PRÓLOGO Cuando «Soy alcohólico: historia de una enfermedad» cayó en mis manos pensé que el titulo era quizá demasiado explícito, pero para que vamos a engañarnos. Aún hoy, por desgracia, si hace falta enviar un mensaje en términos de salud a la población es precisamente lo que el título del libro indica: la gente enferma bebiendo y tratar esta patología de carácter crónico se vuelve necesario. Este libro trata de cumplir una misión fundamentalmente divulgativa y con creces que lo consigue. Las personas de nuestro entorno más cercano entran en contacto con el alcohol por convención social, por factores culturales, por la presión de iguales y otra serie de motivos no analizados en el texto. Algunas de estas personas, sin pretenderlo ni muchísimo menos, acaban desarrollando alcoholismo y es en este punto donde se ven enfrentados a realizar una peculiar travesía: o sigues bebiendo o vives, y estos dos conceptos son incompatibles entre sí. Ignacio plasma esto de forma impecable en «Soy alcohólico». Descubrirás entre sus páginas como un alcohólico no solo enferma biológica o físicamente sino sobre todo como enferma en las esferas psicológica, emocional e incluso espiritualmente. Como les decía, el océano que cualquiera de estas personas se ve obligado a atravesar bien merece una escritura como esta, más si cabe cuando el resultado final deja abiertas la infinidad de posibilidades a la que cualquier ser humano opta desde que nace, recorrer el camino con la mayor dignidad posible y sabiendo elegir con criterio y responsabilidad, no exento nunca de equivocaciones, desengaños, frustraciones, sufrimientos etc. pero nunca más agarrado a una botella, pase lo que pase. Este es un libro que habla, a mi juicio, fundamentalmente de emociones como no podía ser de otra manera puesto que es en dicha estructura donde con más ahínco ejercen sus efectos cualquier tipo de adicciones, bien sea al alcohol o a las drogas o a ambas. Cosa que por otro lado me produce particular asombro, con qué insistencia la sociedad persevera en separarlas, cuando son absolutamente lo mismo, pero este ya es otro tema. Particularmente atractiva resulta su estructura y algunos interrogantes que invitan a un segundo libro, Ignacio me matará por esto, para que sepamos que fue de su personaje Alonso con el devenir de los años o incluso como es el proceso a través del cual un buen día Alonso, después de jurar miles de veces no seguir haciendo daño, decide emprender la travesía en busca de aquella orilla que supongo cualquiera de nosotros, o de ustedes, no hacemos sino buscar hasta el último de nuestros días, pues el propio océano es, la vida misma. Ricardo Giner Terapeuta colaborador en CCadicciones Mataró. Valencia 15-03-2012