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TAMAÑO CABECERA (15x6 mm)
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[ ARANJUEz, 27 DE DICIEMBRE DE 2013 ]
CULTURA [ y OCIO ] EntREViStA
[ ANDREA BLOISE. PINTORA ]
“La pintura siempre me ha llevado a estados de concentración, de pensamiento inerte, de vacío” [ Ricardo Lorenzo. Aranjuez ] En este momento coexisten tres exposiciones suyas, dos en Aranjuez (en ‘Bonavía’ y en ‘La Différence’) y otra en Madrid (en ‘Mi perro se llama Gaby’, en el barrio de Chueca). Los tres locales no son galerías al uso en las que usted ha expuesto en numerosas ocasiones. ¿Qué diferencia existe entre exponer en un espacio exclusivamente dedicado al Arte y en otros sitios como cafeterías, bares, restaurantes? ¿Cómo reaccionan los espectadores de unos y otros espacios? El hecho de exponer en bares y restaurantes me da la oportunidad de llegar a las personas de estos ámbitos. Algunas de ellas no se atreven a entrar a ver una exposición en galerías de arte, por timi-
dez, por desconocimiento o por falta de hábito. En cambio, las cafeterías, los restaurantes, los bares, son espacios más abiertos y al alcance de todos los públicos que permiten quedar con amigos a tomar algo, ver la obra y charlar al mismo tiempo; también es cierto que exponer en galerías te mantiene integrada más fácilmente en el círculo artístico, personalmente exponer con amigos y amigas artistas me da más satisfacción que hacer una muestra individual. Su pintura se caracteriza por un derroche de alegría casi infantil, por un canto a la vida, a la felicidad, como si sus cuadros salieran de una verdadera “Fábrica de colores”. Ahora, en su última exposición, se interna en un mundo mucho más complejo, en el universo de los
“mandalas” que entroncan con el pensamiento oriental y han sido utilizados desde tiempos remotos en la India (y luego en otras culturas, como la china, la japonesa, la indo-americana) para la meditación ¿Qué hay de esto en sus mandalas? Es cierto que mi pintura me ha dado felicidad, me parece una herramienta fantástica para demostrar mis emociones. Los mandalas los llevo trabajando desde hace muchos años, de una manera totalmente intuitiva. En mi vida y mi pintura siempre me dejé fluir: las cosas van llegando sin apenas darte cuenta, cada instante es el resultado de tu ayer. Y cada pensamiento que tengo hoy será lo que surja mañana. Los mandalas son un claro ejemplo de esto, con los años realicé mandalas por el
simple placer de hacerlos; por supuesto que me transmiten un estado meditativo, pero este estado también me lo dieron los demás cuadros. La pintura siempre me llevó a estados de concentración, de pensamiento inerte, de vacío. Cuando me ofrecieron un espacio para exponer en Madrid, me di cuenta que estaba haciendo muchos mandalas y que podría reunirlos a todos. Así podría mostrar también las intensas sesiones de taller de grabado,una serie de 8 mandalas diferentes sobre PVC a plancha perdida. En relación al dejarse fluir del que hablaba antes querría comentar que un amigo se encontró un bastidor para hacer bordados y como sabe que me gusta mucho utilizar objetos de reciclaje y aprovechar las cosas, me lo ofreció. Acepté encantada por su forma circular, pensé
que podría valer para un cuadro redondo, pero enseguida me dije ¿por qué no bordar? y así empecé con los bordados mandalas. Aquí puedo asegurar que entré en unos estados muy profundos de mi ser, de sentir una emoción esencial. Estoy segura que todas esas horas y horas de puntada tras puntada, han transformado mi persona. Viendo después de un año todo este trabajo, me doy cuenta que esto me llevó a la meditación. Desde entonces tengo la necesidad de meditar diariamente. El médico psiquiatra suizo Carl Jung decía que los mandalas reflejan “la expresión psicológica de la totalidad del ser” pues en ellos confluyen los aspectos conscientes e inconscientes de los seres humanos. Jung empleó la pintura de mandalas como medio
“En mi vida y mi pintura siempre me dejé fluir: las cosas van llegando sin apenas darte cuenta” “no he bordado para sanar ningún dolor en concreto, pero seguramente en mi interior habría varios”
terapéutico para identificar emociones en sus pacientes. Usted, al pintarlos (y también bordarlos) ¿utilizó los mandalas como elemento superador, “sanador” de dolores o emociones personales? No he bordado para sanar ningún dolor concreto, pero seguramente en mi interior habría varios, porque me llevó a bordar en cualquier momento que podía, he bordado de pie en la calle esperando en una cola en pleno invierno, he bordado en salas de espera, en el tren de cercanías, en el avión, en el hospital ...Ya me gustaría saber porqué pinto esos colores, quizás un psicólogo le dé otra interpretación, pero estoy segura que mis cuadros y mandalas transmiten lo que mi alma me dicta.