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SER SCOUT COMO TERAPIA
Por: Simón Rondón, Rs. @SaimonSinA
ABRIL 2014
M
uchísimas personas día a día conocen el movimiento scout e independientemente de el país o cultura que sea, siempre hay algo en común, todos los scouts somos reconocidos por tener una actitud y una energía, digamos que, algo peculiar, diferente a lo que normalmente se encuentra en la mayoría de los grupos de jóvenes y adultos. Con «peculiar» me refiero al hecho de reconocer que la amistad, la hermandad y la nobleza de un scout no se encuentra en ningún otro lugar y esto se siente, las personas lo notan apenas se integran bien a algún grupo de nuestro movimiento. De hecho, muchísimos adultos llevan a sus hijos a los scouts cuando entienden esto, que en el movimiento, el joven encontrara las herramientas para ser un buen ciudadano, divirtiéndose y conociendo personas, que al igual que tu, quieren hacer de nuestro mundo un lugar mejor; entre scouts es mucho más fácil conocerse y hacer amigos, aprendemos a ser amigables y asertivos con nuestros compañeros, respetándolos y tomándolos en cuenta de la misma forma como se toman a los demás, esto es de gran ayuda para los chicos tímidos o inseguros, parte de la tarea de un scout es ayudar a sus compañeros, esto incluye el guiarlo, animarlo, darle un lugar y una función, cosa que es fundamental para todo adolescente, él joven busca ser aceptado y formar parte de algo con lo que pueda identificarse, eso es lo que tenemos que entender a la hora de la captación de nuevos integrantes. He llegado a pensar que entrar a los scouts, se acerca a la idea de formar parte de un grupo de auto ayuda, claro, no buscamos serlo de forma directa, pero en cierta forma el ocupar la mente del muchacho en cosas que sabemos le serán útiles en su vida y que sea de una forma divertida y atractiva hace que se pueda hasta ver la vida desde un punto de vista más realista y positivo. He sido testigo de chicos que entran a los scout siendo bastante retraídos, que hablan solo lo necesario, hasta con una mala imagen de sí mismos y que ya a las 3 o 4 semanas era una persona totalmente diferente, más abierto, alegre, con tanta energía que ni su guía de patrulla puede lidiar con ella -jajajaja-, ahí es donde yo creo que esta el verdadero servicio de un scout, el real propósito de nuestro movimiento, en el cual todo el que forme parte y use nuestro uniforme este agradecido con Dios por cada día, busque siempre superarse a sí mismo y sobre todo, viva en la búsqueda de su propia felicidad.
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