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Unasur: todo en familia Unasur, dirigida por Alí Rodríguez Araque, envía una delegación de “acompañantes” electorales a las elecciones presidenciales. Los cinco delegados están vinculados con el candidato a la reelección, el Foro de San Pablo o/y a esa izquierda latinoamericana. Con estos invitados la imparcialidad de la observación internacional está muy comprometida. Por ALFREDO MICHELENA
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L anuncio de que el argentino Carlos “Chacho” Álvarez encabezará la delegación de “acompañantes” del proceso electoral venezolano, por cuenta de la Unión de Naciones del Sur (Unasur), no cayó de sorpresa, pero sí ha causado resquemor por las relaciones del porteño con el régimen. Acompañamiento El Consejo Nacional Electoral (CNE) frente a la abrumadora lista de críticas que venían haciendo tanto la OEA como la Unión Europea a sus procesos electorales, decidió eliminar la posibilidad de que vinieran más misiones de observación a Venezuela. Así, luego del 2006, se creó la figura del “acompañamiento”. Acompañantes son, según el artículo 484 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, invitados que: “No podrán: Emitir declaraciones ni opinión en general y en particular sobre los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela hasta … la proclamación de las candidatas o candidatos, … así como hacer pronunciamientos públicos”. Y su expresión se limita a la presentación “de un informe escrito, confidencial…” (art. 488). Llegan a pocos días de las elecciones y son vigilantes superficiales del proce62
so. Y si deciden hablar, son expulsados del país como sucedió con varios observadores ligados a la oposición, como ya ocurrió con el ex presidente boliviano, Jorge Quiroga, en 2007. Ahora cada grupo político solicita al CNE que se acredite un número limitado de “acompañantes” y el CNE trae los suyos. Es decir dos a uno. Y no participan como las misiones de observación en los varios procesos previos al día de votación. Por lo que, prácticamente el informe es sobre lo que pasa el día de la elección. Así que no pueden observar, por ejemplo, lo que se ha llamado el “fraude continuado”, que incluye el abuso permitido del gobierno, la veracidad del registro electoral, la distribución de las mesas y su directiva, entre otras cosas. Apenas vienen a ver si no hay coacción el día electoral.
Preocupa el papel de este grupo, como otros que vienen como invitados, no a observar sino a acompañar y no responden a instituciones sólidas.
Se niegan a venir Sabemos, que muchas instituciones se niegan a venir en las condiciones que establece el CNE. Es el caso del Centro Carter que declaró en un comunicado que “el propósito de acompañamiento es … mayormente simbólica mientras que el propósito de la observación es el de invitar a organizaciones internacionales a evaluar el proceso electoral en su conjunto”. Jennifer McCoy, directora del programa para las Américas del Centro Carter, agregó que “para la comunidad internacional, la dificultad llega si existen interpretaciones diferentes de lo que sucedió, si los diferentes partidos dentro de los países no están de acuerdo con los resultados”. Y agregó: “Entonces es más difícil para la comunidad internacional saber cómo reaccionar”. Unasur viene c o n l e nte s r o ji to s Esta no es la primera vez que una delegación de Unasur viene a “acompañar” las elecciones venezolanas. A diferencia de los “acompañantes” que trae cada uno de los contendientes electorales, esta misión debería jugar un papel independiente. Un papel que realmente realce el talante institucional de esa organización internacional. Sin embargo, la organización sureña está dirigida por un hombre que es ficha muy importante del Nº 1870 - 14-09-12