La Dolorosa de López El ribadedense José María López Rodríguez, residente en Xixón, es el autor que esculpió, en 1888, la magnífica virgen maliayesa, desaparecida durante la guerra civil.
Lluis Portal Hevia José María López Rodríguez (Ribadeo 1944 - Xixón 1913), es el autor de docenas de vírgenes y santos esculpidas en la segunda mitad del siglo XIX, utilizando mayormente la madera, como es el caso de la magnífica Dolorosa de Villaviciosa. Sin embargo, esta faceta se olvidó prontó debido a los destrozos de la guerra civil que prácticamente acabaron con la fama y los santos de López, que pasó a ser autor, para la gran mayoría, de una sola escultura: la famosa versión de Pelayo en el muelle de Cimavilla. López fue a estudiar a Madrid, a una entidad conectada con la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando, a los 14 años, obtuvo una mención honorífica de primera clase y nota de sobresaliente. Apenas había acabado sus estudios cuando se vio obligado a volver a su tierra debido a una complicada enfermedad que nunca lo abandonaría y que le dificultó su labor especialmente al final de su vida: un achaque cerebral comatoso. En esa época vino a la villa de Jovellanos, tenía veinte años. Aquí tenía amistad con el médico Manuel Rúa, que le conminó a quedarse a trabajar en las pujantes fábricas de loza y vidrio de Xixón, y así lo hizo. Se sabe que en 1878 estaba trabajando en la fábrica "La Asturiana" como pintor-decorador de una gran gama de piezas de loza. También por esas fechas trabaja simultáneamente en dos esculturas, la de Simón y David en el llamado "Conventín",
ya desaparecido, de las monjas Agustinas que desde entonces se encuentran residiendo en la antigua sede del Obispo en Villamanín (Somió). Hizo muchas esculturas religiosas en la villa costera asturiana: en las iglesias de San Pedro, San Lorenzo, San José, además de la sede conventual, todas fueron destruidas y quemadas durante la guerra civil. En Villaviciosa restauró piezas y construyó una magnífica virgen Dolorosa en 1888, de la que solo quedan fotos. De esta santa se recogen en el libro "Villaviciosa y su progreso", de 1928 lo siguiente:
"De estas imágenes cuyo valor intrínseco es tan respetado o venerado por todos los villaviciosinos, pueden anotarse los siguientes detalles: la imagen de la Dolorosa, escultura de verdad admirable, fue adquirida por la Cofradía de Jesús Nazareno hacia el año 1888 al escultor de Gijón don José María López, siendo mayordomo entonces de la Cofradía don Rafael Valdés".
Hizo una pieza en piedra de San José que permaneció en la fachada de la iglesia hasta 1937, fecha en que fue destruída su torre. "Iguó" también dos piezas en yeso de temas republicanos para importantes grupos políticos de la ciudad; en el vecino concejo xixonés el republicanismo fue fuerza mayoritaria de la vida pública con alcaldes como Eladio Carreño, empresario que fundó varios periódicos, teatros, el Ateneo Obrero, etcétera, esas piezas son una alegoría de La República y el busto de Salmerón. También hizo en yeso la figura de Pelayo que fue mostrada en la Exposición Local de 1891, poco después de ser colocada la estatua de bronce en la plaza de La Barquera.
López se casó con Filomena Sánchez Norniella, veinte años más joven que él, de humilde condición, que vivió unos cuarenta años más que él. El matrimonio tuvo cinco hijos y un nieto que todavía vive en Oviedo a los 78 años de edad que pudimos localizar. Se trata del único nieto de José María López, se llama José Antonio A. López Hawkins, músico de profesión, hijo de Amalio López, fundador y primer director de la Orquesta Sinfónica de Asturias (Osa), director de la La Banda de Música xixonesa, etcétera. Amalio tiene un parque dedicado desde hace poco tiempo en su ciudad natal, entre las calles de Les Cigarreres y La Carbonera, murió prematuramente a los 49 años de edad, y parece que a la ciudad no se le ha olvidado totalmente de él, por suerte. De Jose María López hay una modestísima lápida en el cementerio del Sucu, que comparte con su familia. Se encuentra en la zona antigua del campo santo -inaugurado oficialmente en 1875 que es cuando se realizó el primer enterramiento-. Allí se encuentran dos piezas, "Los niños huerfanos" hechas de su mano; se trata de dos obras diferentes y muy sencillas de dos niños en actitud de rezar, dentro de una simple capilla. Estan hechos en yeso pintado. Sería mui prolijo desgranar las obra realizadas por "El Escultor", que es como se le conocía. Las "Famas" hechas para las visitas de los borbones, los arcos imponentes; los adornos hechos a los palacios-teatro de Los Campos Elíseos y del Jovellanos; los cafés de la calle Corrida... Se le rindió un sentido homenaje en 1936, poco antes de la guerra, en su villa natal de Ribadeo donde el concejal de origen xixonés Manuel Margolles. Fueron desde Xixón dos de sus hijos José María y Amalio López, que en aquellos momentos dirigía la Banda de Musica local, que se trasladó a la localidad gallega; además del escritor xixonés Emilio Robles, "Pachín de Melás", y el médico y escritor bablista Fabriciano González, "Fabricio". Se destacaron a Ribadeo dos
autobuses y muchos coches. Fue un baño de multitudes el acto celebrado en la plaza donde había nacido, conocida como la Fonte nova, que a partir de aquel momento lleva el nombre de Jose María López.