Revista Proposta n°125

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Frente a estas situaciones singulares de la Historia, desconfío que algunas energías cívicas estén sustentando pequeñeces de la praxis política u operando resistencia social de corto aliento, y que no haya espacio creativo para relecturas teóricas de los principios fundadores del derecho a la ciudad. Aún no sabemos si habrá oportunidades, pero, quien sabe, si nuevos aspectos utópicos y horizontes teóricos no podrán emerger e influir en Rio+20 y en la Cumbre de los Pueblos en esa relectura. En la ausencia de una respuesta efectiva, algo nos remite a una cierta perspectiva teórica: bajo el punto de vista dialéctico, Harvey 20067, por ejemplo, nos ofrece dos posibilidades de relecturas para los impasses de lo urbano, tomando como referencia el fundamento del empresariamiento urbano que organiza la lógica global de reproducción de las ciudades (y en Brasil, guía a la lógica de reproducción de las ciudades del Mundial de Fútbol de 2014). La primera perspectiva dialéctica, parte de las contradicciones positivas acerca del empresariamiento urbano y se refiere a los sentidos emotivos y simbólicos que involucrarían al carácter de la tarea de contemplación del futuro urbano. En esta perspectiva, el autor nos presenta una línea de reflexión:

Al producir colectivamente nuestras ciudades, nos producimos colectivamente a nosotros mismos. Proyectos referentes a lo que deseamos que sean nuestras ciudades son, en consecuencia, proyectos referentes a posibilidades humanas, a lo que queremos o, lo que tal vez sea más pertinente, a lo que no queremos ser. Cada uno de nosotros, sin excepción, tiene algo para pensar, para decir y para hacer al respecto. La forma en la que nuestra imaginación individual y colectiva funciona es, por lo tanto, crucial para definir el trabajo de la urbanización. La reflexión crítica sobre nuestro imaginario implica también enfrentar el utopismo oculto con el resucitarlo para actuar como arquitectos de nuestro propio destino, en lugar de "impotentes marionetas" de los mundos institucionales e imaginativos que habitamos. Si, como dice Unger 1987b, p. 8, aceptamos que la "sociedad es construida e imaginada" podemos también creer que puede ser "reconstruida y reimaginada" 8.

La segunda es la posibilidad de resignificación de la crítica de ese paradigma del empresariamiento urbano que,

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al reconocer a la ciudad como una corporación colectiva, nos brinda la oportunidad de explorar y problematizar los límites y las contradicciones del propio carácter inherente a su naturaleza. En este sentido, el mismo autor ilustra:

La trayectoria del empresariamiento urbano en estos últimos años ha servido para mantener y profundizar las relaciones capitalistas del desarrollo geográfico desigual y, a través de esto, afectar la trayectoria general del desarrollo capitalista de forma intrigante. Sin embargo, una perspectiva crítica del empresariamiento urbano indica no solamente sus impactos negativos, sino también su potencial para transformarse en un progresivo corporativismo urbano, dotado de un agudo sentido geopolítico sobre cómo construir alianzas y conexiones espaciales para mitigar o incluso desafiar la dinámica hegemónica de la acumulación capitalista y dominar la geografía histórica de la vida social9.

En las dos perspectivas anteriormente presentadas, el autor resalta el hecho de que la ciudad observada como una corporación colectiva requiere por un lado, que sean construidas alianzas de clase para la toma de decisiones y que, por otra parte, los interpenetren conflictos en la disputa por la hegemonía geográfica desigual urbana. Es entonces, de este grano de esperanza de lucha y disputa por la hegemonía geográfica global urbana (aún reconociendo la larga temporalidad y la amplia aprobación del modelo vigente de ciudades en el mundo) de donde puede desprenderse que aparecerá alguna reacción o alternativa , pero que ciertamente no tendría una fuerza sólo local, dado el peso global de los flujos de capital en la mejora y expansión del engranaje territorial desigual urbano mundial. ¡Aquí hay una buena agenda de debate! Existen también las tareas políticas internas y, seguramente, hay que dedicarse a ellas con afinco para que se transforme en una agenda. Si tenemos en cuenta la posición oficial de Brasil para el tema de las Ciudades y del desarrollo urbano10, luego tendremos que enfrentar y exponer el cinismo oficial que propone directivas al mundo y medidas estratégicas que ni siquiera están en su pauta interna. Así como lo hace la ONU, el documento oficial brasilero parte de un presupuesto limitado para hablar de sus expectativas sobre el papel de las ciudades, de ahora en adelante. Veamos lo que declara:


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