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Marzo 2013
BUEN HUMOR
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COMO SALGO DE MIS DEUDAS
De hecho, muchos y la mayoría de los divorcios, de alguna manera están relacionados con tensiones financieras en el hogar. Tal vez, los votos matrimoniales, de ahora en adelante deberían decir: “¡Hasta que las deudas nos separen!” Cuando viajo por el continente me doy cuenta que la pobreza no es la que divide a las familias. Cuanto más pobre somos, más nos juntamos y más deseamos progresar. Por el contrario, las malas decisiones económicas y las deudas nos llevan a la ruptura matrimonial y a la división de los hogares. Las Escrituras dan muchas advertencias acerca del peligro de las deudas. La Biblia no dice que la deuda sea un pecado, pero la Palabra de Dios nos desanima a tener deudas, Proverbios 22:7 dice: “El rico se enseñorea de los pobres, y el que pide prestado es siervo del que presta” ¿Se da cuenta? Cuando caemos en deuda nos colocamos como esclavos de nuestros acreedores y mientras más nos hundimos en las deudas, más se incrementa nuestro estado de servidumbre. ¿Cómo empiezo a reducir mis deudas? Una buena forma de empezar a reducir sus deudas es desarrollar un Plan de control de gastos. Elimine la posibilidad de pedir prestado tarjetas de crédito, o cualquier otro medio de préstamo. El secreto para lograr tener un excedente de dinero en su casa no está en la cantidad de dinero que usted gana, sino en la que usted gasta. Controlando sus gastos y comprometiéndose a no seguir endeudándose, usted comenzará a buscar formas creativas de suplir sus necesidades se sorprenderá lo “creativo” que uno puede ser y verá la mano de Dios actuar en su vida proveyéndole en forma milagrosa. Mateo 5:25 nos enseña a volvernos hacia aquellos a quienes les debemos más que a huir de ellos. Esto significa que usted tenga que sacrificar algo para pagarle a sus acreedores. Puede usar cualquier dinero adicional que reciba para pagar sus deudas y empezar a eliminar la deuda. Un buen plan funcional es tratar de pagar la deuda más pequeña primero, luego tomar todo el dinero que usaba para pagar esa cuenta y colocarla en la siguiente más grande. Cualquiera que alguna vez haya incurrido en deuda sabe que endeudarse es algo muy fácil pero lo difícil es salir.
Los coreanos
Un hermano que presumía de encontrar misterios en la Biblia le dice al pastor que encontró el origen de los coreanos. Después de una larga discusión este asegura que los coreanos son los hijos de Coré.
El torero
Un hermano torero en sus conversaciones siempre mostraba mucha admiración por el apóstol Pedro. Alguien le preguntó: “Don Vicente ¿su personaje favorito de la Biblia parece ser el Apóstol Pedro?” “Así es” dijo Vicente. “Y ¿por qué?” “¿No él fue el primero que cortó una oreja pues?”
La Gloria
Un joven oraba en el altar: “Señor dame la Gloria, te pido por la Gloria.” Al verlo el Pastor se arrodilló a la par y también le decía: “Sí señor dásela, concédesela, que se hagan realidad sus peticiones.” Después de orar el Joven dice: “Señor, gracias porque su papá esta de acuerdo.” (La Gloria que él pedía era la hija del Pastor)
Juventud y experiencia
A dos pastores les sirvieron dos piezas de pollo para la cena. El pastor viejo escoge la pieza mas grande, el pastor Joven se molesta y le
corrige: “Hermano pastor, las reglas de cortesía dicen que el primero debe escoger lo mas pequeño.” Entonces el viejo le responde: “Hijo, te doy el honor de ser el primero.”
Muy estricta
Era un pastor que estaba muy enfermo y a punto de irse a su morada celestial. De repente uno de sus hijos se acercó a él y le preguntó, “Papá, ¿un último deseo?” Él pastor le dijo, “Sí, hijo, ve a la cocina y tráeme de ese pastel que tu mamá está horneando, que huele muy bien y es mi favorito.” Después de una hora, el hijo regresó y el pastor le preguntó, “¿Qué pasó con el pedazo de pastel que te pedí como último deseo, hijo mió?” El hijo le contestó, “Papá, tú ya conoces a Mamá; ya sabes lo estricta que es, ella dice que el pastel es para después del funeral.”
Si tuviera... si
Un pastor le pregunta a un hermano miembro: “Hermano García, si usted tuviera cinco gallinas, ¿las daría para la obra del Señor?” Contesta García, “Amén.” “Y si tuviera dos caballos ¿los daría para la obra del Señor?” García responde, “Amen.” Por último, le pregunta: “Si tuviera una vaca, ¿la daría para la obra del Señor?” Entonces el hermano García respondió, “¡No! Eso es lo único que tengo.”