Carta abierta a mi alumnado. María Calvo Rodríguez. Profesora de matemáticas

Page 1

¿Os acordáis de lo que era una sucesión? Una sucesión era una colección ordenada de números. Estos días de confinamiento se parecen mucho a una sucesión. Los días van ordenados, al menos en el calendario. A nosotros ya nos da igual, sabemos que un día va detrás de otro, pero los contamos de quince en quince, hasta que pase esto, y todos parecen iguales a nuestros ojos. Escribo esto porque escribir es lo que hago cuando necesito ordenar mis pensamientos. En mi casa, aunque no me aburro precisamente, echo de menos vuestras preguntas, vuestras caras de duda, hasta vuestras protestas. Echo de menos que os enfadéis con nosotros, los profesores, porque consideráis que algo es una injusticia. Echo de menos que os sentéis en la escalera ocupándola toda, y tener que deciros diez veces que dejéis espacio para que otros puedan pasar. Echo de menos los “no borres la pizarra todavía” o los “es que a esta hora todavía estamos dormidos”, incluso los “es que es martes por la tarde”. Echo de menos todas y cada una de las horas de clase, y echo de menos cruzarme con vosotros por los pasillos y que siempre tengáis algo que decir. Y si echo de menos todo lo anterior, imaginaos cuánto echo de menos las cosas buenas. Volveremos un día (o un mes) de estos. Quizás con restricciones, quizás a un metro de distancia que parece infinito, quizás con mascarilla. Es posible que al principio nos miremos extrañados, sin saber qué podemos y qué no podemos hacer. Quizás nada será lo mismo... ¿quién sabe? Sin embargo, os pido que penséis en qué es lo que realmente echáis de menos. La mayoría diréis que salir a la calle. Pero una vez que salgáis a respirar aire puro, si os paráis a pensar, quizás lo que más echáis de menos sean otras personas, y lo que éstas os pueden dar. Porque a través de una pantalla no se puede abrazar a un amigo o a un abuelo. La pantalla no da el mismo nivel de intimidad que hablar con alguien cara a cara, no puedes sentir su calor. Cuando volvamos poco a poco a la normalidad, nos olvidaremos de cuánto echábamos a alguien de menos, nos olvidaremos del miedo a que les pase algo a los que queremos, nos olvidaremos de aplaudir a los que trabajan para que el resto podamos vivir mejor, nos olvidaremos de dar gracias. Por eso escribo esto, para no olvidarnos, y para que sepáis que aquí hay una persona que se siente de un modo parecido a como os sentís vosotros, porque aunque todos seamos diferentes y tengamos que mantener las distancias, de momento, estamos unidos por todos estos sentimientos.