Biodiversidad del PN. Canaima

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normas culturales y restricciones; 4) ordenación del territorio tradicional dependiendo de los ecosistemas, los recursos, las actividades productivas y sitios sagrados, y 5) la movilidad demográfica Pemón, dentro y fuera del territorio tradicional. Dado el contexto de los cambios socio-culturales que ha experimentado el Pueblo Pemón, es importante que los Pemón evalúen cuán vigente están, en la generaciones nuevas de jovenes y líderes, sus instituciones de manejo a nivel comunitario y regional, así como el conocimiento ecológico tradicional asociado, para hacer viable la vision de gestión ambiental que tienen y más aún, se integre en la concepción de co-manejo del Parque Nacional Canaima.

Capítulo 8 Desafíos Institucionales para la conservación

Aspectos críticos para mejorar el desempeño de las instituciones de manejo de recursos naturales del Parque Nacional Canaima

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La legitimidad de las instituciones de manejo de recursos naturales del PN Canaima, como consecuencia del marco jurídico que ampara la coexistencia de áreas protegidas, hábitats indígenas y un ordenamiento territorial que privilegia la producción hidroeléctrica, demanda un nuevo enfoque en procura de objetivos de conservación y desarrollo sustentable. Este enfoque debe responder a las nuevas relaciones entre áreas protegidas y tierras y hábitats indígenas, así como incluir al menos los siguientes aspectos. Primero, el reconocimiento pleno de los derechos indígenas consagrados en el marco jurídico. Segundo, incorporar la dimensión intercultural para estructurar un discurso de sustentabilidad, desde el pensamiento indígena y occidental, como base para construir el contexto, la convergencia y los motivos para una agenda común de conservación. Tercero, debe poder atender explícitamente el canje de beneficios y costos para balancear los objetivos de conservación de la biodiversidad con las necesidades de desarrollo económico local y nacional. Cuarto, valorar y validar el conocimiento tradicional ecológico, así como defender los derechos de propiedad indígena y sus sistemas e instituciones de manejo de recursos relevantes para los objetivos de conservación. Quinto, crear nuevos arreglos institucionales para el manejo de recursos naturales, los cuales deben incluir: 1) demarcación y titularidad de las tierras, 2) identificación de recursos de interés a manejar, 3) ordenación del territorio, 4) derechos de acceso y exclusión al recurso natural, normas y reglas de uso, así como sanciones cultural y jurídicamente aceptables para el incumplimiento de las normas. En muchos casos será necesario rescatar sistemas de manejo y arreglos institucionales, adaptar los existentes o crear unos nuevos, dependiendo de las circunstancias. Una vez establecido esto, se debe trabajar en los respectivos roles que van a jugar las comunidades locales y las agencias del Estado con competencias administrativas recurrentes. En otras palabras, los arreglos institucionales entre las comunidades locales y el Estado deben construir una agenda común de conservación basados en las necesidades e intereses de cada quien y una estructura dentro de la cual los mecanismos de participación, negociación, toma de decisión y consulta, se construyan, se desarrollen, se legitimen y se cumplan, respetando la autonomía política de cada comunidad, sin menoscabo de las estructuras tradicionales de toma de decisiones. El nuevo enfoque de conservación debe garantizar la participación comunitaria a través de alguna forma alternativa de manejo (co-manejo), donde la responsabilidad y la autoridad para el manejo de recursos sean compartidas desde el nivel local (comunidad), hasta las agencias gubernamentales (Borrini-Feyerambend et al. 2004). Asimismo, la participación de las comunidades en la administración de los recursos de su interés, permitirá atender las necesidades locales y considerar los conocimientos, prácticas, valores, ética y visión del mundo local, como parte de la toma de decisiones de manejo que complementen las practicas de conservación occidental (Berkes y Folke 2000). Desde el punto de vista de los organismos gubernamentales responsables del manejo de recursos naturales, este nuevo enfoque requiere cambios en la cultura institucional. Ello significa, entre otras cosas, pensar de manera plural, reconocer, respetar e incorporar formas de conocimiento diferentes a la ciencia positivista, incorporar nuevos principios éticos para el manejo de recursos, compartir la autoridad y la toma de decisiones, crear y mantener mecanismos legítimos de participación y trabajar en contexto multicultural. Significa todo un proceso de aprendi-


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