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Capítulo 7. El aprovisionamiento de recursos líticos en las regiones

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Bibliografía

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El hallazgo del sitio quebrada Santa Julia en la costa de Los Vilos como ocupación humana segura en edad Pleistoceno terminal motivó numerosas investigaciones complementarias que buscaron precisar la ocupación de los espacios de sus generadores. Una de estas líneas fue la búsqueda de las fuentes de materias primas disponibles en la localidad o en el ámbito de lo exótico —fuera de la mesoescala reducida—. Las distintas rocas representadas en el sitio permitían un punto de partida para la exploración regional con el propósito de integrar puntos distantes y mapear la extensión de la ocupación humana en la región.

1. El paisaje lítico costero de Los Vilos Abundancia y calidad son los criterios necesarios para la evaluación regional de la oferta en recursos líticos (Andrefsky, 1994). Sobre esta premisa, una evaluación de los recursos líticos disponibles y la diagramación de un paisaje lítico serán cruciales para interpretar las conductas humanas llevadas a cabo en determinados espacios. Para la costa entre Los Vilos por el norte y Pichidangui por el sur, la base empírica y sistematización del paisaje lítico corresponde al trabajo inédito de P. Galarce (2004b). En dicho trabajo, el autor presenta una metodología de recuperación de datos y los resultados de un muestreo sistemático que buscó evaluar la disponibilidad, calidad para la talla, caracterización de tipos de rocas por análisis de cortes delgados y una organización espacial de los tipos de rocas. Para ello, se llevó a cabo a una serie de muestreos en quebradas y desembocaduras donde se acumulan rodados. En este sentido, el tamaño de la cuenca hidrográfica de la quebrada y los procesos que afectan el transporte de partículas sedimentarias influirán en la cantidad —y posiblemente, variabilidad— de rocas que esta pueda

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recibir. Una cuenca pequeña será buen indicador de las rocas disponibles, mientras que una cuenca de gran tamaño será un área de recepción de rocas acarreadas desde una región más vasta; acumulando rocas de génesis más variada. Dichas cualidades de las fuentes secundarias fueron reconocidas en el pasado y, considerarlas como fuentes potenciales, se sustenta en un principio uniformitario que permite a los arqueólogos evaluarlas como puntos en el espacio para el aprovisionamiento lítico. Los muestreos se realizaron en quebradas de orientación este-oeste, las cuales se caracterizan por regímenes de escurrimiento intermitente (figura 7), así como playas de guijarros, sobre todo en el sector al norte de Los Vilos (Galarce, 2004a, 2004b). Estas actividades permitieron identificar una variabilidad media en rocas con distintos grados de calidad para la talla, incluso con algunos ejemplos de rocas susceptibles de adelgazamiento bifacial. Los tipos corresponden a rocas ígneas, formadas a partir de lavas extrusivas, lavas intrusivas y piroclastos, y, en menor medida, a rocas sedimentarias y metamórficas (tabla 7), destacándose la mayor representación de tobas volcánicas silicificadas y riolitas, ambas de grano fino a medio y aptas para la talla de una serie de diseños tecnológicos. En términos distribucionales existe heterogeneidad en la disponibilidad de rocas con aptitud para la talla, ya que no se observan los mismos tipos, calidades y frecuencias de rocas. Por ejemplo, los grupos de rocas de calidad adecuada para el trabajo bifacial ocurren con más frecuencia en el sector meridional, cerca del área de Pichidangui. De hecho, dentro de la oferta local, tobas y riolitas silicificadas fueron seleccionadas para la elaboración de bifaces por sobre otras actividades reductivas para el lapso entre 11800 y 8500 años cal AP, momento donde se observan poblaciones de cazadores recolectores móviles con mayor frecuencia en el área (Jackson y otros, 1999; Méndez, 2002b; Galarce, 2004a; Ballester y otros, 2011). Otros grupos de rocas de calidad media a baja, útiles solo para la manufactura de instrumentos informales, ocurren principalmente en el sector de Los Vilos.

Figura 7. Distribución de áreas de concentración de materias primas en el extremo meridional del norte semiárido.

Con la intención de calibrar las observaciones cualitativas macroscópicas sobre las rocas se implementó un programa experimental de manufactura de bifaces que tuvo el doble propósito de evaluar la calidad de las fracturas y analizar los desechos de talla resultantes de la elaboración de piezas bifaciales (Galarce, 2004b). En términos cualitativos, la estructura de recursos líticos del área costera entre Los Vilos y Pichidangui faculta el funcionamiento integral de cualquier sistema tecnológico basado en la elaboración de instrumentos de diverso tipo, incluyendo piezas de adelgazamiento bifacial. Es nuestro parecer que, a fin de enfrentar la diversidad cualitativa y la heterogeneidad distribucional, los grupos humanos tuvieron que jerarquizar el espacio y adecuar los diseños a la disponibilidad de rocas. Las características esbozadas permiten describir el paisaje lítico de la zona costera de Los Vilos-Pichidangui como diverso y con recursos líticos de calidad media, cuya distribución es dispersa y se encuentra con relativa abundancia.

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