MEMORIA VIVA

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10. teresa 2.1. El diseño de la exposición. El diseño de la exposición se realizó teniendo en cuenta el proceso del matacerdo, por lo que se planificó en diferentes cuadros que representarían momentos concretos del proceso y que estarían formados por los utensilios correspondientes y por información en paneles de texto con imágenes. El recorrido sería desde la cría del cerdo hasta la transformación y conservación de la carne, que era el objetivo final del matacerdo. Cada una de las escenas se recreó con mucha imaginación y pocos medios. Para el allar con un grupo de bloques se hicieron las paredes, la chimenea era un cartón pintado con cal, y una cortinilla de tela de cuadros recorría la repisa del hallar. Un candil, una jarrita, una piel de naranja, un bufador, un caldero… decoraban dicho allar. También nos llegamos a plantear si las fotos del cerdo muerto podrían herir la sensibilidad de alguien, optamos por mantenerlas ya que en esa época era costumbre matar los animales que comías y que habías estado criando. El objetivo de este quehacer era tener carne (la fritá3 y el jamón) en un pueblo muy alejado de la capital, con difícil comunicación (no existía la autovía de hoy), durante el largo y duro invierno.

La entrada del recinto era como una especie de rellano en el que colocamos el cartel de la exposición, el agradecimiento a los colaboradores y las fotos que teníamos del cañizo. La parte de presentación de la exposición estaba formada por una foto del grupo, el texto del matacerdo, una foto panorámica del pueblo y el cartel anunciador de la exposición. Esta parte hablaba de presentar la exposición (el cartel anunciador), quiénes eran las que habían hecho la exposición (foto del grupo), el pueblo en el que se hacía (foto panorámica) y la explicación del matacerdo (texto). Todo ello sobre un fondo de tela de saco. La ventana situada a la izquierda del allar la transformamos en una alacena con un estante. En ella colocamos una radio de la época, unos chatos de vino, unas tazas, y sobre el estante una puntilla de ganchillo que daba el pego, pues era un trozo de papel de periódico troquelado igual que los que yo había visto en casa de mis abuelos. Esta alacena llamó mucho la atención de los visitantes, ¡es como estar en casa! En otro rincón colocamos la sartén de matacerdo en la que preparamos la fritá, y que dimos a degustar a todo el que entraba. Además de servir como aliciente para los visitantes, la fritá ayudó, junto a la combinación de olores que desprendían las mesuras de papel con las especias que se utilizaban para el embutido, el sebo, el embutido y la paja, a conseguir el olor de aquellos días de matanza.

3 La fritá es un plato hecho con la fritura de trozos de magro, panceta e hígado con ajos.

Cañizo realizado para la exposición con los cuchillos de la matanza.

Recreación del allar.

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