El Estado de México
es dinámico, su actividad económica ha hecho que sea de las
pocas entidades que, más que expulsar ciudadanos, reciban nuevos habitantes. Esto ha hecho que su tasa de crecimiento natural, basada en el crecimiento de su población originaria, sea superada por su tasa de crecimiento real, alimentada por flujos interestatales, es decir, que al Estado hay más mexicanos que arriban, que mexiquenses que emigren a otras entidades o al extranjero. En la actualidad cuatro de cada diez mexiquenses nacieron fuera del territorio estatal. Sin embargo, de acuerdo a recientes estudios, la participación del Estado de México en los flujos migratorios internacionales, ha disminuido durante los últimos años.
Lo anterior, a su vez, alimenta otro fenómeno, pues quienes migran al Estado se asientan
principalmente en áreas urbanas, situación que, a la par de los procesos migratorios internos, representan diversos retos que enfrentar tales como la dotación de servicios básicos, urbanización, servicios sanitarios y educación.