ARTE Y DEVOCIÓN
Murcia a finales de ese mes55. Por no hablar de los cuarenta alumnos extranjeros que hicieron un curso de primavera en 1955 en la Universidad de Murcia56. Una postal de San Pedro del Prendimiento estaría realizada en la iglesia de Agustinas, en cuyo fondo se percibe uno de los ángeles de la pechina de la cúpula de esta iglesia pintada por Juan Ruiz Melgarejo (1680-1751)57, en concreto el arcángel San Miguel, que puede compararse con otra realizada con López en la iglesia de Jesús, con los detalles de rocallas de los fondos escenográficos de Sirtori. También de la época en que los pasos de la iglesia de Jesús estuvieron depositados en el convento de madres Agustinas, existe una postal coloreada, realizada entre 1953 y 1955, editada por Arribas de Zaragoza, donde se ve el paso de La Oración en el Huerto en la sala de portería ante el cuadro del Martirio de Santa Librada58. Mariano Ballester procedió a la «restauración» de la cúpula, puesto que prácticamente ideó una nueva imagen, muy parecida pero no del todo respetuosa con la original, especialmente en el color. En una entrevista concedida al periódico Línea en agosto de 1954, manifestaba cómo se encontraba en París, a comienzos de año, cuando recibió el encargo. En esos momentos, en un andamio de 55 «A su llegada al convento de las madres Agustinas, el embajador fue cumplimentado por la junta de la cofradía de Nuestro Padre Jesús, con su presidente y el director del Museo Salzillo, señor Sánchez Moreno, pasando Míster Dunn y su séquito a contemplar las magníficas tallas de las que les dio cumplidos detalles el señor Sánchez Moreno, expresando los ilustres viajeros su admiración por estas obras de arte», Línea, 24 de noviembre de 1953.
las ventanas quebrados y descompuestos61. La humedad había afectado a la cúpula pero también a la cimentación de la iglesia, que estaba en muy mal estado. Ya en 1956 las obras parecían estar concluidas aunque la instalación del Belén, procedente del Museo Provincial, tardó mucho más. Finalmente el museo se inauguró el 15 de febrero de 1960 de forma oficial, si bien ya era visitado desde finales de la primavera de 1959 por el público. CONCLUSIÓN
La Oración en el Huerto en el convento de Agustinas de Murcia, entre 1953-55. Foto: Postal de Arribas.
veinticinco metros de altura, debía «dar vida nueva a una decoración complicada a base de arquitectura figurada según el estilo de fines del siglo XVIII»59. La cúpula había sufrido desperfectos a lo largo del tiempo, como se ve en el siglo XIX, que ha de ser arreglada en varias ocasiones, como en 1860, encargo en el que medió el marqués de Ordoño, o tras el terremoto de enero de 1864, cuyas obras de peritaje y arreglo fueron encomendadas al mayordomo Luis Sandoval60. Su estado no era óptimo en el siglo XX, como se ve en el informe que el arquitecto Giménez Casalins presentó al Ministerio en 1954, donde avisaba de cómo se hacía necesario desmontar los lienzos de la cúpula, pues había grietas de hasta quince centímetros de anchura, con los dinteles de
56 Línea, 5 de abril de 1955. 57 Postal de Ediciones Arribas, Zaragoza. Las pinturas da la cúpula representan la corte angélica adorando el Cordero Místico. 58 Agradezco esta información al M. I. Sr. D. Francisco José Alegría Ruiz.
59 Línea, 13 de agosto de 1954. 60 Montojo Montojo, V. «La Cofradía de Jesús en la regencia de Mª Cristina de Borbón (18331840) y 1852-1868», Murgetana, n. 143, 2020.
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Se han cumplido sesenta años de aniversario desde la inauguración del Museo Salzillo el 15 de febrero de 1960. Se consiguió levantar un magnífico museo para aquella época y se mejoraron mucho más las condiciones de exposición, conservación y seguridad de la iglesia de Jesús. Las capillas, con grandes embocaduras y mesas de altar en piedra, y los pasos elevados, podían ser visitados por parte del público en un segundo circuito por el interior en todo el lado occidental de la iglesia. Algunos de los pasos mantuvieron la iluminación cenital que, sin embargo, se sacrificaría en el proyecto de remodelación del año 2000. Fue una musealización acorde con la época pero que en la actualidad nos llama la atención por una asepsia que sacrificó elementos muebles que podrían haber seguido estando presentes, conciliando el uso devocional y museístico de la iglesia. Ya no es posible volver a un pasado que fue y que sería inviable volver a resucitar. Al menos la investigación científica nos permite reconstruir una imagen virtual de cómo debió ser aquel espacio que se gestó a finales del Setecientos. 61 Marín Torres, M.T. Op. cit., p. 181.