Taggert 18

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LA PRINCESA

Jude Deveraux

Su interludio norteamericano, tranquilo y feliz, había concluido y era momento de volver a su destino. Había nacido para ser reina y debía continuar preparándose para ese deber..., no, para el honor de ser reina, se corrigió. Pudo sonreír cuando J.T. volvió a la habitación. El frunció el ceño.  Supongo que estás contenta de estar en casa.  Sí y no. Siempre recordaré Norteamérica con mucho afecto, Dolly dijo que me visitaría, de modo que no planeo perder contacto con tu país. Tal vez tú vengas a...  No -dijo él enfáticamente-. ¿Podemos terminar de una vez con eso? Me refiero a nuestra discusión pública.  Ha sido postergada. -Estudió su rostro. Hasta ese momento ella había creído que estarían casados para siempre, pero repentinamente supo que no les quedaban más que algunas horas.Cenaremos y,., y pasaremos la noche juntos, luego mañana o pasado me buscarán; estoy segura. Mañana debemos dejarnos ver lo más que podamos por la mayor cantidad de gente posible. El tenía puesto nada más que una toalla en la cintura y se secaba el pelo con otra. Estaba tan atractivo que Aria anheló tocarlo.  Desearía que no lo hubieras hecho -dijo él-. Necesito volver a la base lo antes posible y mientras... -su voz se apagó. Ella se puso tensa.  Cuanto antes te libres de mí, mejor -terminó ella. La miró durante un momento.  Será mejor para mí terminar pronto con esto. Lacena fue una de las más difíciles que a ella le había tocado vivir. Se sentía una estúpida porque la idea de no volver a verlo jamás, le causaba gran tristeza, y él, en cambio, no encontraba el momento de liberarse de ella. Estaba frío y distante. Aria tuvo que ocultar sus sentimientos e interpretar a la desagradable norteamericana cuando había algún lanconiano cerca.  ¿Quieres una mesa justo en el centro? -preguntó ella-. J.T., cariño, ellos quieren mirarme y decirme que me parezco a su inexpresiva princesa. ¿Tenemos que quedarnos en esta ciudad? No sé si podré aguantarlo.  Por aquí, señora -dijo el arrogante camarero y los llevó a una mesa aislada en el rincón.  ¿Qué harás cuando regreses? -preguntó Aria cuando estuvieron solos.  Mirar los Buicks -contestó él: luego la miró con cólera-. Trabajar. Hacer lo que pueda para ayudar en la guerra.  ¿Te dejarán mantener nuestra casita?  No la quiero. Aria sonrió ante eso. Quizás él también estaba triste por su separación.  Echaré de menos Norteamérica y también a ti -dijo casi en un susurro. J.T. bajó la vista y contempló su plato vacío. Realizado por: GALIaaaa, Kimberly, Julia3, Salomelamagnifica, 44Polilla

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