L de Lector No. 36 (Junio 2018)

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de Lector vidas

miercolees

leer más allá

La era victoriana

Cuentos de fantasmas

Adentro de la oscuridad

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No. 36 Junio 2018

Año III

Santiago de Querétaro, Querétaro OTRAS ARTES escritores queretanos De Edimburgo a Fleet Street

Mary Paz Mosqueda

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Catherine Crowe

Estimado Lector, con este número concluimos tres años publicando mes a mes nuestra revista cultural. Han sido 36 autores queretanos, 36 autores clásicos y mucha literatura compartida contigo y con Querétaro. Si no estuvieras leyendo este número, probablemente ya habríamos dejado de editar estas páginas y quedaría olvidado en los anales de la historia. Este mes, presentamos a Catherine Crowe, una de las primeras defensoras de los derechos educacionales de la mujer; también estuvo interesada en el espiritismo y el ocultismo. Muere el 14 de junio de 1876. En VIDAS, Roberto Delgado recorre la vida y obra de nuestra autora, destacando su obra The Adventures of Susan Hopley (1841), una historia de crimen adelantada a su tiempo que tuvo buen nivel de ventas y que la colocó en el plano de escritora reconocida, aunque después se decantó por lo sobrenatural y de pronto hasta textos infantiles exploró. En el MIERCOLEES presentamos dos excelentes cuentos de fantasmas: La casa B… en Camden Hill y El crimen invisible podrás conocer a una maestra del terror. En LEER MÁS ALLÁ, Héctor García nos muestra la mente de Crowe, dónde tanto como la tecnología y la ciencia que se desarrollaba en la época, el mundo sobrenatural encontraba su propio desarrollo en la obra de nuestra autora. En OTRAS ARTES, Addy Melba nos cuenta como George Dibdin Pitt, productor de teatro en la época victoriana, salvó al teatro de alguna forma produciendo las obras de la autora. En ESCRITORES QUERETANOS presentamos poesía de Mary Paz Mosqueda, escritora reconocida en nuestro Estado quien cuenta con varios libros publicados. En RECOMENDACIONES los más recientes títulos editados por nosotros: Moonligth: el libro de las sombras de Marco Antonio Dircio y Anxietas et hilaritas de Lucas Campopiano. Disfruta de la lectura de este número que cierra nuestro tercer año publicando. PRT


Junio 2018 Santiago de Querétaro, Querétaro Dirección editorial Patricio Rebollar

Vidas

LA ERA VICTORIANA Roberto Delgado

MiercoLees

cuentos de fantasmas Catherine Crowe

Leer más allá

adentro de la oscuridad

Héctor García

Otras artes

DE EDIMBURGO A FLEET STREET

Addy Melba

Escritores Queretanos

Poesía Mary Paz Mosqueda

Asistencia editorial Diana Pesquera Relaciones Públicas Diana Pesquera Circulación y promoción Librerías Sancho Panza, Books Time, Cultural del Centro, Amadeus, La Charamusca, Dipac, Moser Kafé, Calufe, Teatrito la carcajada, Italian Coffee, Barra de café. Colaboradores Patricio Rebollar, Diana Pesquera, Addy Melba Espinosa, Roberto Delgado Ríos, Héctor García, Mary Paz Mosqueda.

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hola@par-tres.com

L de Lector. Junio 2018, año III, No. 36. Publicación mensual editada por Par Tres Editores, S.A. de C.V., Fray José de la Coruña 243, colonia Quintas del Marqués, 76047, Santiago de Querétaro, Querétaro. Sitio web: www. par-tres.com, blogpartres@gmail.com. Editor Responsable: Patricio Rebollar. ISSN: 2448-5586 tramitado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Impreso por Hear Industria Gráfica, ubicado en Calle 1, No. 101, Zona Industrial Benito Juárez, 76120, Santiago de Querétaro, Querétaro, este número se terminó de imprimir el 1 de Junio de 2018 con un tiraje de 1000 ejemplares.

Se permite la reproducción parcial de esta obra en lo concerniente al texto del Autor del Mes en virtud de encontrarse libre de Derechos de Autor, en cuanto a las demás secciones de la publicación, se prohíbe su reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin la anuencia por escrito de los titulares de los derechos correspondientes.


vidas La era victoriana “Los hombres ignorantes asustan a los niños con fantasmas y los hombres educados les aseguran que no existen. Sin embargo, nuestros instintos creen en lo primero.”

Catherine Anne Crowe.

Hablar de la “era victoriana” es remontarnos al periodo en que la Reina Victoria fue la monarca británica entre 1819 y 1901. Es de suma importancia entender este pasaje de la historia ya que marcó la cúspide de la Revolución Industrial y se trató de un momento cultural destacadísimo. En literatura, durante el periodo victoriano, emergió la novela en su máximo esplendor con grandes mujeres firmando excelsas narraciones. Es también donde conoceríamos a Oscar Wilde, Thomas Hardy, Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle y Bram Stoker. En este contexto, en el distrito de Kent, nació en 1803 Catherine Anne Stevens. Su educación fue en casa y no salió del pueblo de Borough Green donde creció. Muy joven, en 1822 contrajo matrimonio con el oficial de la armada John Crowe, lo cual causó que adoptara el apellido de su marido con el que la conoceríamos por siempre. Sin embargo, alrededor del año 1838, la pareja se separó y ella se mudó a Edimburgo donde comenzó a rodearse de escritores y personajes culturales diversos como Thomas de Quincey y William Meakepeace Thackeray. Ese impulso intelectual la llevó a tener reconocimiento como dramaturga con las obras históricas Aristodemus (1838), y The Cruel Kindness (1853). Sin embargo, fue su irrupción como novelista lo que elevó su nombre con The Adventures of Susan Hopley (1841), una historia de crimen adelantada a su tiempo que tuvo buen nivel de ventas. Ya no pararía de crear publicando con pocos

3 Por Roberto Delgado

años de diferencia Men and Women (1844), The Story of Lily Dawson (1847), The Adventures of a Beauty (1852) y Linny Lockwood (1854). No conforme con un importante cúmulo de obras y posicionamiento de nombre, Catherine dio un giro y se aventuró en lo sobrenatural. La apuesta fue un éxito. El compendio de dos volúmenes de cuentos cortos titulado The Night Side of Nature (1848) causó un enorme impacto. Abarcando tópicos de fantasmas y observaciones sobre la antigua teoría médica denominada frenología, el libro tuvo dieciséis ediciones en sólo seis años. Catherine Crowe pasó a la historia como una de las máximas exponentes en la edad de oro de la literatura británica. Con una mezcla de imaginación y hechos reales, logró ingeniosas tramas que siempre mantuvieron al lector interesado hasta el final. Pero la multifacética escritora también se adentró en el difícil campo de la narrativa infantil entregando libros como La Cabaña del Tío Tom (para lectores muy jóvenes), Pippies Warning (1848), The Story of Arthur Hunter and his First Shilling (1861) y The Adventures of a Monkey (1862). Desde 1852, ya con medio siglo de edad, vivió de manera permanente en Londres aunque en 1871 se trasladó al pueblo portuario de Folkestone donde finalmente murió al año siguiente. Al igual que las hermanas Bronte, Mary Shelley y algunas más, Crowe trascendió en aquel mundo de hombres donde ellas tenían prácticamente prohibido externar opiniones y mucho menos publicarlas con éxito. Entre moralismos y disciplina, con rígidos prejuicios y severas reprimendas, Crowe logró con sus novelas de ficción, fantasmas, guiones teatrales y estupendos trabajos infantiles dominar con su estilo parte de la escena cultural de la Europa del siglo XIX.


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Cuentos de fantasmas Por Catherine Crowe La casa B… en Camden Hill La casa que habitaba el matrimonio B… en Camden-Hill no tenía nada de particular, salvo su gran número de habitaciones, todas ellas igualmente confortables. El señor y la señora B… la habían alquilado por un precio razonable a un hombre de negocios de Temple, con la intención de convertirla en una pensión, donde pudieran alojarse modestos funcionarios o empleados de la vecindad. Al principio, gracias a sus económicas tarifas, el negocio prosperó, pero un buen día un joven empleado llamado Rose se marchó bruscamente alegando que su habitación estaba embrujada. Los esposos B… jamás habían ocupado aquella habitación, una sala espaciosa que daba al jardín. De este modo, antes de volverla a alquilar, decidieron comprobar por sí mismos lo que ocurría en ella. Desde la primera noche debieron reconocer que Rose no había mentido. Entre la una y las dos de la madrugada, la señora B… fue despertada por un extraño ruido, “como el de un enorme gato haciéndose la manicura sobre el parquet”. Casi al mismo tiempo, su marido también se despertó y los dos escucharon en silencio cómo el extraño ruido aumentaba, y luego disminuía en intensidad, como si su misterioso autor se acercara y alejara alternativamente de la cama. Al fin, el señor B… no pudo más y gritó: –¿Quién eres y qué haces aquí? El ruido cesó, pero un segundo después fueron arrastrados violentamente los cubrecamas y las sábanas. La señora B… encendió el mechero y alumbró una vela que guardaba cerca de sí. En la habitación no había nada insólito, sin embargo no hubo manera de encontrar las sábanas y los cubrecamas. Se levantaron, cerraron la habitación con llave y se fueron a pasar el resto de la noche en su dormitorio.

A la mañana siguiente, volvieron a la habitación de Rose y encontraron las sábanas y los cubrecamas hechos un ovillo encima de la cama; los cubrecama, de gruesa lana, estaban intactos, pero las sábanas estaban completamente hechas jirones. La señora B… se negó a repetir la experiencia, pero su esposo se obstinó en ello y a la noche siguiente volvió a instalarse en la habitación embrujada. Esta vez mantuvo una linterna encendida en la cabecera de la cama. Tardó mucho en dormirse, pero cuando empezaba a vencerlo el sueño, fue sobresaltado por el mismo ruido de la noche anterior. El señor B… se incorporó y vio a la luz de la lamparilla a un viejecito de aspecto miserable, escasamente vestido, de pie en el centro de la habitación. Llevaba un curioso casquete de piel de gato y contemplaba al durmiente con manifiesta desconfianza. Pese a estar bastante asustado, el señor B… preguntó al misterioso intruso cuáles eran sus intenciones. Por toda respuesta, éste empezó a resoplar como un gato encolerizado e intentó agarrar las sábanas. Entonces el señor B… se dio cuenta de que sus manos descarnadas eran extraordinariamente largas y que terminaban en desmesuradas uñas. Por casualidad el señor B… había puesto a su alcance una caña de junco, la tomó y con ella intentó pegarle al visitante nocturno. No encontró resistencia alguna y el junco atravesó el cuerpo del viejecito como si fuera de humo. Entonces el fantasma retrocedió, profiriendo gestos de amenaza; hundiéndose en la pared, despareció. La noche terminó tranquilamente. Los esposos B… sacaron los muebles de la habitación y la cerraron. El fantasma no truncó la paz de ninguna de las otras habitaciones.


Pero aproximadamente dos años más tarde el matrimonio B… habló del extraño suceso a uno de sus primos, un marino de Kingston, que había venido a visitarles. El marinero era un hombre robusto y de un sólido sentido común; por cortesía no quiso poner en duda las afirmaciones de sus primos, pero decidió pasar la noche en la habitación embrujada. Con este fin, la amueblaron con una pequeña cama de campo, una mesita de luz y una silla, y colocaron una lámpara encendida en la consola de la chimenea. El marinero tardó muy poco en dormirse pues no creía en historias de fantasmas. Había cerrado su habitación con llave e incluso había asegurado la puerta con un sólido cerrojo provisional. Entre la una y las dos de la madrugada, fue despertado por una fuerte sacudida en su cama y vio al viejecito del casquete de piel de gato que le observaba encolerizado. Cuando el marino se disponía a levantarse, el fantasma retrocedió, resoplando como un gato furioso, y desapareció. Luego se oyeron muchos golpes de gran violencia contra o dentro de los muros y un enorme trozo de yeso se desprendió del techo. Pero el espectro no volvió a aparecer. Poco después los esposos B… se marcharon de Londres para establecerse en Kingston y no se supo más de la casa de Camden-Hill.

El crimen invisible En 1842 en el barrio de Marylebone, se derribó una casa a la que ya no acudía ningún huésped desde hacía ya muchos años, y cuyos propietarios no estaban dispuestos a gastar más dinero en reparaciones. Sus últimos habitantes fueron el mayor W…, su esposa, sus tres hijos y su sirviente. El mayor W…, que desempeñaba un digno cargo en la Intendencia, había insistido innumerables veces a sus superiores para que le permitieran cambiar de vivienda (el alquiler del inmueble estaba a cargo de la Intendencia). Como esta au-

torización demoraba, alegó para justificar su repetida insistencia que la casa estaba embrujada “del modo más desagradable”. Todas las noches, la puerta del salón se abría violentamente, se oía un ruido de pasos precipitados, una respiración ronca y luego dos o tres gritos horribles y la pesada caída de un cuerpo contra el piso. A menudo encontraban los muebles volcados, sobre todo cuando estaban situados en el ángulo norte de la sala. Luego se restablecía el silencio, pero alrededor de un cuarto de hora más tarde, se oía algo semejante a un pataleo, un sollozo y al fin un espantoso estertor. El mayor W… acabó por prohibir a sus familiares la entrada a este salón. Incluso clausuró la puerta. Pero antes hizo constatar estos hechos por varios de sus compañeros del ejército. En efecto, el informe que presentó estaba firmado por el lugarteniente de Intendencia E…, el capitán S… y el comisario de víveres E… Se procedió a una búsqueda de datos y muy pronto descubrieron una trágica historia. En el año 1825, la casa estaba habitada por el corredor de joyas C… y su esposa. Esta última, mucho más joven que su marido, llevaba una vida desordenada y malgastaba enormes sumas de dinero. Aunque el desgraciado C… le perdonó muchas veces sus caprichos, no parecía querer enmendarse; al contrario, su vida era progresivamente escandalosa. C…, empujado por la amargura y los celos, se dio a la bebida. Una noche volvió ebrio, decidido a acabar con sus desgracias. Armado de un trinchete de zapatero, se abalanzó sobre su mujer, que huyó hacia el salón, pero C… la alcanzó y con un solo golpe de su arma, la decapitó. Permaneció largo rato mudo de horror ante su crimen, luego se colgó de la araña del techo. Desde entonces ese horrible asesinato se reproducía cada noche, de una forma audible, pero jamás los espantados testigos vieron la más mínima aparición; sólo los ruidos fantasmales que se repetían con una perfecta exactitud. La petición del mayor W… tuvo resultados favorables y, desde entonces, la casa permaneció desocupada hasta el día en que cayó bajo el pico de los demoledores.


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leer más allá

Adentro de la oscuridad A medida que me adentro en el mundo literario, tropezar con algún escritor desconocido se vuelve más común. El enigma que acompaña el nombre de Catherine Crowe me obliga a investigar un poco y, tras indagar lo suficiente, doy cuenta de la producción que rodea a la escritora inglesa. Inmersos en el siglo XIX la isla británica se encuentra en pleno ascenso: la conquista de batallas como la Guerra del Opio consolida el imperio ante el mundo, permitiendo así el crecimiento económico bajo el manto de la reina Victoria. La ciencia, de la mano de personajes como Charles Darwin, avanza más en su búsqueda por explicar la realidad. En tecnología, la imprenta consigue un desarrollo que permite una difusión más acelerada y que tendrá un papel preponderante en la lucha por derechos individuales tal como el del voto femenino; asimismo, hacia el final del siglo, surgirán aparatos como el teléfono y máquinas revolucionarias como el automóvil de combustión interna en Alemania y el avión en Estados Unidos. Simultáneamente en América e Inglaterra, surge la luz eléctrica independiente. Sin embargo, su aplicación real se encuentra lejos de volverse una realidad en una zona geográfica dominada por nubosidades frecuentes y no será hasta 1920 que el proceso de “electrificación” se convertiría un fenómeno visible en la Gran Bretaña. Densas noches, provocadas por el cielo gris del Reino Unido, ceñían la mayor parte del territorio. Tras la caída del sol, la obscuridad devoraba las campiñas dando paso a una penumbra casi total. Los relámpagos de cada tormenta alimentaban la tétrica atmósfera

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Por Héctor García que las lámparas de gas no lograban disipar con su raquítica luz. En medio de la tempestad cada individuo era testigo de las manifestaciones de una naturaleza fúrica e intimidante: la irrupción de los truenos, las arremetidas del aire aunadas al crujir de las tablas de madera generaban un intercambio de sonidos que ensombrecían el ambiente y daban vida propia a los edificios y sus habitaciones. Ruidos extraños desde el interior, el aroma de humedad y juegos de sombras en las frías y solitarias madrugadas alimentaban una imaginación que temía a lo desconocido, dejando de lado el razonamiento científico como una posible protección. Sin importar la serie de justificaciones que pudieran dar una explicación a lo ocurrido, la ausencia de una causa específica dejaba como respuesta lógica la aparición de lo sobrenatural. Velas y candelabros se volvían inútiles para recuperar la tranquilidad del hogar y, sobre todo, para acallar los ruidos que rodeaban los inmuebles. El paso de la calma a la angustia se daba con el último destello de una lámpara de gas que de manera muy tenue combatía la obscuridad reinante. Fantasmas, espectros, monstruos y criaturas de todo tipo invadían los rincones de cada habitación y escapaban de la mente de niños y adultos por igual. Tanto como la tecnología y la ciencia, el mundo sobrenatural encontraba su propio desarrollo. Infinidad de seres paranormales nacían de los miedos más profundos, de las inquietudes más irracionales, como la propia obscuridad, y de mentes tan audaces como la de Crowe, que encontraba en la naturaleza una poderosa fuente de inspiración.


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OTRAS ARTES

De Edimburgo a Fleet Street Catherine Crowe fue una de esas mujeres sorprendentes para su época quién logró convertir lo más obscuro de la sociedad victoriana en grandes éxitos de ventas. Sus libros, y lo peculiar de su vida privada, la llevaron a la fama, al menos durante su tiempo. Con el paso de los años esa fama se fue diluyendo poco a poco junto con la de otros grandes personajes. Tal es el caso del dramaturgo George Dibdin Pitt. Es probable que el nombre no le suene tan familiar a muchos de nuestros lectores, por lo menos no tan familiar como el nombre Tim Burton. ¿Qué tienen en común esta escritora, el dramaturgo y el cineasta? Primero que nada, el uso de la sociedad victoriana como escenario en sus obras. En el caso de Pitt y Crowe, era la sociedad a la que pertenecían y un tema que podían explorar a fondo. Pero más allá de eso, el cineasta contemporáneo y la escritora victoriana, tienen en común al actor, guionista y productor teatral George Dibdin Pitt, pues fue quien dio vida a través del teatro a obras que ayudaron con la fama de ambos artistas. George Dibdin Pitt, hijo de un músico y una actriz, dedicó su vida al arte dramático y cosechó uno de sus más grandes éxitos con la obra de Crowe Las aventuras de Susan Hopley o evidencia circunstancial. Obra en la que una chica de servicio intenta demostrar la inocencia de su hermano y salvarlo de la cárcel. Esta adaptación recibió para el escenario el nombre de Susan Hopley o las vicisitudes de una chica sirviente. La obra de Crowe, fue una de las populares en su época, incluso fue

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Por Addy Melba comparada su popularidad con la de Dickens, quien fue su contemporáneo y elogió la otra obra cúspide de Crowe, The Night Side of Nature como una de las más extraordinarias colecciones de cuentos de fantasmas jamás publicadas. Susan Hopley fue también uno de los dos mayores éxitos en la vida de Dibdin Pitt, el segundo fue The String of Pearls; or, The Fiend of Fleet Street, obra que llegaría años después a la pantalla grande, de la mano del cineasta Tim Burton con el nombre del personaje principal: Sweeney Todd. La adaptación de Susan Hopley sin embargo, fue no solo un gran éxito, sino una de las primeras obras del dramaturgo en mantenerse dentro del gusto del público a lo largo de los años. La adaptación se estrenó en 1841 en el “Royal Victoria Theatre” y para el año de 1849 ya se había presentado 343 veces. Esto es un mérito particularmente destacable, considerando las condiciones de la época: el teatro victoriano estaba pasando por una época de decadencia entre 1830 y 1860, obras como la de Susan Hopley, que manejaban conflictos sociales y dramas con dureza ayudaron a mantener vivo este arte pese a los problemas económicos que atravesaba el gremio. Así, esta obra de la escritora vio la luz en arte escénico durante varios años de la mano de Pitt. Aunque no fue la única en ser adaptada, es una de las más llamativas por el dramaturgo que estuvo al frente de su primer adaptación.


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escritores Queretanos Poesía

Por Mary Paz Mosqueda

Ma. Paz Mosqueda Cardenas, nacida en San Diego de la Unión Guanajuato. Radicada en Querétaro desde 1980, estudios de Contaduría Pública en la Universidad de Guanajuato. Estudios literarios en la SOGEM de Querétaro y en el CEFAC de Qurétaro. Publicaciones en varios medios de la localidad. Publicados poemarios en las revistas Babel, Separata, Revistas de Pensamiento y Ejercicio Artístico. Publicado el libro de poemas Bajo el agua Montazonte 2010, Trenzar el día de Calygrama 2012, Solo Cactus de Ediciones el Humo 20112. Una gota de sudor en la frente me acosa me respira me enferma me hiere me ahoga me niega me grita me rompe me desnuda me anega me asfixia me supura me hunde me desespera me bebe me corroe me hincha me taladra me desnuda me salpica me supura me obnubila me condena me revienta me acusa me satura me destroza me grita me anula me enloda me amarga me encadena me transforma me desgasta me derriba me contagia me rechaza me agota me frena me ahorca me enfrenta me enfurece me deshoja me reseca me vomita me miente me desprecia me contamina me cerca me inverna me ignora me escurre me quema y poco a poco me mata. *** Aunque quieras andar la primavera cambias el rumbo en el andamio hiedra nube estacionada en un castillo serpentina de papel marchita

acabas ni dueño de tu nombre si ni eras así si nadie te conoce no te es dado ocultar por siempre en un ápice durezas a qué preguntas por la piedra que dejaste al paso el tiempo para romper el espejo también acaba no tienes tino en la seda es mía florea ahí mismo donde ponías los pies. *** He decidido no decir nada de nadie para no amargarles la existencia que de alguna manera a mí me sirve sólo por hoy no critico no repruebo no señalo no creo que yo sea mejor que cualquiera hoy no me amargo la vida con estupideces pero solo por hoy mañana no sé si me aguante


A que hacer más hondos los surcos de la frente el agua aclara la verdad controla el tamaño de tus uñas para disimular la culpa haz algo con el brillo en los sudores el ímpetu vale a cada paso aun sin nombre y yo por tu culpa desde ayer soy tenaz soy inocente cuando llueve conozco tus mentiras. *** Siento la compasión por la marca del chipi chipi en Navidad llueve toda la noche el agua apunta al pecho hace sentir nada de nadie y de ninguno el aguacero se vuelve dueño de esferas y de luces adornos que al heno le doblegan pobre tanto moho no tiene merecido. *** Amanece y un Cóndor me vuela en transparencia un Caimán jura que ama verme ellos me atropellan cuando lloran los cocuyos por la tarde un Colibrí me besa a una Mariposa le duele la zozobra cuando va en el alfiler y se hermana conmigo al paso

yo me compadezco y camino agarrada de las manos con ese animalerío toda la noche. *** Cuando se extienden las alas la sentencia prosigue no importa el plumaje renovado ni el daño que perfora el que a plasma les enreda el nombre el fardo resucita el miedo en altitudes posesas de quietud las aves por eso y más el reto es no amenguar el vuelo. *** El ovillo del Otoño esta enredado no duerme desde que dejaste de ser esclavo del insomnio cuando apagas la luz me recuerdas que existen los anélidos viviendo en los recodos contando los hilos de la carne muerta anda y ve desátalo también lava el veneno que inyecta el chucunguya hazle el sendero despacio al paso sumérgele en el bólido de la anestesia que se vaya para que no se vuelva adicto a mi sangre y deja que me escurra su sombra en las ojeras.


Recomendaciones

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Mayo 2018

MOONLIGHT: EL LIBRO DE LAS SOMBRAS MARCO ANTONIO DIRCIO ¡TIENEN EL LIBRO Y LO HAN USADO! ¡Suéltame!... un intenso calor recorre sus venas, las convulsiones lo estremecen, el olor a putrefacción se intensifica y sabe que morirá… Rodrigo Raziel despierta en su habitación, aturdido y sin memoria; descubre que desapareció por semanas, pero ¿qué sucedió? La mayor incógnita de su vida se intensifica cuando descubre sus nuevas habilidades ¿un regalo o una maldición? Hay quien lo busca, necesitan sus habilidades ¿para qué? Tendrá que descubrirlo antes que sea demasiado tarde y la humanidad sea sometida bajo la luz de la luna.

Mayo 2018

Temática: Novela Páginas: 376 Formato: Impreso / Epub ISBN: 978-607-9374-81-5 Precio: $280.00

ANXIETAS ET HILARITAS LUCAS CAMPOPIANO

Temática: Cuentos Páginas: 96 Formato: Impreso / Epub ISBN: 978-607-9374-82-2 Precio: $130.00

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Anxietas et Hilaritas, es una compilación de veinte cuentos no interrelacionados que pretende ahondar en lo anímico. En cada cuento se vuelca una tormenta sobre distintas sensaciones que habitan en el interior del ser. Revela las llagas del ardoroso resentimiento, emana las fecundas lágrimas de la melancolía, enardece la ignífuga candencia de la ira, exacerba el empalagoso sabor de la monotonía y de la rutina. Procura quitar los disfraces de nuestros demonios y demiurgos por igual, mostrando la crudeza de las emociones y las sensibilidades, con el afán de cuestionar y poner en perspectiva dilucidaciones que en algunos casos llegan a tener problemáticas puntuales y en otros casos bordean el sinsentido. Haciendo de este modo notoria las entrañas que anudan el mundo material de los sentidos y el mundo inmaterial de lo suprasensorial.

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