❂ Opinion CAMPING Y ADMINISTRACIÓN
Cosa de dos «En lo que concierne a las cosas humanas, ni llorar, ni reír ni indignarse, sino comprender». Baruch de Spinoza
En mis casi veinte años de servicio público en la administración apenas si he encontrado a algún responsable político que tuviera aprecio o, por mejor decir, arrimo por el mundo del camping; los más lo toleran; con cierto desdén, todo sea dicho. ¿Por qué ocurre esto? A mi entender lo que hay, antes que nada, es un profundo desconocimiento del sector del camping&caravaning, de los establecimientos y, de modo general, de la industria que vive en su derredor.
Alejandro Sanz (presidente de ASECAL)
El sector camping-caravaning le ha propuesto a la Administración avanzar juntos.
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ONTABA Camilo José Cela (Diario ABC de 16/01/1994), hace ya unos quince años, que en Bolivia, cuando alguno fallece se dice que ha pasado a la indiferencia. Y me parece feliz esta manera de decir por cuanto refleja bastante bien el estado al que pasa el finado. Y me acordaba de esta frase a cuenta de los muertos a propósito de la situa-
ción en que se encuentran los campamentos de turismo en buena parte del territorio español, que como muertos están o, dicho a la boliviana, en estado de indiferencia. Porque posiblemente coincidan ustedes conmigo en que sea esta palabra, indiferencia, la que mejor retrate la mirada que dirigen las Administraciones Públicas españolas hacia el sector de los campamentos de turismo. Una indiferencia teñida de un cierto –permítaseme el término –desprecio, circunscrita a unos términos que podrían enunciarse de este modo: «No nos queda otra que tolerar este tipo de alojamientos aunque ya quisiéramos que todo aquí fuesen hoteles de cinco estrellas o resort&golf&spä». En mis casi veinte años de servicio público en la administración apenas si he encontrado a alguno que tuviera aprecio o, por mejor decir, arrimo por el mundo del camping; los más lo toleran; con cierto desdén, todo sea dicho. Éste es el estado de cosas ¿Por qué ocurre esto? A mi entender lo que hay, antes que nada, es un profundo desconocimiento del sector del camping&caravaning, de los establecimientos y, de modo general, de la industria que vive en su derredor. Muchos responsables políticos [y también técnicos] no han visitado un camping en su vida ni lo piensan hacer, ni han hecho tampoco uso de sus instalaciones. Esta distancia entre el sujeto y el objeto produce que se tenga del camping una percepción muy defectuosa, contaminada por los clichés de toda la vida, pintoresca e irreal. Como si un camping fuese algo a medio camino entre un escenario salvaje y el mundo civilizado, un espacio de alguna manera indómito y, desde luego, marginal, expulsado a las orillas, a los márgenes de la gran autovía del turismo. Las simplificaciones tienen estas cosas. De esto, aunque ninguno lo confiese claramente, hay evidencia Así las cosas, entiendo que la tarea fundamental que nos espera es una tarea de naturaleza pedagógica que parte de un presupuesto inicial: no hay que dar nada por supuesto ante la Administración. Hay que empezar, de alguna manera, a educar a la administración en lo que es un camping, a instruirla en su verdadera realidad, sin falsificaciones. Tenemos que conseguir que el camping, todavía instalado en los márgenes del
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PANORAMA