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REFLEXIONES
ISMAEL ORTIZ BARBA
@ismaelortizbarb
No perdono a la muerte enamorada, No perdona a la vida desatenta Miguel Hernández
Todas las muertes son dolorosas, pero hay unas que lo son más. Este lunes me enteré del deceso de mi querido amigo Carlos Sandoval Linares, promotor cultural, artista, escritor, investigador, diseñador gráfico, conferencista, editor, maestro. Es difícil enumerar todas las facetas que Carlitos (como le decíamos con cariño) realizó a lo largo de una vida tan ejemplar y productiva, pero en especial su calidad y calidez como persona y como amigo.
Conocí a Carlos en 1980 a unos días de haber llegado a Guadalajara. En ese tiempo se desempeñaba como subdirector del Colegio Grecolatino, una escuela particular que se localizaba en las confluencias de Hidalgo y Mariano Bárcena. Pronto entablamos una buena amistad que duró hasta su fallecimiento, aunque ya no nos frecuentábamos por las actividades diferentes que ambos realizábamos. La última colaboración fue con un dictamen para un libro y que entregó puntualmente.
No intento listar todas las actividades profesionales en las que destacó Carlos en su fructífera vida (lo dejaré para otra ocasión). Lo que haré será rememorar algunos de los trabajos que realizamos en conjunto y que me permitió adentrarme en el mundo de la gestión cultural tapatía bajo su guía.
En 1982 Carlos fue nombrado coordinador de Actividades del Ágora del Callejón del Carmen y por su recomendación, me quedé
Pronto entablamos una buena amistad que duró hasta su fallecimiento, aunque ya no nos frecuentábamos por las actividades diferentes que ambos realizábamos. La última colaboración fue con un dictamen para un libro y que entregó puntualmente a suplirlo en la subdirección del Colegio. En ese tiempo el Ágora dependía de Fonapas, que desapareció en 1982, y pasó a formar parte del Instituto Cultural Cabañas, donde estuvo hasta 1988, todo ese tiempo bajo la dirección de Carlos.
En 1984 Carlos me presentó al director del Centro Municipal de la Cultura en Zapopan (CMC), Ramón Mata Torres, quien me invitó a coordinar las múltiples actividades desarrolladas ahí.
En el cambio de administración, llegó un personaje impar, Luis Jorge Figueroa, una figura que conglomeraba una pléyade de artistas, escritores e intelectuales. Fueron tiempos laboriosos en el Centro, pero el intercambio de actividades con el Ágora se mantuvo ininterrumpido, hasta que llegaron nuevos directivos al CMC en 1989 y dejé la institución. Cuando lo conocí Carlos estaba más interesado en la cultura clásica grecolatina (de ahí el Colegio Grecolatino y luego el Ateneo Metropolitano), pero en su estancia en el Ágora se interesó por la cultura nahua y así formamos el Taller Pictográfico Náhuatl Tlahcuilo, donde reproducíamos en yute figuras de dioses aztecas. Después de salir del CMC me invitó a trabajar en el Ágora. Con el tiempo, se acumularon las reproducciones y decidimos venderlas en el callejón del Carmen. Más tarde se unieron otros artesanos que se mudarían al Jardín del Carmen y a la postre sería el Tianguis Cultural.
Después de un evento desafortunado y chusco (algún día lo contaré), las instalaciones del Ágora pasaron al DIF y nunca volvió a ser el mismo. Carlos fundó el Centro Cultural Centenario, donde participé un tiempo, luego me integré al Consejo Estatal de la Cultura y las Artes, y ahí, aunque colaboramos en otros proyectos, nuestros caminos en el ámbito de la gestión cultural se dividieron: él en Educación Jalisco y yo en la UdeG.
Escribir acerca de la influencia de Carlos en el ámbito de la gestión cultural y del rescate de tradiciones requiere más espacio y tiempo. Expresar mi gratitud y reconocimiento por su amistad, enseñanzas y tutela sólo se puede hacer perpetuando su memoria, creatividad, bondad y afecto. Estoy seguro de que quienes lo conocimos así lo recordaremos. Descansa en paz, querido Carlos.
Si algo queda claro en torno a la historia del desarrollo inmobiliario Iconia son las rete hartas ganas del Ayuntamiento de Guadalajara de ayudar a toda costa a la empresa Operadora Hotelera de Salamanca. Las obras que la empresa no ha construido y que se había confirmado eran ya un flagrante incumplimiento, le fueron perdonadas. Pero no vaya a creer que cubrieron las formas y, por estar incluidas en un decreto aprobado por el pleno del ayuntamiento, es decir, todos los ediles, se envió a esa instancia. No, un grupo de ex funcionarios de la anterior administración municipal, que conformaban el comité técnico, decidieron eliminar las obras de un malecón panorámico del predio El Disparate al Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, así como el equipamiento deportivo de El Disparate y las obras educativas y deportivas para la zona de Huentitán. Entre los tres proyectos, la inversión era de 98 millones de pesos. A cambio, la empresa incluyó el polideportivo que se construye dentro del mismo predio de Iconia y que se oferta como una de las amenidades del desarrollo inmobiliario. ¿Así o más consentidos estos empresarios?
Por fin salieron las conclusiones sobre la avenida López Mateos. El proyecto del segundo piso quedó desechado porque a nadie se le ocurrió que fuera buena idea más que al gobernador Enrique Alfaro. En su lugar, le apostarán al transporte público. En la consulta fue lo que más pidió la población: si hay transporte público de calidad, dejará el auto uno de cada tres. Pero ahí está el meollo, ¿podrán dotar de un servicio de calidad? Porque hasta ahora nomás no da una esa Setran.
Ampliarán la Línea 1, pero para esto necesitarán casi 10 mil mdp y se espera que esté lista hasta 2026, y el año que entra presentan el proyecto. También contemplan un macrobús hacia el aeropuerto y varias acciones más. A ver si se concretan todas y si de verdad sirven.
Las vacaciones de Semana Santa y Pascua dejaron estragos a los empleados del edificio Juárez del Poder Legislativo, porque al regresar se dieron cuenta de que les robaron en su área de trabajo. Los afectados responsabilizan a trabajadores de la empresa que rehabilita el inmueble, porque desaparecieron de los cajones de los escritorios dinero, cargadores de celulares, termos de café y otros elementos personales que estaban bajo llave. Se habla de que cargaron hasta con un tapete. Los hurtos se realizaron en varias oficinas del edificio, donde los ladrones dispusieron de tiempo para buscar algo valioso para llevarse. Hasta ahora no hay denuncias formales, pero las víctimas temen represalias si formalizan por escrito su malestar. Piden que revisen las cámaras de seguridad para constatar sus dichos.
Hasta los baños de los coordinadores parlamentarios están cambiando en el edificio histórico de avenida Hidalgo. Ahora sí que los diputados no podrán quejarse del inmobiliario o de su oficina porque les están cumpliendo sus caprichos.
Sin embargo, el costo va aumentando. En 2022 solo se calcularon 24 mdp, este año ya debieron agregar otros 10, y según los empleados el monto se elevará más. Al edificio Juárez al parecer también le saldrían más caras las modificaciones.
Mañana se cumplen 31 años de la catástrofe ocurrida en Guadalajara: las explosiones de los colectores ocurridas el 22 de abril de 1992 en el sector Reforma. La cifra oficial, en un primer conteo, fue de 210 muertos y más de mil heridos.
La asociación 22 de Abril en Guadalajara informa que a las 10 horas se celebrará una misa en el templo de San Sebastián de Analco. A las 11 habrá un evento cívico en la Estela contra el Olvido, ubicada en el Jardín de San Sebastián de Analco. La tragedia no se olvida.
Critican iniciativa de organismos indígenas
AGUSTÍN DEL CASTILLO GUADALAJARA
El 14 de abril, la Cámara de Diputados recibió la iniciativa del presidente Andrés
Manuel López Obrador para fusionar, integrar o extinguir 18 órganos desconcentrados, organismos centralizados, fideicomisos o unidades administrativas y la transferencia de sus funciones hacia secretarías de Estado.
Entre los afectados está el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), organismo descentralizado no sectorizado, y la Dirección General de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe (Dgei), unidad administrativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a fusionarse al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), pero la propuesta no ha gustado en la región wixárika.
La Dgei tiene 23 trabajadores de confianza con un presupuesto de 171 millones 174 mil 249 pesos, mientras que el Inali cuenta con 85 trabajadores y un presupuesto de 71 millones 27,999 pesos, de acuerdo con datos difundidos por Óscar Ukeme, activista de Tuxpan de Bolaños y quien encendió el debate.
Por su parte, Eleobardo Benjamín de la Cruz, director de una primaria en Ciénega de Huaistita, comunidad de Tateikie (San Andrés Cohamiata), señaló: “Con todo respeto en el tema de educación indígena, pero creo que fusionarlo (la Dgei) con el INPI es un gran error; considero que debería de seguir dependiendo de la SEP, porque en temas educativos considero que tiene más conocimientos y experiencias que pueden abonar a mejorar la calidad educativa en las comunidades indígenas”.
El profesor Artemio Solares Díaz, director de la Escuela Primaria Intercultural Bilingüe Haimatsie, en Huejuqilla, secundó: “Es una equivocación grande de parte de presidencia de la República tratar de hacer esa fusión, ya que el INPI nacional y (delegaciones) estatales no han hecho nada productivo; no pueden con los encomiendas dadas, cuestiones territoriales, lugares sagrados, invasión de tierras y más para una cuestión educativa como la Dgei; las direcciones de educación indígena deben estar a manos de la SEP, no del INPI. Aquí es ver la respuesta de los pueblos originarios: no ha habido consulta respecto a este asunto; creo que Educación Indígena de Jalisco se debe manifestar en este aspecto”.
Por su parte, Citlali Chino Carrillo, comunera de Wuaut+a (San Sebastián-Tuxpan), consideró la fusión como un retroceso.
“Esta iniciativa atenta contra el principio de progresividad, que obliga al Estado mexicano a garantizar la no regresividad en el reconocimiento de los derechos humanos, máxime si la Constitución federal establece en su artículo segundo, apartado B, la obligación de la Federación para establecer las instituciones que permitan garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas y su desarrollo integral. Los presupuestos de esas instituciones son muy bajos e incluso en los últimos dos años, yo he estado de cerca con los del Inali, y en verdad que todo ha sido austero y es imposible materializar acciones concretas”.
ACTIVIDAD. En el simposio se enfatizó la importancia de la conservación de la cuenca de la que depende la recarga de pozos, ríos y el propio lago de Chapala.