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Prólogo, de Lautaro Núñez A. y Donald Jackson S

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Bibliografía

Bibliografía

Prólogo

Los estudios de los primeros poblamientos de Sudamérica han enfatizado el análisis de los conjuntos líticos desde la perspectiva tipológica y tecnológica estableciendo correlaciones culturales entre asentamientos con escasos alcances interpretativos. Sin embargo, en este libro el lector encontrará una visión distinta. El autor centra sus investigaciones en el valle longitudinal del centro de Chile (31-34° S) en ambientes paleolacustres finepleistocénicos altamente estimulantes para la identificación de ocupaciones tempranas. En este sentido, sus aportes son originales en cuanto al análisis de los componentes líticos, los que se visualizan como resultado de ritmos sociales manifiestos en la gestión de las materias primas, las cadenas operativas y gestos tecnológicos en su contexto de producción, uso y descarte, articulando los espacios de ocupación, el paisaje lítico y los patrones de movilidad. Presenta un enfoque integrador entre registro arqueológico y premisas conductuales, que revelan las singularidades y complejidades de los primeros pobladores del cono sur de Sudamérica. Este trabajo se inicia con la exposición de antecedentes actualizados sobre el poblamiento temprano de Sudamérica, los que permiten plantear una problemática clara y concisa, discutiendo las principales líneas de evidencia e interpretaciones, para luego enfocarse en los datos regionales de las ocupaciones humanas durante el Pleistoceno final. Sobre esta base se plantean de forma explícita y precisa los fundamentos teóricos que guían la investigación; articulando coherentemente y de forma novedosa, cómo el análisis de los conjuntos líticos tempranos se vincula con los espacios ocupados por estos primeros grupos humanos. De esta manera, se establece su relación con los modelos de movilidad, funcionalidad de sitios y los procesos de abastecimiento de recursos líticos, abordando también las implicancias de los movimientos de las poblaciones en espacios desconocidos,

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aspecto singular en un periodo en que las fluctuaciones paleoambientales fueron decisivas para comprender la disponibilidad de recursos bióticos. Por otra parte, define muy bien cómo la tecnología lítica, así como la inferencia de las cadenas operativas, revelan patrones distintivos y los ritmos de interacción social pocas veces visualizados en el estudio de los contextos tempranos de Sudamérica. Sin duda, estos planteamientos teóricos y sus expectativas arqueológicas constituyen un modelo de trabajo fructífero, que debiera ser replicable para otros contextos tempranos, teniendo en mente que las reconstrucciones multidisciplinarias de los paisajes de la transición Pleistoceno-Holoceno, tal como aquí se presentan, son indispensables para entender la forma de ocupar el espacio por estas primeras poblaciones. En efecto, se advierte un fino tratamiento del escenario ambiental y paleoclimático, tanto del norte semiárido y el centro fértil de Chile, para luego abocarse al desarrollo metodológico, definiendo claramente las escalas de estudio, sin perder la perspectiva de su marco referencial. La presentación de los resultados se inicia con las estrategias de aprovisionamiento de materias primas, lo que se aborda a partir de cómo se muestra el paisaje lítico en las tres áreas de estudio; la costa de Los Vilos, el área de Caimanes-Tilama en la región semiárida y luego para el área de Taguatagua-Estero Zamorano en la región mediterránea de Chile central. Información geológica y petrográfica de estas áreas, así como las propias prospecciones del autor, le permiten tener un adecuado panorama del paisaje de distribución del recurso lítico disponible para las primeras ocupaciones. En los subsiguientes capítulos se centra en el estudio de las evidencias líticas y los contextos recuperados en los sitios. En quebrada Santa Julia, un campamento muy bien conservado, se estudió una superficie de ocupación que, en torno a un fogón, mostró claras evidencias de instrumental lítico y sus desechos asociados a la presencia de fauna hoy extinta en un contexto estratigráfico y cronológico preciso. Se destaca sus eventuales relaciones con el sitio Valiente, otro campamento orientado al aprovisionamiento y procesamiento de piezas bifaciales cercano a una fuente de cristal de cuarzo, materia prima presente en Santa Julia. Luego se estudian los sitios de Taguatagua 1 y 2, correspondientes a un campamento y un sitio de caza y destazamiento de megaherbívoros, respectivamente. El análisis de estos contextos incluyó su caracterización, la gestión de los recursos líticos, un detallado análisis tecnológico, así como el análisis de la variabilidad y funciones de los instrumentos, para luego derivar las cadenas operativas representadas en cada uno ellos. Sin dudas, es un análisis riguroso, como sistemático, donde los conjuntos líticos son descritos en detalle, en su marco de producción, uso y

descarte; derivando así relevantes implicancias interpretativas en relación a la singularidad funcional de cada uno de sus contextos de procedencia. Por otra parte, las evidencias registradas en quebrada de Quereo y Las Monedas, localizados en la costa del semiárido, son discutidas cautelosamente, en consideración, por una parte, de los procesos de formación de sitio, y por otra, en torno a la ambigüedad de las evidencias allí registradas y en contraste a las de sitios como Santa Julia o Taguatagua 1 y 2. Ello aporta al reconocimiento de la diversidad funcional de los asentamientos de acuerdo a las evidencias líticas y óseas. En los últimos capítulos el autor integra de forma magistral los resultados del análisis de los conjuntos líticos y sus contextos, discutiendo en profundidad cómo se desarrolló la gestión de los recursos para estos contextos del Pleistoceno terminal. Observa sus singularidades y patrones comunes que manifiestan las conductas tecnológicas, así como logra precisar, sobre la base del análisis lítico, la función de cada uno de los sitios y su señal arqueológica clara, aunque con algunas diferencias para cada uno de los sitios. Muestra cómo la tecnología lítica atestigua los ritmos de interacción social: «desde las rocas a la organización espacial», detectando dos «pulsos» ocupacionales diferenciados cronológicamente que reflejan distintos conocimientos del paisaje ocupado. Los resultados de esta investigación, sin duda, son un aporte excepcional que no pasará desapercibido por los colegas que estudian las evidencias de los primeros grupos humanos que ingresan al continente. En este sentido, nos complace la presentación de este libro, que refleja la extraordinaria disciplina y eficiencia en la construcción del análisis que demostró César Méndez a través de la preparación de su tesis doctoral, que por ser sus profesores en distintas etapas de su formación nos permitió educarnos mutuamente. Por otra parte, y en cuanto hace muchísimos años fuera impulsado el enfoque interdisciplinario en ese territorio, primero con las excavaciones en Quereo y Taguatagua, y luego en Santa Julia, debemos reconocer que César Méndez ha superado todas nuestras expectativas para ampliar en profundidad la mejor manera para encarar estos sitios fundacionales.

Lautaro Núñez A.

Donald Jackson S.

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