L de Lector No. 30 (Diciembre 2017)

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de Lector vidas

miercolees

Morir a los treinta

Selección de poemas

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No. 30 Diciembre 2017 Año III

Santiago de Querétaro, Querétaro leer más allá OTRAS ARTES escritores queretanos Seudónimos Cumbres y abismos: de 7

Emily Brontë

Brontë a Buñuel

Yolanda Rubioceja

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Estimado Lector, este es nos encontramos emocionados debido a diversos factores: en primer lugar, el año 2017 cierra con muchas publicaciones, la conclusión de nuestra colección abecé, entre otros. En segundo lugar, por el lanzamiento de nuestra Colección Brontë, ahora podrás leer a las hermas Brontë y sus mejores obras: Cumbres Borrascosas, Jane Eyre y Agnes Grey. Este número elegimos a Emily Brontë, quien encabeza la colección de sus hermanas. Escritora británica, quinta de seis hermanos y de un padre que era párroco. Lamentablemente muere el 19 de diciembre de 1848 de tuberculosis a los 30 años, tras haber contraído un resfriado en septiembre durante el funeral de su hermano. En VIDAS, Roberto Delgado nos ilustra con la vida de Emily: rodeada continuamente de muerte. En MIERCOLEES, te presentamos la otra faceta distinta a narradora de la autora, con una amplia selección de poesía. En LEER MÁS ALLÁ, Valeria García demuestra las injusticias por las que han tenido que pasar las mujeres, especialmente en el ámbito literario. En OTRAS ARTES, Addy platica sobre la adaptación de Cumbres Borrascosas al cine mexicano, dirigida y escrita por Luis Buñuel, que sin duda resultó ser una adaptación excepcional. En ESCRITORES QUERETANOS, presentamos a Yolanda Rubioceja, autora consagrada en nuestro Estado, quien su última publicación a nivel nacional la tuvo con Ediciones B, con su libro de cuentos: El insólito mundo y otros seres imaginarios. En RECOMENDACIONES, te damos la muestra de Cumbres Borrascosas, parte de nuestra más reciente colección de las hermanas Brontë y que puedes conseguir en las librerías o directamente con nosotros. Este año esperamos haya sido de tu agrado, a nombre de todo el equipo de PAR TRES agradecemos infinitamente tu interés en la lectura, pues tú eres quien hace que esta publicación sea posible. Estamos contentos pues llegamos a 30 números de L de Lector en 30 meses y con 30,000 ejemplares impresos. Te deseamos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Que en tus metas sea leer más. PRT


Diciembre 2017 Santiago de Querétaro, Querétaro Dirección editorial Patricio Rebollar

Vidas

MORIR A LOS TREINTA Roberto Delgado

MiercoLees

selección de poemas Emily Brontë

Leer más allá

seudónimos Valeria García Origel

Otras artes

Cumbres y abismos: de Brontë a Buñuel Addy Melba

Escritores Queretanos

cuentos varios Yolanda Rubioceja

Asistencia editorial Valeria García Origel Relaciones Públicas Diana Pesquera Circulación y promoción Librerías Nuevos Horizontes, Librería Sancho Panza, Amadeus, Punta del Cielo, La Charamusca, Dipac, Moser Kafé. Colaboradores Patricio Rebollar, Diana Pesquera, Valeria García Origel, Addy Melba Espinosa, Roberto Delgado Ríos, Yolanda Rubioceja.

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blogpartres@gmail.com

L de Lector. Diciembre 2017, año III, No. 30. Publicación mensual editada por Par Tres Editores, S.A. de C.V., Fray José de la Coruña 243, colonia Quintas del Marqués, 76047, Santiago de Querétaro, Querétaro. Sitio web: www. par-tres.com, blogpartres@gmail.com. Editor Responsable: Patricio Rebollar. ISSN: 2448-5586 tramitado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Impreso por Hear Industria Gráfica, ubicado en Calle 1, No. 101, Zona Industrial Benito Juárez, 76120, Santiago de Querétaro, Querétaro, este número se terminó de imprimir el 30 de Noviembre de 2017 con un tiraje de 1000 ejemplares.

Se permite la reproducción parcial de esta obra en lo concerniente al texto del Autor del Mes en virtud de encontrarse libre de Derechos de Autor, en cuanto a las demás secciones de la publicación, se prohíbe su reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin la anuencia por escrito de los titulares de los derechos correspondientes.


vidas Morir a los treinta “Fuera porque ella había agotado todas las lágrimas o porque su tristeza era demasiado aplastante para dejarla correr, lo cierto es que permaneció sentada con los ojos secos hasta que salió el sol.” Cumbres Borrascosas. La vida fue tan bondadosa como frustrante para el poeta inglés Patrick Brontë. Por un lado tuvo la fortuna de tener como hijas a tres célebres escritoras, el sueño de todo hombre de letras. Sin embargo, tuvo que enterrar a su esposa y a su media docena de hijos en el transcurso de su propia vida. Tal vez, como dice la primera línea de esta colaboración, seguramente llegó al punto en que agotó todas sus lágrimas. El 30 julio de 1818, en el pueblo de Thornton al norte de Inglaterra, nació Emily Brontë, la quinta de los seis hijos de Patrick. A sus dos años es trasladada junto a su familia al pueblo cercano de Haworth donde todos los hermanos desarrollaron talentos literarios. Pero como si fuera un designio divino, con cada buena racha, llegaba la tragedia. Su madre murió en 1821, sus hermanas María en 1824 y Elizabeth en 1825. De los ocho integrantes, habían desaparecido tres de manera sucesiva de cáncer y tuberculosis. Ya sea por tristeza o por escape, los hermanos se aficionaron a la escritura inventando mundos ficticios para sus juguetes. Una de aquellas historias de los hermanos fue The Life of Alexander Percy sobre una historia de amor que se torna autodestructiva, misma que fue la base de inspiración para que Emily escribiera Cumbres Borrascosas tiempo después. A los veinte años, se mudó a Halifax para convertirse en maestra, pero sus jornadas de diecisiete horas al día la devolvie-

3 Por Roberto Delgado

ron a casa donde estudió alemán y piano de manera autodidacta. Cuatro años después, se mudó a Bruselas para enrolarse en una academia para mujeres donde escribió, junto a sus dos hermanas, tantos poemas que buscaron ser publicadas aunque con seudónimos para conservar su privacidad. Decidieron respetar sus iniciales: Currer Bell (Charlotte), Ellis Bell (Emily) y Acton Bell (Anne). El libro se publicó como Gondal Poems. Aunque se vendió poco, la crítica las reconoció de inmediato. En 1847, Emily de 29 años deslumbró al mundo en solitario cuando una tal Ellis Bell emergió con Cumbres Borrascosas, un libro que en 2005, el medio de comunicación The Guardian colocó en el número 13 de su lista de las 100 mejores novelas escritas en inglés de todos los tiempos. En ella, se exalta el trepidante movimiento del amor. La autora cuenta la relación entre dos mansiones que son vecinas: Cumbres Borrascosas y la Granja de los Tordos. Heathcliff es el eje de la historia, un salvaje adoptado que se enamora de Catherine, sin embargo, las reglas sociales provocan que el amor no sea correspondido y la bella joven termina casándose con Edgar Linton a quien nunca amó. Se trata de una obra dramática que hipnotiza y envuelve en una maraña de pasiones, desengaño, odio, amor no correspondido y desesperanza. Cumbres Borrascosas fue publicada curiosamente tres meses posteriores a Jane Eyre, la obra cumbre de Charlotte. Sin embargo, como siempre ocurrió en su familia, después de la buena racha, la tragedia llegó. Emily Brontë murió un año después de su consagración en 1848, sin embargo solamente necesitó 30 años para dejarle al mundo un trabajo inolvidable.


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Selección de poemas A la imaginación Cuando agotados de la extensa jornada, Y del terrenal cambio del dolor por el dolor, Perdida, dispuesta a la desesperación, Tu cálida voz me convoca de nuevo; Mi sincero amigo, nunca estoy sola Si tu presencia y ese tono me acompañan. Sin esperanzas descansa el mundo sin ti, El mundo sin este doble de mí; Tu mundo de astucias, odios y duda, De frías sospechas sin lugar, Donde tú, yo y la Libertad Disfrutan una soberanía muda.

Por Emily Brontë La más brillante esperanza Allí donde la esperanza muere, Una escena de muerte. ¡Oh, día! Él no puede morir Cuando tu cálido arte aún brilla, Oh, Sol, en ese glorioso cielo, Declinando con tranquilidad. Él no puede dejarte ahora, Mientras la fresca brisa sopla del oeste, Y todo alrededor de su juvenil frente Es la corona de tu alegre luz. Edward, despierta, despierta. La dorada noche palpita, Húmeda y clara sobre el lago del bosque, Arrebatándote de tus sueños.

Lo que importa es que todo alrededor, Peligro, angustia y oscuridad, No rompen las cadenas de nuestra soledad Donde habita el cielo en su esplendor, Junto a ti, de rodillas, Alimentado por diez mil rayos eternos Mi querido amigo, yo ruego De soles que no han conocido el invierno. Que tu paso sobre el mar eterno Se demore al menos una hora. La Razón sin dudas habrá de objetar Por la triste realidad de la naturaleza, Oigo a las olas rugir, Explicando que el sufrimiento del Veo su espuma elevarse; [corazón es vano, Pero ningún atisbo de lejanas costas Y que sus preciados sueños deben perecer; Ha bendecido mi fatigado ojo. La Verdad con rudeza busca asolar Las flores de la fantasía que tímidas asoman. No creas a quienes te convocan Desde las distantes islas del Edén, Pero tú siempre serás el que trae Retorna de aquel llamado tempestuoso Las cerradas visiones que retornan, Hacia tu propia tierra natal. El aliento de nuevas glorias caídas en [primavera, No es la Muerte, sino el dolor Llamando a la vida de la muerte, El que se debate en tu pecho. Susurrando con la divina voz Regresa Edward, surge otra vez, De un mundo real y brillante como tú. No puedo dejar que descanses. No confío en la dicha de tu fantasma, Pero en las horas quietas de la noche, Con un incesante agradecimiento Te doy la bienvenida, bendito aliento, Fiel asistente de los humanos deseos,

Una larga mirada me atraviesa, [reprobando Las penas que no puedo cargar, Una silenciosa mirada agita mi sufrimiento, Mi oración es inútil, como el arrepentimiento..


Con súbito arrebato, la fuerza De la distracción ha pasado: Ningún signo más de duelo Revolvió mi alma en aquel horrible día.

¿puede el amor humano ser tan verdadero? ¿puede la flor de la amistad morir primero y revivir luego de muchos años? No, aunque con lágrimas sean bañados, Los túmulos cubren su tallo, Pálido, lentamente, el dulce sol cayó, La savia vital se ha desvanecido Hundido en paz entre la brisa crepuscular: y el verde ya no volverá. El verano pasó suavemente, mojando Más seguro que el horror final, El valle, el claro, y los mudos árboles. inevitable como las estancias subterráneas donde habitan los muertos y sus razones, Entonces, sus ojos comenzaron a agotarse El tiempo, implacable, separa todos los Bajo el peso de un sueño mortal, [corazones. A crecer en extrañas tristezas, A nublarse, como si pudiesen llorar. Pero no lloró, no ha cambiado. No se movieron, nunca se han cerrado: Observan fijo, y nunca han variado, Jamás vagaron, y nunca reposaron. Supe que él estaba muriendo: Me arrodillé, y tomé su lánguida cabeza, No sentí su aliento, ni oí ningún suspiro; Entonces supe que estaba muerto.

Ven camina conmigo Ven, camina conmigo, sólo tú has bendecido alma inmortal. Solíamos amar la noche invernal, Vagar por la nieve sin testigos. ¿Volveremos a esos viejos placeres? Las nubes oscuras se precipitan ensombreciendo las montañas igual que hace muchos años, hasta morir sobre el salvaje horizonte en gigantescos bloques apilados; mientras la luz de la luna se apresura como una sonrisa furtiva, nocturna. Ven, camina conmigo; no hace mucho existíamos pero la Muerte ha robado nuestra compañía -Como el amanecer se roba el rocío-. Una a una llevó las gotas al vacío hasta que sólo quedaron dos; pero aún destellan mis sentimientos pues en ti permanecen fijos. No reclames mi presencia,

Que claro ella brilla ¡Qué claro Ella brilla! Qué inmóvil Yacía yo debajo de su guardián de luz; Mientras el Cielo y la Tierra me susurraban: Despierta mañana, y sueña esta noche. ¡Ven, mi elegante, mi encantador Amor! Estos templos palpitantes besan [suavemente; Dobla mi solitario lecho encima, Y dadme reposo, dadme toda la dicha. El mundo huye: ¡oscuro mundo, adiós! Amargo mundo, ocúltate hasta el amanecer, El corazón que no has podido someter Aún ha de resistir, mientras vagas ausente. Tu Amor yo nunca, nunca compartiré. Tu Odio sólo despierta una sonrisa; Tus Lamentos podrán herir, Tus Errores podrán llorar; ¡Pero tus mentiras jamás cautivarán! Mientras observaba a las estrellas brillando En ese mar apacible, sobre mí, Deseé con fe que todas las aflicciones Del universo sepan, y se celebren en tí. Este será mi sueño nocturno. Pienso que el cielo de esferas gloriosas Recorre su curso luminoso, Cubierto de eternas dichas A través de interminables años. Pienso que no hay otro mundo allí arriba Más lejano que aquel que contemplan [estos ojos, Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,


Cuando deba dormir

Donde la Virtud nunca se sometió a la [Infamia.

El viento nocturno En la suave medianoche del estío, Una luna despejada brilló A través de nuestra ventana Y los rosales bañados en rocío. Me senté en la reflexión silenciosa; El viento suave agitó mi cabello; Me dijo que cielo era un destello, Y la tierra durmiente, justa. No necesité sus toques Para alimentar estos pensamientos; Así y todo susurró, diciendo, “¡Cuán oscuros serían los bosques!” “Las hojas gruesas en mi murmullo Crujen como en un sueño, Y de sus incontables voces es dueño Un instinto que parece arrullo”. Dije, “Ve, apacible murmurante, Tu cortés melodía es única: Pero no pienses que su música Tiene el poder de alcanzar mi mente.” “Juega con la flor perfumada, La rama tierna del joven árbol, Y deja mis sentimientos humanos En su propio cauce inquieto.” El vagabundo no me oyó: Su beso se entibió cálidamente: “¡Oh, Ven!” suspiró dulcemente; “Seré yo contra tu voluntad” “¿No fuimos amigos en la infancia? ¿No te he amado hace mucho tiempo? Mientras tú, la noche solemne, Mi canto despertabas con tu silencio.” “Que cuando repose tu corazón Bajo la fría lápida de cemento, Yo tendré tiempo para el lamento, Y tú para estar sola.”

Oh, en la hora en que deba dormir, Lo haré sin identidad, Y ya no me importará cómo cae la lluvia, O si la nieve cubre mis pies. El cielo no promete salvajes deseos, Podrán cumplirse, acaso la mitad. El infierno y sus amenazas, Con sus inextinguibles brasas Jamás someterá esta voluntad. Por lo tanto digo, repitiendo lo mismo, Todavía, y hasta que muera lo diré: Tres Dioses dentro de este pequeño marco Guerrean día y noche. El Cielo no los mantendrá a todos, [sin embargo Ellos se aferran a mí; Y míos serán hasta que el olvido Cubra el resto de mi ser. ¡Oh, cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar, Todas las batallas concluirán! Pues llegará el día en el que deba reposar, Y este sufrimiento ya no me atormentará.

Datos Curiosos

I

Su madre murió el 21 de septiembre de 1821 y, en agosto de 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, María y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde cayeron enfermas de tuberculosis.

II

María y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo, y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado.

Durante su infancia y tras la muerte de su madre, las tres hermanas Brontë, y Emily, junto a su hermano Branwell, III inventaron un mundo de ficción formado por tres países imaginarios (Angria, Gondal y Glass Town) y solían jugar a inventarse historias ambientadas en él.


leer más allá Seudónimos La literatura no es asunto de mujeres y no debería serlo nunca. Robert Southey Describiendo al siglo XIX en unas cuantas palabras que sólo en conjunto forman la descripción más apropiada para la época: La política, la economía, la ciencia, la industrialización, la literatura, la desigualdad social. ¿La mujer? La forma de actuar y la manera en que era vista la mujer en el siglo XIX, estaba en parte influenciada por la desigualdad social y el pensamiento colonial del que se desarrollaba la sociedad. La dominación de las familias burguesas y la desigualdad de oportunidades, determinaban el futuro de las jóvenes. La mujer no podía votar ni presentarse a cargos públicos, no tenían derecho a poseer propiedades, pedir créditos o ejercer profesiones, existían muy pocas escuelas que enseñaran a niñas y ante la ley, y la sociedad, eran consideradas inferiores y dependientes, ya sea de un marido o del padre. Pese a cualquier avance político, científico o económico, la estructura social, los roles y estereotipos y el clacismo no tuvieron ninguna ruptura importante. Las ideas que prohibieron a la mujer integrarse de forma participativa en cada ámbito permearon, por supuesto, en la literatura. Sin dudar de su gran talento, las escritoras tenían que esconderse detrás de un seudónimo masculino. Al igual que en los demás ámbitos, los hombres tenían control en las editoriales y los escritores llevaban el liderazgo en cuanto a oferta literaria. Las hermanas Brontë, en correspondencia con su ingenio, utilizaron el mismo apellido falso para publicar sus obras y utilizaron las iniciales de sus nombres para crear las identidades masculinas. Bell fue el apellido y Currer, Ellis y Acton, los nombres. Siguiendo la lógica, Emily Brontë publicó bajo el seudónimo: Ellis Bell. A pesar de lograr la publicación, su novela más importante, Cumbres borrascosas, fue

7 Por Valeria García Origel

considerada una obra burda y salvaje por los críticos, pues las Brontë no dejaron de empoderar a la mujer en sus historias, a través de las cuales hacían una, no muy secreta, crítica a la sociedad en la que vivían y por supuesto a las injusticias por las que las jóvenes pasaban. Claro que con el tiempo recibió el crédito merecido y las críticas posteriores revisaron y coincidieron en que la originalidad de Cumbres Borrascosas excedió la de los trabajos de sus hermanas Charlotte y Anne. En el caso de su hermana, Charlotte Brontë, con la esperanza de recibir apoyo, envió algunos de sus versos al poeta Robert Southey recibiendo como respuesta: “La literatura no es asunto de mujeres y no debería serlo nunca”. Afortunadamente, no para Robert, Charlotte no se dejó amedrentar y Jane Eyre llegó a manos de los lectores y, a diferencia de la obra de su hermana, ésta novela tuvo un éxito inmediato a pesar de que por un tiempo se le atribuyó al escritor William Makepeace Thackeray, quién la defendía acerridamente hasta que la autora decidió salir del anonimato y dedicar su segunda obra a éste. Hablamos del siglo XIX, sin embargo, no es exclusiva de aquella época la exclusión social y la incertidumbre de lograr el éxito siendo mujer pues podemos verlo aún en el siglo XXI. Tal es el caso de la escritora Joanne Rowling quien, bajo consejo de su editorial, publicó una de las obras más vendidas de nuestros tiempos bajo el seudónimo J.K. Rowling, usando su inicial y su apellido, más no su nombre completo. La editorial le expresó su temor a que los lectores más jóvenes tuvieran reticencia a comprar libros escritos por una mujer. Y qué decir del Premio Nobel de literatura, que de los 109 ganadores, tan sólo 14 han sido mujeres. Por supuesto que hemos tenido una ruptura más clara y un avance en igualdad, pero en comparación con los avances tecnológicos, económicos, científicos… los sociales y de educación se quedan muy atrás.


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OTRAS ARTES

Cumbres y abismos: de Brontë a Buñuel Hablar de la literatura inglesa sin mencionar a las hermanas Brontë, es como hablar del cine mexicano sin mencionar al Cine de Oro. Es por ello que en el mundo de las adaptaciones, es una fortuna contar con mentes maestras como las de Emily y con admiradores capaces de transmitir su legado a nuevas generaciones como lo fue el gran Luis Buñuel. El director español, nacionalizado mexicano, es uno de los grandes representantes del cine de oro en México. Perteneció a la corriente del surrealismo y, al igual que sus compañeros de movimiento, era gran aficionado de la literatura y en particular de las hermanas Brönte. Es así como 1930 escribe un guión basado en Cumbres borrascosas con ayuda de Pierre Unik. En ese momento ninguna productora aceptó el proyecto y este quedó en el tintero por casi dos décadas. El director fue contratado para dirigir una comedia romántica con dos actores españoles con quienes el productor Oscar Dancingers ya tenía un compromiso firmado. Afortunadamente para la historia del cine, Buñuel no estaba convencido con esta idea y decidió sacar del tintero la adaptación que había hecho de la obra cumbre de Emily Brontë. Es así como nació “Abismos de Pasión”, una de las adaptaciones más fieles a la esencia del libro y es algo que solo un director sin miedo a retratar los sinsabores de la vida, como Buñuel, podría haber logrado. Uno de los grandes fallos en el mundo del cine al querer llevar a la pantalla las obras más aclamadas de la literatura, es ese deseo de darnos un “y vivieron felices para siempre” al más puro estilo Disney.

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Por Addy Melba Buñuel, en “Abismos de Pasión” evita esta suavidad innecesaria y adapta a México la novela de Emily, cambia la nacionalidad y entorno de los personajes, pero les permite ser fieles a su esencia. No tenemos un galán, como aquellos que también repuntaron en el cine de oro, educado, valiente y capaz de sacrificar todo por su abnegada y paciente amada. Tenemos un par de protagonistas con todos sus defectos, propios de su humanidad y de la historia de la que provienen. Alejandro (Heathcliff) es agresivo y rencoroso. Catalina (Cathy) es berrinchuda y altanera. Su amor es apasionado, cruel y trágico. Es una historia con caprichos, violencia, egoísmo y mucho dolor. Eso es parte del encanto de Cumbres borrascosas y eso es lo que convierte a “Abismos de pasión” en una versión fiel pese al cambio de nombres, nacionalidad y entorno. Lo que hace que nos enamoremos de una historia al final del día, no es la nacionalidad de los personajes o su lugar de residencia. Las grandes historias, sin importar por que medio llegan a nosotros, nos cautivan por los sentimientos, por aquello que mueve a los personajes, por las acciones que los llevan su desenlace, aunque este no sea un final feliz. Así, la obra de Buñuel es la segunda de 13 adaptaciones que tiene la obra de Emily hasta el momento (la más reciente es de 2011), es una de las más cortas en cuanto a partes de la historia original que incluye, una de las más violentas y aún así es considerada por críticos de cine y seguidores de la literatura como la mejor adaptación en cine de Cumbres Borrascosas.


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escritores Queretanos Cuentos varios

Por Yolanda Rubioceja

Yolanda Rubioceja nació en la Ciudad de México. Es egresada de la Escuela de escritores de Sogem y diseñadora industrial. Actualmente radica en la ciudad de Querétaro. Autora del libro de cuentos El insólito mundo y otros seres imaginarios; (2012, Ediciones B, México). Otras publicaciones: El mundo y otros productos desechables, Instituto Mexiquense de Cultura, 2007. Fantasiofrenia, antología del cuento dañado; Pragmatáfora, antología de las cosas; ambos editados por As de Corazones Rotos. Ha colaborado en las revistas Zarabanda, el espacio sogemita; Castálida, del Instituto Mexiquense de Cultura; y Parteaguas. Allá en la fuente Y es que soy demasiado distraída, no es la primera vez que me meto en el baño equivocado. Lo que pasó es que ya iba de salida cuando escuché que él iba entrando, estaba hablando de mí. Me regresé rápido y me metí a uno de los cubículos, me senté sobre el excusado y subí los pies. ¿Tú sabías que los hombres platican en los mingitorios? Pues ellos dicen que no pero sí lo hacen. Rodrigo volvió a decir mi nombre, se oía tan bonito con el fondo como de cascada, después dijo que yo estaba “buenísima”, sacando un chorro mucho más débil pero todavía constante, más puntual. Lo siguiente fue un goteo rítimico, como un llanto, y se quejó: “pero nunca me va a pelar.” “Y es que la amo”, dijo en el instante que dejaba caer la última gota. En ese momento pude sentir su escalofrío en mi cuerpo y unas incontrolables ganas de orinar. Cómo no iba a enamorarme de él, si son las palabras más húmedas y románticas que he escuchado, bueno exceptuando lo de “está buenìsima”, pero ya sabes como es eso de la plática entre hombres, y mucho más si están orinando juntos, tienen que parecer más machos en esos momentos tan comprometedores, además otra parte de él me hablaba sólo a mí, y eso es aun mejor que si lo hubiera dicho con la mano en el corazón, ¿o no? Te va a sonar muy cursi pero yo sé que

aunque estuviera en el baño de un estadio de fútbol, le reconocería de puro oído, ¿cómo ves? Y es que Rodrigo en vez de orinar recita. Es en serio, no te rías, mira, por ejemplo; el que iba con él ese día también estaba orinando, pero sin gracia, como quien abre la llave de la tarja, así nada más, de fuerte a débil y sin suspirito. Ya ves que Rodrigo es muy tímido, por eso tuve que invitarlo yo. Fuimos a un restaurante muy malo, pero lo escogí por que el baño de hombres está dividido del de mujeres por un simple tablero de madera delgada. En cuanto entró, yo me metí al baño contiguo. Escuché todo lo que no se había atrevido a decirme en una hora y media de estar viéndonos las caras sentados a la mesa. Estaba muy nervioso, porque el chorro era demasiado irregular y agitado, seguro estaba salpicándolo todo. Pero esta vez el suspiro fue diferente, profundo y largo. Se subió la bragueta con un solo y decidido “zip”, así que no tardaría en salir, escuché sus pasos dirigiéndose a la puert, no se lavó las manos y eso es bueno porque quiere decir que una vez que te ha hecho el amor, no se levanta rápidamente a tomar un baño ¿suena lógico no? Tuve que actuar rápido, porque él ya me había dicho todo y yo nada, me abrí el cierre intentando hacer el mayor ruido posible, luego me bajé el pantalón haciéndolo rozar con mi piel y para cuando me bajé los calzones él ya estaba en silencio, escu-


chando. Estoy casi segura de que se puso la oreja en el panel. Entonces oriné para él, contieniendo y soltando el chorro con ritmo ascendente ¿Si sabes cómo, no? Hasta que ya no aguanté y terminé con un suspiro. En ese momento la madera del panel crugió un poco, pensé que me observaba por algún agujero pero no encontré ninguno. Me acomodé la ropa y por supuesto no me lavé las manos, hubiera sido una grosería. Salió primero y yo esperé el suficiente tiempo para que él llegara a la mesa, entonces abrí la puerta y lo vi ahí sentado, de espaldas, pidiéndole algo al mesero. Nos trajeron una botella de vino blanco, Rodrigo no permitió que el mesero nos sirviera, tomó la botella con su mano grande y morena. Vertió el líquido en mi copa interrumpiendo los chorros y volviéndolos a soltar cada vez más rápido, y derramando el líquido con un último chorro fuerte. Nunca en mi vida he sentido al mismo tiempo tanto placer y tanta vergüenza. Como estaba planeado El cuchillo cayó al suelo, Fabiana estaba muerta. El gesto de orgasmo petrificado en la cara de ella, había ocasionado que Pablo finalmente lograra una erección. Germán se aferró al mango del cuchillo con la mano temblorosa. Cómo podía estar muerta. Ya no podría atravesarle el corazón en el momento justo para congelar el rictus de “mal cogida”, y lograr de esa manera que Pablo recordara por siempre el rostro insatisfecho y frígido de su amante. Ahora no podría tampoco amenazarlo a él con un cuchillo ensangrentado y hacerlo salir corriendo y bajar las escaleras hasta el primer piso, verlo huir del edificio completamente desnudo y sin excusas. Escuchar los gritos de indignación de las mujeres en la calle. Si sólo su esposa no hubiese abierto los ojos en el momento en que Germán levantaba el cuchillo sobre ella, su corazón no se habría detenido repenti-

namente capturando ese gesto de terror tan parecido al del orgasmo. Entonces él estaría sosteniendo un arma manchada de sangre y no este ridículo cuchillo pulcramente plateado. Este imbécil de Pablo, ni siquiera se ha dado cuenta de que le hace el amor a una muerta. Antes cayó un cigarro Me desagrada esta sensación pero también me atrae, ese vacío que hipnotiza. Ver bajo mis enormes pies aquel fondo dibujado de gentecita lejana y automóviles de juguete. Te invita a acercarte, la lejanía. Si se tensara el cordel, mi nariz se aproximaría cada vez más al vacío. No me lanzo sólo porque me da miedo alejarme de mí misma. Además quedaría desparramada en el suelo. Parecería sólo un bicho rodeado por un charquito de sangre. Perdóname si te espanté. Mira nada más, estás pálido. Despreocúpate, que no pienso dejarme caer. Es sólo esta sensación que… Necesitarías experimentarla. Así entenderías. Sólo es un juego. Caminas dos o tres pasos por la orilla y, cuando sientes que jalan del cordel, das un pequeño salto para atrás. Vacío. ¿Por qué le llamarán así? Si está repleto de cosas; de edificios con techos anchos y bases pequeñas, de árboles diminutos, de… ¡Qué cochino eres! Qué tal que le atinas al café de alguien. ¿Viste dónde cayó? Es como si hubiera desaparecido en el… ¡Detente! La primera lluvia del año comienza repentinamente. Las gotas caen sobre el charco rojo, desvaneciéndolo poco a poco. Una colilla flota al centro.

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Recomendaciones Lockwood ha llegado al fin a Cumbres Borrascosas; ha alquilado una villa cercana, la Granja de Tordos, desafortunadamente, una tarde de tormenta intensa le impide llegar a la villa y pasa la noche conviviendo con los inquilinos de la finca. Los anfitriones que reciben al joven, le parecen un tanto frustrados y, con una rudeza tal en sus modos, que lo invade de curiosidad la historia de aquella familia tan particular. Cayendo enfermo, una tarde, bajo el cuidado de una sirvienta de Cumbres Borrascosas, la señora Dean, sacia por fin su curiosidad con la historia que la criada le relata. El señor Earnshaw, amo antiguo de la finca, trajo a casa luego de un viaje a Liverpool a un pequeño huérfano al cual nombraron Heathcliff y a quien los hijos del amo recibieron con recelo y humillaciones. Con el tiempo, la hija de Earnshaw, Catalina, crea una gran amistad con el intruso, misma que se convierte en una pasión prohibida, mientras que su hermano Hindley, lo odió siempre. En los sombríos páramos de Yorkshire se oculta una historia de antaño, de pasiones frustradas, ávida venganza y de un amor y un odio que superan a la muerte.

/ParTresEditores

www.par-tres.com

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