-No tengáis miedo, amigos; no os haremos ningún daño. Mi escoba voladora ha tenido una avería. Nos quedaremos algún tiempo con vosotros. El jefe de la tribu se adelantó para saludarles. Luego les hizo señas de que le siguieran. Les llevaba a su casa. Allí les hospedó. Por la noche les obsequió con un espléndido banquete. Comían en torno a una gran hoguera. Mientras comían, unos negros tocaban extraños instrumentos musicales. Otros bailaban alrededor de la hoguera.
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