MEDITERRÁNEO 2 Texto: Juan Santiago Yufera
“Dime por qué me quieres”- dijo la voz, suave y profunda.
culpable entera de tu desdicha.”
El siguió con los ojos cerrados, e incapaz de liberar a sus
El sonido dejado atrás por las palabras se volvió brisa,
palabras de su prisión de carne, las dejó fluir sin traba alguna
voluble y nervioso:
por sus pensamientos.
-Soy consciente de que pertenezco a la raza que con distintas
“Te quiero porque eres parte protagonista de mis alegrías,
voces hoyaron tu lomo a golpe de remo desde que el mundo
porque siempre has calmado mi espíritu agitado por el infortu-
era joven, llevados por alas blancas henchidas te recorrieron,
nio. Tu aliento ha besado mi cabello y se ha enredado en mí.
y no me importa ser uno de tantos y tantos que gritaron tu
Te quiero porque nunca te vas del todo y siempre quieres
nombre mientras los agitabas como muñecos azotados por
volver, contra viento y marea, liberando el capricho de tu
la fortuna de un extremo a otro de tí. No me importa. Yo sé lo
carácter que no vence a tu vaivén y siempre regresas y me
que quiero de tí.
llenas con tu abrazo líquido. Te quiero porque estás viva en
“¿Qué quieres de mí?”, le dijo sabiendo la respuesta.
mi piel, me confortas y me haces desear dejarme llevar por ti.
Quiero verte día tras día frente a mí, y espero respirar tu aire
Te quiero porque no hay razón en el mundo de los hombres
salado, y que me calmes y seas eje central de mis recuerdos.
que pueda impedirme quererte, tú que has vivido tanto y has
Como dos enamorados, querernos sin dejar de lado la
dado tanta vida, tú que has amado a incontables como yo y
oportunidad de reprocharnos, de tocarnos y con puro desdén
tienes cabida para albergar en tí a tantos. Tú que, aunque tus
abandonarnos para tomarnos como rehén el uno del otro.
actos a veces rebosan crueldad, a tu manera me quieres y en
Quiero tener toda una vida plena cerca de tí y cuando llegue
la postrera hora siempre estas dispuesta a acogerme.”
mi hora, dejarme llevar y hundirme entre tus besos en el
La voz cambió de color, se agitó nerviosa en el espíritu de
sueño de los justos.
él y se tornó purpúrea, doliente. “Yo te quiero pese a que
Fue en ese momento eterno en el que el sueño deja a paso a
tratas de atraparme con tus mentiras de falso poeta, cuando
la vigilia que abrió los ojos. La orilla de arena blanca besaba
a veces pretendes enredarme en tus deseos, y me abres el
su cara, y el agua acariciaba suavemente su cuerpo rítmica-
vientre buscando mis secretos, aunque dude de tu decir que
mente, contribuyendo con el sol de la mañana a devolver los
me amas cuando ennegreces con tu avaricia mi azul, cuando
sentidos a su cuerpo inerte. Lentamente la tristeza le invadió
me vacías sin saciar tu ansia y me encierras como si fueras
al saberse vivo, perdonado. Mientras abandonaba la playa
mi dueño y no mi amante. Yo te quiero aunque eleves tu gloria
acompañado del sonido de las gaviotas, el viento le devolvió
en mi flaqueza y me arañes, me muerdas, me maldigas. Yo
la certeza de que el sueño no le había mentido. “Aún no, mi
te quiero cuando te enfrentas a mí con tu rabia y me declaras
amor. Aún no” 99