocas de este mismo conjunto tecnológico son consistentes con esta descripción. Este tipo de talla produjo una gran cantidad de desechos de preparación del núcleo, pocas lascas voluminosas principales y un número importante de desechos de formatización marginal por percusión dura. La intención o proyecto tecnológico fue la manufactura de amplias lascas que pudieran proveer filos abiertos para actividades de desposte —corte y raído— de las presas, a modo de herramientas informales de sujeción manual. Los talladores de quebrada Santa Julia también trabajaron sobre materias primas que habían traído desde otras localidades, que de acuerdo a los datos de esta investigación, distaban cuarenta kilómetros hacia el interior. Con el cristal de cuarzo se talló dos raederas y dos piezas bifaciales que, con toda probabilidad, ingresaron al campamento como matrices en estado avanzado de manufactura. Se corresponden con el segundo proyecto tecnológico: la producción de bifaces con materias primas seleccionadas, trasporte a gran escala y posiblemente vidas útiles más prolongadas. Los desechos en el cristal de cuarzo son los más abundantes en el sitio, no por el volumen que representan, sino porque el trabajo de talla supuso mayor
formalización. Una distribución de desechos en las inmediaciones del fogón muestra que parte del adelgazamiento bifacial y formalización de la base de una preforma de cabezal lítico ocurrieron en la misma área donde se tallaron otras rocas. No obstante, el orden de la extracción de piezas que ensamblan sugiere que luego de la formalización de la base, el tallador se retiró hacia la segunda y más densa concentración en forma de «cono». Esta distribución asemeja la radiación que ocurre cuando un tallador posicionado desde un lugar, golpea un bifaz y genera frente a él una dispersión de desechos. En este segundo lugar terminó la formalización de la pieza y realizó la acanaladura, con un desenlace adverso. Podemos concluir de nuestro análisis del sitio de quebrada Santa Julia que esta se caracteriza por una señal humana puntual, en atención a que no es defendible una reiteración del uso del espacio sobre la base de tres edades 14C estadísticamente indiferenciables a α=0,05. Esta señal humana es, además, excepcionalmente nítida, por cuanto las asociaciones, el piso de abandono y la función de sitio son bastante claras: un campamento efímero de desposte y producción de instrumentos marginales y bifaciales, en asociación a un área de concentración natural de recursos cinegéticos. La nitidez de la señal está beneficiada por la brevedad de la ocupación de este sitio, cuestión que se apoya en la significativa cantidad de instrumentos solitarios y la posibilidad de sugerir muy pocos instrumentos retirados, la presencia de un único fogón, la baja frecuencia de restos óseos, la ausencia de indicaciones de pisoteo y la integridad de la disposición física de las piezas que facultó una lectura limpia de los contextos. Para quebrada Santa Julia interpretamos dos ritmos de producción en correlación con las cadenas operativas representadas en el contexto. Por un lado existió un desplazamiento en los ejes espacial y temporal en el proyecto tecnológico del cristal de cuarzo. Este ritmo involucró el transporte de matrices superando la escala de lo local e incluyó desplazamientos en la región. Este ritmo supuso una planificación a largo plazo, con distribución de la cadena operativa en etapas secuenciales distanciadas entre localidades. Por otra parte, el ritmo de producción sobre las tobas y riolitas no mostró diferenciación temporal entre etapas. Al menos una secuencia de ensamblajes muestra la escasa formalización y rápida factura en este conjunto tecnológico. No interesó la prolongación de la vida útil de los instrumentos, ya que entre lo descartado dominó lo informal. La distancia entre confección, uso y descarte en los ejes temporal y espacial fue muy corta. En este sentido, el tratamiento que recibieron las tobas y riolitas cumple las expectativas de recursos líticos en un área de amplia disponibilidad y abundancia. Es decir, en quebrada Santa Julia no hubo limitantes de materias primas.