1914. El quiebre de la historia
CONCLUSIONES
Antes de la primera guerra mundial Europa dominaba al mundo a través de sus principales potencias. El expansionismo colonialista había dado un gran impulso a finales del siglo XIX con el reparto de África y parte de Asia. El colonialismo no se agotaría aún con la gran guerra, después de ésta las potencias europeas se repartirían las antiguas provincias del imperio otomano en oriente medio, además de las colonias de la Alemania vencida. Pero esto no era más que un espejismo. La posición europea en el mundo empezaba a ser contestada, primero por el auge de dos potencias extra-europeas, EE.UU. y Japón, pero también por la extensión del nacionalismo entre los países colonizados, impulsado, en primer lugar, por los estragos que la guerra habían producido en las antiguas potencias; en segundo lugar, por el nuevo principio que se imponían al finalizar la guerra, el de la autodeterminación sostenido por el bolchevismo y el wilsonismo y; en tercer lugar, por las nuevas realidades salidas de la guerra, el fin de antiguos imperios como el austro-húngaro y el otomano y la consolidación del primer Estado comunista de la historia. Pero aún tendría que producirse el segundo acto de la tragedia, la segunda guerra mundial, para que definitivamente el papel de Europa quedase eclipsado y tuviese lugar el gran proceso de descolonización en las décadas siguientes. El tercer ciclo de hegemonía del sistema-mundo capitalista, el británico, había llegado en la fase de declive a la primera guerra mundial. Como en las dos hegemonías anteriores un período bélico iba a decidir quién sería la potencia hegemónica que reemplazaría a Gran Bretaña. Dos candidatos se disputaron el puesto, Alemania y EE.UU. Un observador agudo habría percibido las ventajas fundamentales de las que gozaba EE.UU., su crecimiento económico ya había superado en muchos aspectos a las potencias industriales europeas, gozaba de grandes reservas de materias primas propias, tenía un importante crecimiento demográfico y, quizás lo más importante, estaba alejado del teatro europeo por lo que no solamente no sufrió la devastación de las dos guerras en su propio territorio, sino que su economía se vio beneficiada por los dos conflictos mundiales. Pero fue necesario derrotar dos veces a Alemania, a través de amplias coaliciones de aliados, para que la disputa sobre la nueva potencia hegemónica mundial quedase resuelta por un largo período. 52
