arroyos o remansos donde el ganado bebía, y en las majadas pasaban la noche donde algunos tenían suerte y se resguardaban en las cabañas que por el camino fuesen encontrando. La tarea de mantener el rebaño cohesionado cuando se dispersa resultaba a menudo difícil al encontrarse con diversos elementos que dificultaban tal labor de conducir el ganado, puesto que en épocas antiguas el concejo casín se encontraba abarrotado, por ejemplo, de lobos que campaban a sus
anchas por los montes, y que en un descanso del pastor aprovechaban tal circunstancia para apropiarse de los terneros u ovejas. En Bezanes existió en la antigüedad un palacio que contaba con una iglesia, sitios en los cuales moraba Don Bernardo. En el medievo había en el pueblo gente, como el antedicho Don Bernardo (aunque sea de una fecha mucho más posterior) que