Lunes 11 de marzo de 2013
Novedades Campeche
NACIONAL
EL ALBA Y LOS VIOLINISTAS DEL TITANIC POR CLAUDIO PAOLILLO
E
n 1959, durante una reuniĂłn de cancilleres en Santiago de Chile, los gobiernos de AmĂŠrica, agobiados aĂşn por los horrores de la Segunda Guerra Mundial, decidieron crear la ComisiĂłn Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el objetivo de promover y preservar en el Hemisferio Occidental un conjunto de valores mĂnimos para la convivencia en sociedades democrĂĄticas, plurales y tolerantes; valores que habĂan sido sepultados /, (. & . ,,# & )(ĹŠ !, #ç( iniciada por el delirio nazi. Cuando una dĂŠcada despuĂŠs aprobaron la ConvenciĂłn Americana de Derechos Humanos, la mayorĂa de los estados latinoamericanos decidieron ceder, voluntariamente, una porciĂłn de su soberanĂa para someterse a una supervisiĂłn internacional que los miembros de la CIDH (y, luego, de la Corte Interamericana y, mĂĄs adelante, de la RelatorĂa Especial para la Libertad de ExpresiĂłn) tendrĂan a su cargo a efectos de salvaguardar esos derechos bĂĄsicos allĂ donde hubiere !) # ,()- &) -/ĹŚ # (. ' (. #( )lentes, autoritarios o dictatoriales que los pusieran en riesgo. Fue (y todavĂa lo es) una herramienta que, con el paso de los aĂąos, se revelarĂa muy importante para los ciudadanos que podĂan apelar a ella cuando los abusos del poder se pasaran de la raya en sus propios paĂses. Durante estos 54 aĂąos, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) ha hecho mucho por la libertad y por la salud democrĂĄtica y republicana de las sociedades de la regiĂłn. Y, desde la creaciĂłn, en 1998, de la RelatorĂa para la Libertad de ExpresiĂłn, este derecho humano inalienable ha reconocido avances sustanciales, de los que se han be( ĹŚ # )Ĺť *), # ,.)Ĺť ' #)- )municaciĂłn y periodistas pero, sobre todo, los ciudadanos comunes y corrientes en su capacidad de recibir todas las informaciones y opiniones que son de su absoluta incumbencia. La Relatoria ha contribuido a salvar vidas de periodistas amenazados por bandas de criminales, ha evitado el encarcelamiento injusto de reporteros, ha intervenido exitosamente en litigios entre periodistas y gobiernos que, en no pocos casos, acabaron ') #ĹŚ ( ) & 3 - #(. ,( - &)- estados que castigaban con cĂĄrcel el “desacatoâ€? y la “difamaciĂłnâ€? en asuntos de interĂŠs pĂşblico, ha ayudado a los jueces de diversos estados a comprender y aplicar en sus sentencias la jurisprudencia mĂĄs avanzada sobre libertad de expresiĂłn de la Corte IDH y ha asistido de mil formas a periodistas y ciudadanos del comĂşn que han enfrentado problemas para ejercer su derecho a difun-
dir, recabar y recibir informaciones y opiniones. Ha sido, pues, uno de los mayores avances de la OEA en dĂŠcadas para la protecciĂłn efectiva de los derechos humanos. Esta historia de progresos democrĂĄticos libertarios puede acabar abruptamente el 22 de marzo prĂłximo cuando, durante otra reuniĂłn de cancilleres a celebrarse en Washington, los estados evalĂşen y, eventualmente, aprueben cambios promovidos por los gobiernos que tienen el triste privilegio de ostentar los peores rĂŠcords de la regiĂłn en materia de libertades pĂşblicas y derechos humanos. Antes, durante los aĂąos ‘70 y ‘80, las dictaduras militares se sentĂan justamente acosadas por la CIDH, que exponĂa sus permanentes arbitrariedades y, por ello, protestaban y pataleaban contra la ComisiĂłn, acusĂĄndola de estar al servicio del “intereses forĂĄneosâ€? y otras mentiras. Ahora, las “democradurasâ€? pseudo “progresistasâ€? del ALBA (Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia) y sus socios en el Caribe, son las que quieren acabar con las prerrogativas de la CIDH y, sobre todo, de la RelatorĂa para la Libertad de ExpresiĂłn. Como los comandantes militares en el pasado, los modernos autĂłcratas latinoamericanos gritan, presionan y chantajean a la OEA bajo la amenaza de que si no se aceptan sus designios anti democrĂĄticos, abandonarĂĄn el sistema. La SIP jugĂł un papel fundamental en la gestaciĂłn de la RelatorĂa que tanto molesta a los gobernantes “bolivarianosâ€?, porque han ido suprimiendo progresivamente las libertades de expresiĂłn y de prensa dentro de sus paĂses, al amparo de constituciones anti republicanas y leyes de censura que se oponen abiertamente a la jurisprudencia interamericana en la materia, y dejan a medios, ciudadanos y periodistas en estado de indefensiĂłn.
& .),° " - Ō ) , * .#damente a los gobiernos y a las leyes que representan trabas para la liber-
tad de expresiĂłn y para el libre ejercicio del periodismo. Ha defendido a medios y periodistas acosados por estos gobiernos que tienen legitimidad ),#! ( * ,) ĹŠ !, (. #& !#.#'# en el ejercicio del poder. La RelatorĂa (y la CIDH) quieren sociedades democrĂĄticas y abiertas, donde el debate sea vigoroso, quieren medios de comunicaciĂłn y periodistas que expongan los casos de corrupciĂłn gubernamental que eventualmente descubran, que denuncien los abusos de poder y que arrojen luz sobre los temas de interĂŠs pĂşblico. Los gobiernos del ALBA y sus socios no quieren nada de eso. No creen en la libertad de expresiĂłn, salvo que sea ejercida para aplaudirlos, no creen en la crĂtica como parte del ejercicio democrĂĄtico y la consideran una distorsiĂłn social que erosiona su poder, no creen en la separaciĂłn de poderes, no creen en la alternancia de partidos en el gobierno, no creen en el sistema de “pesos y contrapesosâ€?, no creen en el Estado de Derecho, no creen en el imperio de la ley, utilizan los espacios que ofrece la democracia republicana sĂłlo para concentrar mĂĄs poder, emplean una fachada democrĂĄtica para pretender que son efectivamente democrĂĄticos y, como en cualquier fundamentalismo, su Ăşnico objetivo es mantenerse en el poder. Por eso, en su lĂłgica, es elemental para su proyecto autoritario transformar a la prensa, al periodismo crĂtico o independiente y a la libertad de expresiĂłn en su enemigo principal. Porque es la prensa, mediante sus noticias y opiniones, la que puede contrarrestar el ejercicio abusivo del poder. ÂżCĂłmo quieren los Correa, los ChĂĄvez, los Ortega y los Morales ma. , & & .),° Ć„ / - -ĹŚ2#P( )& econĂłmicamente, impidiendo que siga emitiendo informes sobre violaciones a la libertad de prensa e imponiĂŠndole un cĂłdigo de conducta para que pierda total independencia y los estados controlen lo que hace. Se dirĂĄ, ÂŤÂżpero cuĂĄl es el peli-
gro? Estos son apenas cuatro paĂses cuando la OEA tiene 34Âť. Pues a esos cuatro paĂses hay que sumar, por lo menos, a unos cuantos del Caribe (islitas pequeĂąas y no tanto, cuyos votos valen lo mismo que los de Estados Unidos, CanadĂĄ, Brasil o MĂŠxico) que desde hace aĂąos estĂĄn siendo generosamente regados por el petrĂłleo venezolano. SĂłlo restan pocos mĂĄs para completar los 18 votos necesarios y el ALBA se habrĂĄ salido con la suya el 22 de marzo. AdemĂĄs, mientras en nombre del ALBA Correa vocifera histĂŠricamente contra la CIDH, contra la RelatorĂa y contra los ÂŤagentes del imperioÂť, el silencio, la pasividad y la aparente indiferencia de los ÂŤbuenosÂť aporta oxĂgeno a esta cruzada anti libertaria. SĂłlo Costa Rica, Paraguay, Colombia, PanamĂĄ, CanadĂĄ y Estados Unidos han expresado abiertamente su oposiciĂłn a las reformas que propone el ALBA. Pero, ÂżquĂŠ pasa con los gobiernos de Chile, Brasil, PerĂş, MĂŠxico, Guatemala, Honduras, RepĂşblica Dominicana, Jamaica, Bahamas y El Salvador? ÂżPor quĂŠ callan ante esta instancia crucial? ÂżQuĂŠ va a hacer Argentina? ÂżFinalmente Cristina Kirchner pedirĂĄ el ingreso al ALBA el 22 de marzo? ÂżY quĂŠ pasa con Estados Unidos? Ya sabemos que el gobierno del presidente Obama abandonĂł a AmĂŠrica Latina. Excepto MĂŠxico (y sĂłlo un poquito), la realidad muestra que no le interesa nada mĂĄs. Pero, Âżse va a limitar a votar en contra? ÂżY los valores que estĂĄn en juego? ÂżNo harĂĄ siquiera un mĂsero movimiento diplomĂĄtico para salvaguardar la libertad de expresiĂłn en la regiĂłn? LlegĂł el momento de preguntar: Ć… +/† & ) -.P(Ć„ Ć… ĹŚ ( ( & libertad de expresiĂłn a nivel hemisfĂŠrico o les importa un rĂĄbano que la RelatorĂa quede condenada a la inoperancia? El 8 de marzo, el mismo dĂa en que se iniciara la Asamblea de Medio AĂąo de la SIP en Puebla y a sĂłlo dos semanas de la reuniĂłn de cancilleres de la OEA, Correa -el padre de esta criatura monstruosa- inventĂł una reuniĂłn...en Guayaquil. SĂłlo un tonto puede creer en la inocencia de esta convocatoria. Correa y el ALBA estĂĄn militando a todo trapo para consumar el liberticidio. Los demĂĄs parecen los violinistas del Titanic. La situaciĂłn es en extremo preocupante y el 22 de marzo puede ocurrir cualquier cosa. Los periodistas y los medios pero, fundamentalmente, los ciudadanos de a pie, deberĂĄn permanecer vigilantes respecto a lo que hagan o dejen de hacer sus gobiernos en esta materia. Pueden llegar a robarles su libertad de recibir, recoger y difundir informaciones y opiniones.
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