Carta 9, 1981
Hubiera preferido, verás, cómo decirte, hubiera preferido algún proyecto de cenas frías, domingos con periódico y paseo resguardados de algún rabo de nube que amenazara lluvia. Hubiera preferido alguna madrugada batallando por cosas importantes, proyectos rotos, cosas que discutir como el resto del mundo. Pero este desamor (o este amor diferente que propones) no es otra cosa que un gorrión sin plumas, metido en una fuente que se secó hace tiempo, y al que algún niño (como los que nosotros ya no tendremos nunca) dejó desparramar el bocadillo que su madre le puso en la cartera para llenarse el buche con las pocas migajas que regala el invierno. No era esto, amor, mi amor, no tan distinto a como lo soñaba desde antes de los tiempos, al principio de todo.
33