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Xóchitl: “Tengo mis amores con PAN, PRD y hasta el PRI”
Y le responde a AMLO “qué oligarquía, si aquí empecé en un cuarto en Iztapalapa”
Siempre con su característico lenguaje, humor y sonrisas, Xóchitl Gálvez sostuvo: “Yo no pertenezco a ningún partido político, pero tengo mis amores con el PAN, el PRD… y hasta con el PRI”.
“A mí ningún cabrón me puso aquí”, expresó en las sedes del PAN, PRI y PRD, al acudir a registrarse para buscar la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, con su cartel de “fírmale”.
En el PRD dijo: “Que me digan (AMLO) que vengo de la oligarquía, ¡puta, pues qué pinche oligarquía, si aquí (en la CDMX) yo empecé en un cuarto de azotea en Iztapalapa!”.
En el PRI admitió: “Me siento rara aquí, pero siempre he caminado bien con los del PRI. Mi papá se murió priista, fue de los hombres leales al partido, pero yo fui rebelde”. Pero –recalcó– “estoy dispuesta a ganarme un espacio a pulso”.
Recordó, entre risas, a la cúpula priista presente, que en el proceso electoral de 2010 en Hidalgo “les metí un puto susto”, como candidata a la gubernatura, desde la coalición Hidalgo nos Une, integrada por PAN, PRD y MC, cuando quedó en segundo lugar por tres puntos.
“Cómo estará de cabrón hoy la ‘4T’, que hasta con el PRI ya limé asperezas”, dijo a los reporteros.
En su partido, el PAN, Gálvez remarcó que “a mí ningún hombre me ha hecho”, tras las descalificaciones en su contra desde Palacio Nacional, y acusó que “todos los machos que se me han presentado enfrente simple y sencillamente los hago a un lado, voy de frente y no me quito”.
La alternativa de la oposición era no ir a las elecciones, por fraudulentas.
Ello significaba entregarle el país a Morena para consumar la destrucción. Y pasarse seis años diciendo que el gobierno es ilegítimo.
No era realista hacerlo. El árbitro le dio el visto bueno a los cinco precandidatos de Morena para hacer mítines multitudinarios al aire libre. Pueden hacer campaña, pues.
Así es que, si Xóchitl crece mucho de aquí a la fecha del registro ante el INE, es posible que apliquen la ley a secas.
Y si no crece la “corcholata de Morena”, AMLO puede cambiar a su candidata.
De los aspirantes que ya
Los cinco están haciendo una campaña de elogios al Presidente. De defenderlo se trata la encuesta. La “cuarta transformación” es él.
Todos los medios repiten los discursos de las corcholatas que son incienso en el altar del destructor.
¿Quién va a romper con él después de adularlo hasta la ignominia por todo el territorio nacional?
López Obrador sabe conectar con la gente y hace muy bien su juego. Ayer la Corte le respondió que los ministros sí podían tener un sueldo nominal más alto que él.
El pleito con el Poder Judicial abona en favor de AMLO. Difícilmente hay una familia mexicana que no tenga una mala experien- cia con jueces o tribunales. Los juicios tardan años en resolverse, y no suela ganar quien tiene la razón, sino el que tiene influencias o amistades en los laberintos de los juzgados. Desde luego hay que defender a la Corte del golpe autoritario que la quiere subordinar al Ejecutivo, pero AMLO lo plantea como un asunto de dinero y privilegios de los jueces, que hace mella en un sector la población. Se bajó el sueldo e hizo que nadie ganara más que él. Con eso se fueron los que tenían otras ofertas, generalmente los más preparados, y se empobreció la administración pública federal. A AMLO no le importa, porque es una medida popular.
Y luego ataca a la UNAM. La gente con formación académica la defiende, por su importancia para México.
Pero cada año la UNAM cierra sus puertas a 80 por ciento o más de los postulantes. Nadie acepta que quedó fuera por un tema de calificaciones o aptitudes, sino que lo ven como un rechazo de la Universidad.
El destructor es astuto. Engaña. Conoce el arte de la guerra política.
Hay una forma sencilla de no equivocarse con él: no creerle nunca, salvo cuando anuncia el golpe.
Y ya anunció el golpe contra Xóchitl, porque su corcholata no tiene con qué competir con ella. Cosas veremos.