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Tabla 12. Caracterización de las matrices del conjunto lítico de quebrada Santa Julia

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Bibliografía

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2. La gestión de los recursos líticos Para entender la gestión de recursos líticos en quebrada Santa Julia fue necesario agrupar la variabilidad de rocas observadas en el conjunto. Dada la alta precisión en la identificación de rocas en el área de Los Vilos fue posible identificar al menos 26 variedades líticas distinguibles a nivel de nódulos sobre la base de sus características singulares (Méndez, 2011). Sin embargo, estas pueden ser agrupadas de acuerdo a conjuntos empíricamente relevantes, es decir, destacando tipos específicos de alta frecuencia y agrupando tipos de rocas similares de menor frecuencia (tabla 13). Estos conjuntos hacen sentido al describir aspectos puntuales de ciertas cadenas operativas definidas a partir de ensamblajes. De esta relación se destaca el cristal de cuarzo como la variedad más frecuente. Ello tiene relación con la fase de la secuencia de reducción representada, ya que el adelgazamiento bifacial, principal actividad con esta roca, produce un número muy elevado de desechos de talla. Observamos también una fuerte presencia de dos variedades particulares de tobas silicificadas de calidad media para la talla, en adelante grupos G27 y G31, las cuales se reconocen como dos unidades —nódulos o conjuntos de lascas— que ingresaron al contexto y fueron sistemáticamente talladas. En algunos casos, los ensamblajes permitieron corroborar que se trató de nódulos originalmente ingresados al sitio. Se observaron dos variedades de lutitas, discriminadas por su color, tipo de corteza, inclusiones y textura. Entre las evidencias de cristal de cuarzo, tobas G27 y G31 y lutitas suman más del 92,86% de la muestra; razón suficiente para: (i) suponer un conjunto acotado con pocas «rocas» ingresadas al sitio; (ii) suponer un conjunto integrado funcionalmente; y, (iii) discutir la gestión de recursos líticos de la ocupación a nivel de las tres variedades principales.

Las tres variedades principales se agruparon considerando aspectos petrográficos comunes, el criterio de calidad para la talla y las procedencias conocidas de las rocas (figura 15). Estos se consideran en sí mismos grupos tecnológicos y tienen un significado al momento de caracterizar las principales tendencias tecnológicas. Sobre la base de las piezas no fracturadas, las evidencias de cristal de cuarzo de procedencia extra local corresponden a un 35,2% del conjunto, mientras que las tobas y riolitas de disponibilidad local corresponden a un 40,05% y las lutitas de disponibilidad inmediata totalizan un 17,6%. Otras rocas silíceas son muy minoritarias en la muestra. Lo es también la presencia de obsidiana, la que se registró en la forma de un microdesecho de retoque. No obstante, su relevancia es doble. Por una parte, se encuentra representada en el sitio de edad contemporánea

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